Tratamiento de los residuos

Una tarjeta magnética servirá para saber quién recicla en Santa Eulària

El municipio será el primero en implantar un sistema que permita identificar qué ciudadanos separan la basura conforme a la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados: quien no recicle, pagará más

La concejala Mónica Madrid, en las dependencias municipales del Ayuntamiento de Santa Eulària. | TONI ESCOBAR

La concejala Mónica Madrid, en las dependencias municipales del Ayuntamiento de Santa Eulària. | TONI ESCOBAR

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

«Quien contamina paga». Es uno de los principios básicos en materia de residuos que recoge la legislación europea y que desde hace años pregonan las administraciones. Hasta ahora era un eslogan; sin embargo, a partir de 2025 debe ser una realidad de acuerdo a la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados. Los Ayuntamientos deberán fijar unas tasas de basuras más altas para aquellos que no reciclen y reducidas para quienes separen correctamente sus residuos. Para ello es necesario un sistema de identificación de la basura de cada particular.

Un quebradero de cabeza para las administraciones locales, aunque Santa Eulària será el primer municipio que instaure un método que le permita aplicar la normativa. Será mediante una tarjeta magnética y no es ningún invento. Algunos municipios de Cataluña y el País Vasco ya la utilizan.

Según explica la concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Villa del Río, Mónica Madrid, el cálculo preciso de cuánto debe pagar cada ciudadano ya se está implementando de forma progresiva y se aprovecha que el servicio de recogida selectiva, transporte de residuos y limpieza viaria y de playas está en proceso de licitación para poder instaurarlo desde el principio con la futura adjudicataria.

Implantación progresiva

«La normativa estatal recoge esta regulación, pero aquí en Balears ya estaba recogida esta necesidad en la ley 8/2019», señala la concejala, por lo que los técnicos municipales llevan tiempo trabajando en ello.

Precisamente, en 2019 el Ayuntamiento estaba redactando el nuevo contrato del servicio de recogida de residuos, lo que permitió integrar estas directrices autonómicas.

A día de hoy, el Ayuntamiento ya tiene identificados en una base de datos digitalizada a todos los productores singulares de residuos (hoteles, restaurantes, empresas del sector industrial, supermercados...). Todas estas empresas que generan más de 200 litros de residuos en masa por día, tiran la basura en contenedores identificados según su actividad. «Con toda esta información podemos saber el residuo potencial que generan y establecer unas tasas adecuadas al nivel de reciclaje. Actualmente lo hacemos a través de las bonificaciones, pero con el nuevo sistema podremos registrar cuántas veces vacían el contenedor», apunta la concejala de Medio Ambiente.

Con esa identificación de contenedores es sencillo saber cuánta basura produce cada empresa, pero ¿cómo hacerlo con los ciudadanos que depositan sus residuos mezclados en los mismos contenedores?

Los técnicos municipales han realizado desde 2019 diversas visitas a Cataluña y País Vasco «para estudiar de qué manera lo estaban haciendo otros municipios que ya tienen implantados estos sistemas y cómo se podía casar con las particularidades de Santa Eulària», explica Madrid.

Identificar tus residuos

Esas particularidades son principalmente la realidad turística de los municipios ibicencos. En muchos municipios de la Península que ya cuentan con sistemas de identificación individual de residuos, se ha optado por tener los contenedores con un cierre automático que sólo se activa con una tarjeta que identifica al usuario que está tirando los residuos. «Si aquí cerrásemos los contenedores, tendríamos una cantidad de vertidos fuera de ellos que no sería posible asumir».

Una persona tira sus residuos en los contenedores de reciclaje. | FIRMA

Una persona tira sus residuos en los contenedores de reciclaje. | FIRMA / isaac vaquer

Ese impacto negativo se quiere evitar, dado que la recogida adecuada de los residuos es un tema que también va muy ligado a la imagen turística del municipio.

Así, para los particulares se instalará un sistema de identificación mediante tarjeta magnética, con la que en cada isla de contenedores (hay 450 en todo el municipio) se podrá registrar qué tipo de residuos se está depositando. Sin embargo, los contenedores estarán abiertos, señala la concejala, aunque detalla que se irá valorando si finalmente se cierran según cómo funcione el sistema. Los que sí adelanta que estarán cerrados serán los de la fracción orgánica, dado que es «en la que se tiran más impropios y eso dificulta la producción de compost».

Para facilitar más este proceso, la concejala explica que también se prepara una aplicación móvil y llaveros magnéticos identificativos.

La obtención de esta tarjeta será voluntaria. El que no la utilice sabe que pagará el máximo. El que la utilice correctamente podrá reducir notablemente la tasa de basuras que paga anualmente.

«Habrá una tasa fija y en función de las veces que recicles, habrá unos baremos que supondrán que si reciclas más, podrás tener una reducción de la tasa», detalla Madrid.

Esto no se implantará de forma inmediata, pero el Ayuntamiento ya ha preparado una adaptación de las tasas que se adecúe más a la realidad de cada hogar. Hasta ahora, la tasa se fijaba conforme a los metros cuadrados de la vivienda. Sin embargo, hay casas de campo en las que viven dos personas y pisos en los que viven cinco que generan más residuos. Es por ello que a partir de 2025 habrá un coste fijo por vivienda y una parte variable conforme al número de personas registradas en el padrón.

Las bonificaciones actuales para familias numerosas y monoparentales, jubilados y parados o por el compostaje doméstico seguirán vigentes.

Fijar la tasa de basuras

Para poder adaptar la tasa de basuras de la forma más adecuada a la generación de residuos del municipio, el Ayuntamiento ha contratado recientemente a una empresa especializada en el sector, Serveis de Suport a la Gestió S.L., que se deberá encargar de establecer el método de cálculo de las nuevas tasas.

«Es una apuesta valiente que nos marca Europa, pero es que también nos lo marca el Estado y la Comunitat Autònoma. Tenemos que ir hacia el pago justo y que el que haga una correcta gestión de residuos en casa, pague menos», sentencia.

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