Coses Nostres | El viajero de la taiga

El andarríos bastardo, una especie limícola que no nidifica en las Pitiusas, ha podido verse durante todo el mes de abril en ses Feixes y ses Salines.

Tres andarríos bastardos fotografiados en ses Feixes. CAT

Tres andarríos bastardos fotografiados en ses Feixes. CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Archibebes y andarríos son los nombres populares de dos pequeños grupos de aves de humedales que no siempre son fáciles de identificar, sobre todo si se observan por separado, sin posibilidad de comparar sus tamaños, picos, tono de las patas y plumajes. Y la diferencia entre estos dos grupos, en realidad, no tiene frontera, porque lo cierto es que varias de las especies que se conocen como andarríos pertenecen al género Tringa, el nombre vulgar de los archibebes, con los cual podría decirse que los andarríos son archibebes, a excepción del andarríos chico (Actitis hypoleucos), el único de su género presente en Eivissa y Formentera. 

En todo caso, lo habitual es que los aficionados a la ornitología, al ver alguna de estas pequeñas aves del limo, comiencen por intentar distinguir si es archibebe o andarríos, y no suele ser sencillo. Desde marzo y durante todo el mes de abril—principalmente en la laguna creada hace poco más de un año en ses Feixes— han podido observarse ejemplares de la especie Tringa glareola, que, aunque pertenece al grupo de los archibebes por su género, lleva el nombre de los andarríos; en concreto, esta ave de preciosos tonos grises, recibe la curiosa denominación de andarríos bastardo. No nidifica en Eivissa y Formentera, pero siempre puede verse algún individuo durante los pasos migratorios, y ahora está regresando desde sus áreas de alimentación invernal en el África subsahariana hacia sus lugares de nidificación en el norte de Europa. Su área de distribución es muy amplia, ya que se reproduce tanto en buena parte del norte de Europa hasta el norte de Mongolia, y se caracteriza por alcanzar incluso el círculo polar ártico y ser ave que habita turberas, la infinita tundra y hasta los bosques boreales de la taiga. 

‘Valona’

En catalán, el andarríos bastardo es conocido como valona. Desde marzo y durante todo el mes de abril, tres ejemplares han convertido la pequeña laguna creada hace algo más de un año en ses Feixes en su área de descanso antes de seguir viaje hacia el norte. 

Para todos esos individuos que llevan a cabo tan espectaculares viajes migratorios, las islas representan magníficos puntos de descanso, áreas en las que alimentarse para continuar el viaje. Y, mientras tanto, los andarríos bastardos van adquiriendo los pequeños detalles que muestran en su plumaje que ha llegado la época de reproducción. Lo cierto es que en este andarríos en particular las variaciones no son llamativas, pero en su plumaje nupcial desaparecen los tonos pardos para volverse más gris y oscuro y aumenta el número de esas pequeñas manchas que pueden observarse en el pecho del ejemplar de la derecha de la fotografía. 

Entre el chico y el grande

Volviendo a su curioso nombre de andarríos bastardo, hay ornitólogos que consideran que tal vez ese apelativo de ‘bastardo’ debería actualizarse y cambiarse. Así se recoge, por ejemplo, en una entrada sobre esta especie en la web del grupo local de SEO/Birdlife en Barcelona, donde uno de sus ornitólogos propone el término de andarríos mediano para dar a entender que se encuentra entre otros dos andarríos, el chico y el grande. 

Ni los andarríos ni los archibebes son las aves más espectaculares de los humedales, pero las motas de su plumaje y los patrones de grises, pardos y blancos de sus plumas—que sirven también para diferenciar las especies— son de una sutil belleza en la que vale la pena fijarse. También merece al menos unos minutos de observación el andar incansable del andarríos bastardo por la charca en busca de alimento, así como el gracioso y continuo balanceo que realiza al detenerse y mirar a su alrededor, moviendo el cuerpo mientras su cabeza permanece quieta, un comportamiento muy típico de los andarríos.

Suscríbete para seguir leyendo