Coses nostres

El diablo azul de ses Feixes

El cola azul común es la especie de zigóptero más abundante en las Pitiusas, aunque pertenece a un grupo de insectos muy poco estudiado en las islas

Macho de cola azul fotografiado en ses Feixes.

Macho de cola azul fotografiado en ses Feixes. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Los caballitos del diablo se distinguen de sus primas las libélulas fundamentalmente porque se posan con las alas plegadas, nunca se alejan del agua y son más finos, pequeños y de aspecto más delicado. Ambos grupos pertenecen al orden de los odonatos, que, a pesar de encontrarse entre los insectos más antiguos de la Tierra (junto a las efímeras), tienen poca representación en Ibiza y Formentera. El biólogo Jaume Estarellas destaca que son insectos muy poco estudiados en las islas, de los que se han realizado prospecciones muy puntuales y sin un seguimiento; de hecho, actualmente está trabajando en la identificación tanto de lepidópteros (mariposas) como de odonatos (zigópteros y anisópteros) con el objetivo de completar la información existente y contribuir a su conocimiento.

Respecto a los caballitos del diablo o zigópteros, la especie más abundante es el cola azul común, un bello insecto de apenas tres o cuatro centímetros de largo que combina el negro con un intenso y brillante azul cyan en los ejemplares machos y algunas hembras ya adultas; las hembras más jóvenes presentan un color entre marrón y salmón, aunque mantienen, como rasgo identificativo, una llamativa marca azul en el segmento número 8 de su cola. A su aspecto de Campanilla mágica se suma su armonioso nombre científico, Ischnura elegans, que hace referencia a su delgada cola y su porte elegante. En catalán, su nombre es llantió elegant, aunque, en general, todas las especies de caballitos del diablo son conocidos en las islas como cavallets del diable o agulles. Las libélulas y los caballitos del diablo suelen compartir estos nombres populares, además de los términos helicòpter y espiadimonis.

No sólo mosquitos

A pesar de las periódicas campañas de algunos medios y vecinos para ofrecer a los ciudadanos la imagen de que ses Feixes –tanto las de es Prat de Vila como las de es Prat de ses Monges– son poco más que un criadero de mosquitos y un pozo de insalubridad, lo cierto es que los pulmones de la ciudad de Eivissa poseen una biodiversidad remarcable que –como en el caso de libélulas y caballitos del diablo– aún está prácticamente por descubrir. 

Jaume Estarellas indica que el llantió elegant es común en la zona de ses Feixes, donde ha sido fotografiado el ejemplar de la imagen, y ha detectado que esta especie muestra preferencia por las masas de agua con cierta circulación, por los canales de agua dulce, «aunque parece ser que tolera cierto grado de salobridad».

Además del cola azul, en ses Feixes solo se ha citado una segunda especie dentro de este grupo, el vimetaire occidental (Chalcolestes viridis), que se ha observado, asimismo, en la depuradora de Sant Joan, en la finca de Can Toni den Jaume Negre o en el Cor de Jesús. Otro género citado en Ibiza es Calopteryx, una variedad de caballitos del diablo con las alas oscuras y cuyos miembros también se denominan damiselas.

Tanto libélulas como caballitos del diablo destacan en el universo de los insectos no solo por su fascinante belleza de duendes alados sino también por una forma de volar única entre los invertebrados, ya que pueden regular su velocidad, detenerse en vuelo y volar hacia atrás. Observar sus vuelos sobre el agua y verlos posarse en las hojas de las plantas contemplando el mundo con sus grandes ojos manchados es más efectivo que cualquier ejercicio de meditación que pueda inventar el último gurú de moda.

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