Imaginario de Ibiza | El lector frente a Tagomago y la paradoja del tiempo

En contraste con aquellos ibicencos que llevan una vida acelerada, otros son capaces de apostarse frente al paisaje y recrearse en él. La imagen que ilustra esta página constituye un irrebatible ejemplo.

El Lector en el muelle del varadero de sa Punta des Llaüts.

El Lector en el muelle del varadero de sa Punta des Llaüts. / X.P.

El tiempo es la divisa de tu vida. Es la única divisa que tienes, y solo tú puedes determinar cómo será gastada. Sé cuidadoso y no permitas que otras personas la gasten por ti

Carl Sandburg

Si alguien me preguntara cuál es la mejor cualidad que puede albergar un ser humano, probablemente le respondería que la capacidad de paladear el tiempo. Las personas que saben exprimir el máximo rendimiento a los momentos que conforman la vida, que poseen el don de aprovecharlos para crecer interiormente y sentirse cómodas con el traje de piel y huesos que les ha tocado en suerte, también son capaces de transmitir ese equilibrio a quienes orbitan a su alrededor.

La gente con capacidad para enriquecerse en vivencias y sensaciones posee, además, una inteligencia emocional que le empuja a no perder un instante en banalidades, discusiones inútiles o asuntos sin trascendencia. Esa especial aptitud para gozar el tiempo, en consecuencia, implica a la fuerza la existencia de otras muchas virtudes y características. En este sentido, siempre me han asombrado las personas que saben optimizarlo e incluso lo emplean en prepararse para luego aprovecharlo mejor. Como si la vida también fuera un negocio en el que, antes de obtener rentabilidad, hubiese que invertir lo suficiente.

El individuo que aparece en la imagen, en pequeñito, al que podemos apodar El Lector, aunque su género sea indistinguible, constituye un ilustrativo ejemplo de buen escanciador del tiempo. Sin duda, se ha tomado su tiempo para prepararse. Ha llenado una nevera portátil con la comida y bebida que le gusta y ha cargado con ella, el libro que en ese momento le apetece y una silla plegable por la rústica escalinata que desciende hasta los varaderos de sa Punta des Llaüts. Luego ha desplegado el equipaje y se ha instalado en el extremo del muelle de los pescadores, en completa soledad.

Desde allí, mientras permanece enfrascado en la lectura, se deja mecer por el murmullo de la corriente y la efervescencia de la espuma que se desliza sobre los escollos. De vez en cuando, al escuchar el latido del motor de alguno de los llaüts y chalanas que van y vienen de Pou des Lleó, alza la vista y admira los pliegues de Tagomago, la intensidad del mar, su contraste con el verdor de los pinos y sabinas que cubren los montes costeros y ese insólito port fenici a sus pies, que es como los marineros del lugar bautizaron el insólito canal rectangular con un embarcadero rocoso a cada lado, que la naturaleza, en su versión más caprichosa, decidió esculpir.

Pasadas las horas, cuando cae la tarde o el fresco se impone, repliega el trono, recoge el resto de bártulos y emprende la vuelta a casa, probablemente sin recrearse un instante en su talento. El Lector, sólo hay que verlo, es uno de esos privilegiados que nacieron con el don de extraer a la vida sus más dulces néctares, proporcionando sólidos argumentos a aquellos que predican que las mejores cosas de la vida no cuestan nada o realmente muy poco. Incluso en Ibiza.

El encanto de Pou des Lleó

Sa Punta des Llaüts forma parte de la costa de Pou des Lleó, en Sant Carles, una de las zonas que mejor han conservado el vínculo con el pasado. Tanto es Canal d’en Martí como la media luna de Pou des Lleó y otros rincones sucesivos, como la propia Punta des Llaüts o el Caló Roig, albergan múltiples varaderos. Además de la presencia de Tagomago en el horizonte, impresionan la tierra almagre que cubre al altiplano que envuelve el litoral y los campos roturados, de idéntico fuego, sembrados con algarrobos, higueras y vides, que escalonan los montes cercanos. Y asomada entre el pinar, sobre la Punta d’en Valls, una torre pétrea de vigilancia que alude a otros tiempos aún más remotos, de inseguridades y piratería.

Xescu Prats es cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza

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