Debate en IB3: La izquierda exhibe sintonía ante una derecha con ganas de gobernar

El Pacto reivindica la coalición frente a los «recortes» del PP y pone el foco en la necesidad de poner límites al turismo - Los partidos de la oposición centran el debate en los «fracasos» en vivienda, sanidad o movilidad después de ocho años

Los candidatos, ayer antes de comenzar el debate. MANU MIELNIEZUK

Los candidatos, ayer antes de comenzar el debate. MANU MIELNIEZUK

Guillem Porcel

La radiotelevisión pública de Baleares (IB3) ofreció ayer el esperado debate a nueve después de una semana complicada, con su director general en el punto de mira. Los trabajadores de IB3 se afanaron en dejar atrás lo sucedido para poder ofrecer un programa televisivo de vital importancia, que seguro decantará el voto de un número importante de electores.

La discusión permitió constatar la existencia de dos modelos antagónicos. La izquierda mostró prioridades diferenciadas aunque con las líneas maestras compartidas, lo que permite anticipar un tercer Pacto si los votos lo permiten. Enfrente estuvo un bloque de derechas que coincide en cuestiones como la bajada de impuestos, un mayor apoyo al sector turístico o ceder suelo a los promotores privados para construir vivienda.

Francina Armengol (PSIB) se centró en reivindicar su gestión al frente del Govern durante los últimos ocho años e hizo un gran anuncio: si gana, las familias con dos hijos, así como las monoparentales con uno, tendrán la próxima legislatura las mismas ayudas, becas y beneficios fiscales que las familias numerosas. «Tenemos más trabajadores y mejores salarios, con diálogo social, mientras el PP vota en contra de subir el salario mínimo y las pensiones», manifestó. La socialista también incidió en la potenciación de la red de autobuses y trenes con la ampliación de las frecuencias nocturnas y el refuerzo en días festivos, una medida secundada por sus dos socios de gobierno.

Marga Prohens (PP) ofreció en sus distintos turnos unas pinceladas de su proyecto con el foco puesto en su reforma fiscal, la eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones o deducciones para los propietarios de viviendas para actuar contra la emergencia habitacional. Todo ello bajo una consigna clara: estas elecciones son un plebiscito contra Francina Armengol. La candidata ‘popular’ denunció que «con más recursos que nunca la sanidad está peor» y reiteró que el catalán dejará de ser un requisito si gobierna, una medida que cuenta con el apoyo de Vox y CS. El Pi, en cambio, se negó en rotundo.

Por su parte, Antònia Jover (UP) se presentó como la única capaz de tomar «decisiones valientes» en vivienda y de potenciar un cambio de modelo económico. Asimismo, denunció que la derecha «genera pobreza y destruye el territorio» mientras la izquierda «recupera derechos».

Lluís Apesteguia (Més) apostó por decrecer turísticamente -«más turismo no significa más bienestar»-, un salario mínimo y un IVA diferenciados para Baleares, y sobre todo defender el catalán: «No podemos permitir que 3.000 millones de euros se vayan cada año a Madrid y no vuelvan». Tanto Més como Unidas Podemos también apoyan limitar la compra a no residentes y declarar toda Baleares como zona tensionada para topar los precios del alquiler, así como restringir la construcción en suelo rústico.

Jorge Campos (Vox), cuyo partido había tildado de NO-DO a IB3 horas antes del debate, realizó un discurso en negativo para asegurar que Baleares vive en la «miseria económica» y se han «pisoteado los derechos y libertades». Así, pidió avanzar contra la «imposición» de la inmersión lingüística y acabar con el «despilfarro» de los políticos.

Mientras Josep Castells (MxM) pedía el voto para «corregir la poca voluntad de cambio real del Govern» y vinculaba tanto el problema de la vivienda como la saturación sanitaria a la masificación turísticaSilvia Tur (GxF) rechazó las rebajas fiscales porque significa «recortar lo público» y reclamó viviendas exclusivas para los trabajadores desplazados a Formentera.

Josep Melià (El PI) reclamó un concierto económico como el del País Vasco para «acabar con la asfixia fiscal y burocrática» y puso el acento en la necesidad de dar una solución al problema del crecimiento demográfico. En esta línea, pide el cambio de uso de hoteles obsoletos, la reconversión de locales en vivienda y la suspensión del impuesto de transmisiones.

Patricia Guasp (CS) destacó que su partido garantizará que el próximo Govern esté «centrado, sin pactos de retroceso» y se erigió en la formación que mejor defiende a autónomos, jóvenes y familias: «Menos trabajas administrativas, menos impuestos, menos trabas lingüísticas, ceder más suelo público e incentivos fiscales a los propietarios».

IB3 no dedicó ninguno de sus bloques temáticos a los pactos postelectorales, lo que permitió a Prohens evitar con facilidad los ataques de la izquierda con los que trataron de vincularla con Vox. Aunque Campos aprovechó para dejar claro que Castilla y León, donde gobiernan en coalición, será el referente el 28 de mayo. El Pi, que puede decantar la balanza, no quiso aclarar si apoyaría un Govern en el que estuviera Vox.