Imaginario de Ibiza: El tempo en un ‘llaüt’ frente a la inmensidad de es Vedrà

No hace tantos años, se decía que en Ibiza la vida transcurría a otra velocidad, aunque hoy ya no nos acordamos. Esta imagen, con una pequeña embarcación de pesca ante la grandeza del paisaje, reconcilia con aquella idea

El tempo en un llaüt, frente a la inmensidad de es Vedrà.

El tempo en un llaüt, frente a la inmensidad de es Vedrà. / XP

Xescu Prats

Xescu Prats

Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos (Hector Berlioz).

Tiempo y tempo son dos conceptos tan distintos como complementarios. El tiempo se mide en una unidad constante, el segundo, y permite ordenar la secuencia de todo lo que acontece, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. El tempo, por el contrario, guarda relación con las distintas percepciones que tenemos del tiempo. A veces nos parece que transcurre rápido o en otras ocasiones demasiado lento, a pesar de que, como decíamos al principio, su tránsito es inmutable. 

El tempo define el ritmo de las acciones en las novelas, en el teatro y en el cine, así como el grado de aceleración a la hora de ejecutar, por ejemplo, una sinfonía. De una forma más general, también lo utilizamos para definir los distintos ritmos a los que discurre la vida en unos y otros lugares, equiparándolo al estrés existencial o a la ausencia de él. 

Antaño se decía que Ibiza era una isla que poseía su propio tempo. Parecía uno de esos tópicos inevitablemente ligados a nuestra tierra, como el de la «isla blanca», que ya nadie usa desde que áreas urbanas y zonas turísticas se impregnaron de edificios chillones, o el aún más manido de «la magia de Ibiza», que directamente produce sarpullidos. 

El radar estéril

A la izquierda de la imagen, asomándose entre los pinos que coronan los acantilados de sa Barbada, aparece una torre metálica, que a primera vista podría parecer un repetidor de señal para teléfonos móviles o de radio y televisión. Se trata, sin embargo, de una torre radar SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), gestionada por la Guardia Civil. Supuestamente sirve para detectar a larga distancia las embarcaciones que se aproximan a nuestro litoral e incluso identificarlas, con el objetivo de interceptar lanchas destinadas al narcotráfico o a la inmigración irregular. Sin embargo, a tenor de las informaciones publicadas en los últimos años, no ha proporcionado resultados significativos. 

Sin embargo, en cuanto emigrábamos unos días a cualquier gran ciudad de la península, descubríamos que el asunto del tempo era cierto. De pronto, al andar por la calle, percibíamos cómo el resto del mundo se movía a un ritmo mucho más frenético que el nuestro, y que la urbe entera nos adelantaba a cada zancada. Al final, de una manera inconsciente, acabábamos acompasados a la velocidad de la muchedumbre y sólo cuando regresábamos a casa recuperábamos la nuestra. 

Hace ya unos cuantos años que ese tempo de Ibiza se extinguió, al menos de manera general. La saturación, la dependencia de las nuevas tecnologías y la existencia paralela que llevamos en el universo digital, entre otros factores, han provocado el olvido del tempo. Ya sólo se benefician de él, con esa magnífica inconsciencia de entonces, quienes viven retirados en algún paraje solitario de la isla y rehúyen al máximo las carreteras, o quienes aún gozan de un oficio donde las horas y los minutos aún siguen siendo relativos. 

La imagen que ilustra esta página constituye una excelente metáfora de ese tempo perdido. Frente a la inmensidad del islote de es Vedrà y de los acantilados de sa Barbada, coronados por el Puig Pelat, en el tramo que separa Cala Vedella y la Punta des Moros de Cala Carbó, un llaüt varado en aquel tempo, mientras tres lanchas cruzan el mar a toda velocidad y en distintas direcciones, dejando otras tantas estelas de espuma. 

El pescador que navega y faena a bordo de esta pequeña embarcación artesanal seguro que es capaz de predecir cada roca, cada pliegue, cada gruta y cada escollo en el camino hasta con los ojos cerrados, con idéntica precisión que el quiromante leería las líneas de su propia mano. 

No es que el tempo de Ibiza ya no exista. Es que la inmensa mayoría hemos perdido el compás y se nos ha olvidado.

(*) Cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza

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