Coses nostres

Las estrellas no son atrezo

En las costas pitiusas habita una gran variedad de equinodermos asteroideos que no solo debe sufrir los efectos del calentamiento global, la contaminación y la pesca accidental, sino también el postureo en Instagram

Una estrella espinosa roja en los fondos de sa Conillera.

Una estrella espinosa roja en los fondos de sa Conillera. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Estrella de arena, estrella de mar lisa, espinosa roja, estrella de capitán, estrella de espinas grandes o estrella púrpura. En las islas puede encontrarse una buena variedad de equinodermos asteroideos, que es lo que son las estrellas de mar, aunque no todas las especies pueden verse a poca profundidad y hay alguna tan pequeña que vive discretamente en las cintiformes hojas de la posidonia (es el caso de la estrella de capitán).

Todos los asteroideos –con su simetría pentarradial, su sorprendente poder de regeneración y a menudo su color– son organismos que ejercen un gran poder de atracción. Tal vez por ello es tan habitual querer cogerlos, fotografiarlos, observarlos fuera del agua y hacerse una foto con ellos para colgarla en las redes sociales. Quienes lo hacen quizás no son conscientes de que ese ser precioso no está allí de atrezo para su uso y disfrute, como si fuera una estrella de purpurina en un árbol de Navidad; ese animal cumple su función en los fondos marinos y respira por branquias —un sistema respiratorio que ya se explica en Educación Primaria— así que muere si lo sacan del agua.

Las estrellas, en particular, capturan el oxígeno del agua sirviéndose de unas branquias dermales denominadas pápulas. De hecho, las estrellas –al igual que el resto de los equinodermos; erizos, holoturias, lirios de mar y ofiuras– disponen de un rasgo único en la naturaleza, un sistema vascular acuífero exclusivo que es un sistema de canales implicado en diversas funciones como la capacidad de desplazarse y también de respirar. Las estrellas bombean agua para extraer de ella el oxígeno, así que, si son sacadas de su hábitat no pueden realizar el intercambio de gases y se intoxican con monóxido de carbono.

Una estrella espinosa roja en los fondos desa Conillera. CAT.

Una estrella espinosa roja en los fondos desa Conillera. / CAT

A menudo, quienes extraen estrellas del agua se justifican asegurando que sólo las han sacado durante unos pocos segundos, pero lo cierto es que algunas especies pueden morir en menos de un minuto y, en cualquier caso, se desconoce el tiempo exacto en el que cada especie podría resistir a una exposición al aire sin que su organismo se resintiera de algún modo. A ello hay que añadir que, si no mueren asfixiadas, pueden morir por estrés, por su continua manipulación, o resultar dañadas por el protector solar que el manipulador pueda llevar en la piel.

A todo ello hay que añadir que colgar, en las redes sociales, imágenes con estrellas de mar fuera del agua da un pésimo ejemplo y anima a otras personas a hacer lo mismo; el año pasado, un actor colgó en Instagram una foto en la que aparecía junto a una estrella y una holoturia sobre una tabla de paddle surf en Ibiza y recibió miles de ‘likes’ de maltratadores de equinodermos en potencia. Sin embargo, también es cierto que hubo muchas otras personas que censuraron su comportamiento y le pidieron que borrara la imagen, lo que, finalmente, hizo.

En las Pitiusas, empresas que ofrecen actividades de esnorkel o de buceo han llegado a promover tal comportamiento promocionando en sus redes sociales fotografías de turistas que sujetaban en sus manos, fuera del agua, estrellas de mar y otras especies, como peces mula (similares a los caballitos de mar y que imitan una hoja de posidonia). Por supuesto, lo argumentado puede aplicarse a todas las especies marinas, así que, ahora que se acerca la temporada de playa, no está de más recordar que la norma básica es no tocar nada.

OLAS DE CALOR

El verano pasado, las olas de calor marinas provocaron una inusual mortalidad de estrellas y erizos de mar en aguas de las islas. La combinación de la elevada temperatura y la acción de patógenos (virus y bacterias) causa estragos en los fondos del Mediterráneo que, a menudo, pasan desapercibidos. Este año, todos los expertos en ciencias marinas están pendientes de la temperatura del agua. 

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