La trinidad fenicio-púnica de Ibiza

Aunque salió de casa al amanecer, es ya mediodía cuando abandona el camino y por un sendero que es pronto una trocha de cabras se adentra en el bosque. No se ha perdido. Conoce el lugar y no tarda en localizar lo que busca, el cipo con la palabra reveladora, QODESH. Sabe que anuncia el ‘lugar sagrado’ que habita la diosa. En el santuario le espera Abdesmun, el sacerdote de Nuestra Señora. Él bendecirá y depositará su ofrenda.

Busto de la diosa Tanit. Siglo V a.C.

Busto de la diosa Tanit. Siglo V a.C. / Museu Arqueològic de Puig des Molins

La memoria de la isla que más despierta nuestro interés es la que recuperan las viejas fotografías, sobre todo las de la primera mitad del siglo pasado que, en algunos casos, a los más mayores nos permiten identificar lugares y personajes. Ese interés, sin embargo, decrece según retrocedemos a tiempos de los que no tenemos imágenes, en los que pierde pie la memoria y a los que sólo los arqueólogos pueden asomarse. Esto explica, aunque no justifica, que sean minoría los que a pie de calle se interesan por el sepulcro megalítico de Ca na Costa, el poblado fenicio de sa Caleta o, en la misma ciudad, por la Necrópolis y el Museo del Puig des Molins. Es una situación que debería corregirse, no sólo para saber de dónde venimos, sino porque el dilatado y singular pasado de la isla es más apasionante que la mejor novela o película que nos haya atrapado. Es el motivo de estas notas sobre los tiempos inaugurales, a riesgo de que el historiador —yo no lo soy— me tire de las orejas. Insisto en ellas porque sé que estos papeles llegan a pie de calle con más facilidad que los libros y las revistas especializadas.

Puestos en ello y dejando de lado los asentamientos indígenas que tuvo la isla desde hace más de cuatro mil años, de nuestros ancestros fenicio-púnicos hay un aspecto que llama poderosamente la atención: sus creencias. Como todos los pueblos antiguos, se sentían muy vinculados a sus dioses y la religión acabó siendo un buen instrumento en su política comercial y colonial, un politeísmo de aluvión con dioses para dar y tomar. Todo y cada circunstancia tenía su dios, el mar, la navegación, la agricultura, la noche, la fertilidad, la metalurgia, el amor, la alegría, el odio, la enfermedad, la muerte, etc. ¿Gente rara? ¿Mentalidad infantil? Me temo que no, Y en todo caso, no distinta de la nuestra. También nosotros tenemos todo un santoral en el calendario, un santo protector para cada día. Algo parecido suponía para ellos su bien poblado panteón mitológico-teológico.

30 dioses

Limitándonos sólo a los dioses egipcios, en Ibiza tenemos documentados más de 30 dioses en escarabeos, amuletos y monedas, entre otros, Amón, Bes, Hathor, Bastis, Horo, Neftis, Nejbet, Isis, Maat, Nut, Osiris, Ptah, Set, Anubis, etc. Si nuestra isla es el lugar del occidente mediterráneo con mayor número de objetos de tipo egipcio con significación religiosa, aquel politeísmo tuvo en Ibiza una particularidad: la preeminencia de una santísima Trinidad, la que formaban Reshef-Melqart, Tanit y Bes.

En el panteón fenicio, que mantiene creencias de Ugarit, el dios principal es Baal, que en Tiro es Melqart, Señor de la ciudad y protector del comercio y la navegación. En Gadir (s.XII aC) lo asocian con el mítico Hércules y le erigen un gran templo. También lo tuvieron otras colonias fenicias occidentales del s. VIII aC., Sexs, Baria, Lixus y Abdera. Su culto nos llega a Ibiza con los primeros asentamientos fenicios y con ellos fue la divinidad principal. Una de las dos inscripciones que en caracteres fenicios tiene la plaquita de bronce hallada en es Culleram dice que se dedica el santuario «al Señor, a Reshef-Melqart». Las otras dos2 divinidades de la Trinidad insular, Tanit y Bes, son más populares entre nosotros por el uso que en los años 60 y 70 hizo Información y Turismo en los carteles promocionales que presentaban sus imágenes como identificativas de la isla.

El mismo rol, por cierto, que tuvieron en la Antigüedad. Bes dio su nombre a la isla, Ayboshim, Isla de Bes, mientras que Tanit es una divinidad omnipresente en las terracotas que aparece, asimismo, en la segunda inscripción de la plaquita de es Culleram con caracteres neopúnicos y, por tanto, en los últimos tiempos en que estuvo activo el santuario, siglos III-II aC: «Abdemunm, hijo de Azarba’al, sacerdote, para nuestra Señora, Tanit, la Poderosa». A pesar de que Tanit y Bes tuvieron en nuestra isla una entrada en escena tardía, ya con los púnicos, era divinidades que se veneraban en Fenicia. Tanit, diosa lunar, se identificaba con la Astarté fenicia, compañera de Baal-Melqart. En algunas inscripciones leemos ‘Tanit , faz de Baal’. Podríamos decir que, al mirar la Luna (Tanit), los fenicios veían reflejada la faz del Sol (Baal).Y antiquísima es también la historia de Bes, que damos por egipcio, pero que tenía la procedencia africana que también damos a Tanit.

La verdad es que seguir el hilo de aquellas creencias nos deja no pocos enigmas, más preguntas que respuestas. ¿Hubo, a tenor de los vestigios votivos localizados, un primer santuario fenicio en s’Illa Plana? Parece que sí, pero sigue siendo una hipótesis de trabajo. Tampoco sabemos por qué eligió la Ayboshim púnica, de manera tan decidida, a Tanit y Bes como dioses tutelares. Bes era un dios de segunda fila que, sin embargo, en Ibiza adquiere un incontestable protagonismo, es extraordinariamente popular, pudo tener más de un santuario en la isla y su representación es constante en las monedas de la ceca ebusitana, hecho que confirma su patronazgo y lo que pudo ser, incluso, un culto de estado.

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