Andy y Danny, 30 años de un sueño de música y fiesta en Ibiza

Andy Manston y Danny Gould, fundadores de la fiesta Clockwork Orange, que durante años acogió Es Paradís, rememoran sus inicios a escasos días del festival con el que celebran estas tres décadas

En bañador, con el pecho al aire y apoyados en unas bicicletas en algún punto de la carretera de Cala Bassa. Andy, «blanco como una botella de leche». Danny, con ese tono bronceado que aún luce. Jóvenes. Felices. Y con un sueño: triunfar en la noche de Ibiza. Así se sentían en ese momento, en mayo de 1994, Andy Manston y Danny Gould, los impulsores de la fiesta Clockwork Orange, que este verano celebra su 30 aniversario (que se cumplirá en realidad el año que viene) en la isla. «Acabábamos de llegar a la isla y sólo teníamos las bicicletas para movernos, íbamos a Cala Bassa a repartir flyers», rememoran los británicos, que aterrizaron en la isla con la intención de importar la fiesta que ya habían comenzado a organizar en su Londres natal.

«Enviamos un fax ¡Un fax! a Es Paradís para pedir una reunión con ellos para celebrarla allí. Nos contestaron también por fax y nos reunimos», rememoran. Aquel encuentro entre los veinteañeros aficionados a la fiesta y una de las responsables del club se celebró en el Café del Mar. Con una estampa que nada tiene que ver con la actual: «No había nadie, sólo nosotros». Presentaron su propuesta y todo fue mucho más fácil de lo que esperaban Danny y Andy, que en aquel momento no habían cumplido los 25 años: «Simplemente nos dijeron que cuándo queríamos empezar». Y así, en el verano de 1994, se celebró en la mítica discoteca de Sant Antoni la primera fiesta Clockwork Orange.

Andy y Danny, 30 años de noche, música y fiesta en Ibiza | ARCHIVO PERSONAL

Andy y Danny, 30 años de noche, música y fiesta en Ibiza / Marta Torres Molina

Una efeméride que sus impulsores, que ahora superan los 50 años, celebran esta semana por todo lo alto. La conmemoración vivirá su punto álgido este fin de semana. El domingo será el gran cumpleaños, con un festival que acogerá el Recinto Ferial entre las cuatro de la tarde y las dos de la mañana y en la que la música será la gran protagonista. Durante toda la tarde están previstas las sesiones de más de una docena de dj (Roger Sanchez, Mark Knight, Gok Wan, Tall Paul, Jason Bye, Brandon Block, Alex P, Danny Clockwork, Andy Manston, Scott Gray & Andreas, Toni Oneto, David Moreno, Mr Dorris, Guy Williams, Mikey Slade b2b Danny Oliver, Bongo Ben y Dax on Sax), pero el plato fuerte es el concierto que ofrecerán músicos de la Real Filarmónica y la Sinfónica de Londres. «Treinta músicos de clásica, uno por cada año de Clockwork, interpretarán 30 temas, también uno por cada año, de los que más han bailado los clubbers en la noche ibicenca en estas treinta décadas», explican los impulsores de la fiesta. Este concierto comenzará con la puesta de sol, sobre las nueve y media de la noche, indican antes de recalcar que los residentes tendrán un descuento del 30% en la entrada al festival, que cuesta algo más de 60 euros. «Sólo tienen que presentar el DNI en la puerta», matizan los británicos que, para este 30 aniversario, han querido también tener un «detalle» con la isla que les ha acogido y les ha llenado de felicidad.

Andy y Danny, 30 años de noche, música y fiesta en Ibiza | VICENT MARÍ

Los británicos, en mayo de 1994, cuando vinieron para tratar de vender su fiesta en Es Paradís. / Marta Torres Molina

Concierto gratuito

El sábado a las nueve y media de noche parte de esos músicos de la Filarmónica y la Sinfónica de Londres ofrecerán un concierto gratuito en el puerto de Ibiza, en la zona de es Martell. «Es una forma de devolver una pequeña parte de todo lo que la isla nos ha dado», indican los británicos, que se conocieron, precisamente, en un club en Londres. «Salíamos por los mismos sitios, nos veíamos y queríamos organizar nuestra propia fiesta», recuerdan. Así, el 23 de enero de 1983 celebraron la primera, en Reino Unido. En 1989 vinieron de vacaciones a la isla y en el 94 importaban aquella fiesta, bautizada como la novela de Burgess, a Ibiza.

Andy y Danny, 30 años de noche, música y fiesta en Ibiza | ARCHIVO PERSONAL

Andy Manston, en una de sus fiestas con Boy George / Marta Torres Molina

El nombre fue fruto del azar. Estaban en el Soho de Londres, en una tienda de memorabilia, buscando inspiración para el título cuando se encontraron con la imagen de la adaptación de Kubrick al cine. Y lo tuvieron claro. Durante un tiempo recurrieron a la estética de ‘La naranja mecánica’, de la que se fueron distanciando. Tomar la decisión de dedicarse a la noche y la música obligó a Andy a dejar su trabajo en un banco: «Le dije a mi familia que lo dejaba y me iba a Ibiza». «Al final tienes que decidir si te quedas ahí toda la vida o centras tu vida en hacer lo que realmente quieres», apunta Danny. Eso sí, los principios en la isla no fueron precisamente fáciles.

Vivían en el mismo West, en un piso compartido sin aire acondicionado, sin cortinas y en el que se colaba todo el ruido de la zona. «No teníamos dinero y durante bastante tiempo comíamos pan y queso», apuntan. Las jornadas, además, eran agotadoras. La fiesta se celebraba una vez a la semana y todos los días los dedicaban a recorrer la isla repartiendo flyers. «Iba desde ses Figueretes hasta el final de Platja d’en Bossa, con todo el calor», recuerda Danny. Iban a las playas en bicicleta. Y todo para juntar a unos cientos de personas en las Clockwork Orange, una fiesta que no alcanzó el éxito hasta 1997.

Andy y Danny, 30 años de noche, música y fiesta en Ibiza

Paco muestra en su mano el primer ‘flyer’ de la fiesta en Ibiza. / Marta Torres Molina

La fecha clave

Ésa es una fecha clave en esta historia. El verano de ese año la fiesta salió en un reportaje en la televisión británica. «En septiembre del 1997 se disparó, la gente quería venir a la fiesta que habían visto en la televisión y siguió creciendo de forma muy rápida, hasta las 3.600 personas», rememoran. «Fue una locura». insisten Danny y Andy, que no pueden evitar pensar en cómo ha cambiado la isla y, sobre todo, el negocio del a fiesta y la noche. «En esa época era todo más natural, a partir del cambio de milenio todo se convirtió en una gran industria, todo se volvió muy comercial», señalan. El ambiente, indican. tampoco tenía mucho que ver: «Veías gente de todo tipo, en la fiesta se mezclaban personas muy diferentes, de culturas distintas, ahora no tanto». «Los dj ahora son auténticas popstars. Es una locura lo que se paga. Precisamente lo que queremos con este aniversario es recuperar el espíritu, lo que vivimos, aquellos primeros años», relatan. Aquella época en la que los VIP eran los amigos, la gente que conocían y a la que querían y no los que más pagan.

Lo que les sigue gustando de la isla es lo que, aseguran, ha regido siempre la fiesta: «Da igual tu color, tu sexualidad, tu edad...». En la fiesta saben que se reecontrarán con algunos de los habituales de aquellos años. Personas, amigos, que superan ya los 60, 70 u 80 años y que, a veces, van con sus hijos e incluso sus nietos a bailar y disfrutar de la música. Otra cosa que no ha cambiado, y lo dicen convencidos, es la «locura» de los jóvenes británicos que visitan la isla. De hecho se atreven a aseverar que en su época la situación era aún más exagerada que ahora. Y lo dicen con conocimiento de causa, guardándose para ellos las anécdotas más jugosas de aquellos años, cuando las cosas ya iban mejor y podían, incluso, pasar el verano en una villa. Otra cosa que tampoco ha cambiado en estos 30 años: «Somos más viejos, pero tenemos la misma pasión por la música, la noche, la fiesta y la isla que cuando íbamos por las playas en bicicleta repartiendo flyers de nuestra fiesta».

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