Coses Nostres: Mariposas al sol

La saltacercas es una especie abundante en las islas, aunque la escasa floración derivada de la sequía está reduciendo la cantidad de lepidópteros y también su diversidad

Saltacercas sobre una rama de ruda.

Saltacercas sobre una rama de ruda. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Los nombres populares sorprendentes no son una rareza en el mundo animal, pero a menudo son denominaciones tan curiosas como obvias. No parece así en el caso de la saltacercas, una mariposa de un brillante ocre dorado como la miel y con marcados ocelos negros que debe su nombre a que revolotea continuamente entre las cercas que separan los campos y que se posa sobre ellas para tomar el sol. Eso sí, una vez que se conoce el significado de tal nombre, más asombroso resulta comprobar su acierto cuando se observa a algún ejemplar pasando constantemente de un lado a otro de las paredes de piedra o vallas que pueden separar los espacios en los jardines.

El nombre científico de esta especie es Lasiommata megera y también tiene un nombre popular en catalán, papallona del margall, relacionado con sus plantas de preferencia (ciertas gramíneas y plantas forrajeras).

La saltacercas, con poco más de cuatro centímetros de envergadura, es una especie muy común en Ibiza y Formentera que puede verse prácticamente todo el año, incluso los soleados día de invierno. De hecho, la especie fue, durante años, la que más avistamientos registraba en el seguimiento que se realizaba en ses Salines (datos que se sumaban al Catalan Butterfly Monitoring Scheme, CBMS). Sin embargo, esta mariposa, al igual que el resto del grupo y de los artrópodos en general, está sufriendo de manera muy directa las consecuencias de la pertinaz sequía asociada al cambio climático.

El biólogo Jaume Estarellas explica que este año, sin lluvias, «no han salido flores, y las mariposas necesitan floración para poder alimentarse de su néctar. La sequía es el primer impacto negativo en las poblaciones de mariposas y otros invertebrados; el segundo es el cambio de uso territorial».

El biólogo ha reiniciado en Ibiza y Formentera las campañas de seguimiento de lepidópteros diurnos, dentro del programa CBMS, para contribuir a un mejor conocimiento de sus poblaciones y para detectar, asimismo, los efectos que pueden tener circunstancias adversas como la sequía. De esta forma, se aportan datos y cifras al problema. Estarellas cuenta cada semana las mariposas que puede observar en la finca en custodia del GEN, Can Toni d’en Jaume Negre, donde ha podido constatar el descenso tanto de la cantidad como de la diversidad. En declaraciones al programa Nautilus de IB3 ràdio, explicaba que, desde que inició la campaña, el 1 de marzo, ha estado observando una media de siete u ocho ejemplares por transecto y una diversidad de cuatro especies diferentes, «cuando lo normal serían treinta mariposas por transecto de once o diez especies».

El estudio iniciado por Jaume Estarellas es un proyecto de seguimiento que se lleva a cabo con voluntarios que, tras una sencilla preparación y tras elegir un itinerario de uno o dos kilómetros, dedican un día a la semana a contar las mariposas para facilitar los datos a las listas del CBMS. Y hay seguimientos tanto en Ibiza como en la isla de Formentera, donde está participando el biólogo Santi Costa. «Lo más difícil es la constancia», señala Estarellas, ya que es muy importante que el estudio se realice cada semana, y añade que todos los voluntarios que quieran unirse al proyecto y contribuir al conocimiento de las mariposas diurnas de las Pitiusas serán bienvenidos y pueden dirigirse a la página del Grup d’Estudis de la Naturalesa, gengob.org o escribir un correo a gen@gengob.com.

PAPALLONA DEL MARGALL

El nombre común con el que la mariposa Lasiommata megera es conocida en las islas es el de papallona del margall, por su relación con las gramíneas así llamadas. 

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