Dominical

Plan maestro para dignificar un patrimonio olvidado

Presentan ante el Consell un ambicioso proyecto para conocer, estudiar y promover la divulgación del patrimonio arqueológico submarino y marítimo de Ibiza

Midiendo una de las anclas
de Tagomago. geas | CAT

Midiendo una de las anclas de Tagomago. geas | CAT / texto Cristina Amanda Tur @territoriocat

Es un reto en el que el Consell no puede, de ninguna manera, quedarse al margen». Así de rotundo se muestra el director insular de Patrimonio y Cultura, Miquel Costa, que tiene en sus manos un proyecto de actualización de la carta arqueológica del litoral de Ibiza que incluye la investigación de pecios de los que aún se tienen pocos datos, prospecciones en los ya conocidos, el uso de nuevas tecnologías en las indagaciones y campañas de divulgación. Todo ello con la intención de ampliar y promover el conocimiento de un patrimonio olvidado. El propio Miquel Costa señala que «la parte arqueológica terrestre está prácticamente acabada, pero en cuanto a lo que se puede encontrar bajo el agua, aún hay mucho por hacer». Por ello, considera que la máxima institución ibicenca no puede desaprovechar la oportunidad de que ahora hay «profesionales preparados e interesados» en acometer esta labor. «Es un trabajo que está pendiente y se tiene que hacer», añade.

Derelicto de Illa Negra Grosa. | CAT

Derelicto de Illa Negra Grosa. | CAT / texto Cristina Amanda Tur @territoriocat

El proyecto ha sido presentado al Consell por el arqueólogo submarino Marcus Hermanns, y cuenta con una gran variedad de colaboradores que pueden contribuir a conseguir los objetivos buscados desde distintas disciplinas y con diferentes formas de colaboración, lo que incluye no sólo a investigadores relacionados con la arqueología y el patrimonio marítimo sino también centros de buceo, periodistas y diseñadores de campañas de promoción. Y cita especialmente la necesaria implicación tanto del Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera como de la Associació Marítima Cultural d’Eivissa i Formentera, uniendo así la arqueología y el «capital marítimo de las Pitiusas». Y en esta misma línea, propone reunir la información que pueda estar dispersa entre distintas instituciones y organismos, como la Demarcación de Costas.

Restos del derelicto andalusí de Portinatx.

Restos del derelicto andalusí de Portinatx. / texto Cristina Amanda Tur @territoriocat

El texto de la propuesta se inicia con la justificación de la necesidad de avanzar en el conocimiento del patrimonio sumergido de las islas y se destaca no sólo la escasa información de la que se dispone sino también el peligro de que tesoros ocultos desaparezcan en silencio. «A lo largo de las costas de la isla de Ibiza se conocen un buen número de pecios que son el resultado de siniestros marítimos y naufragios ocurridos a lo largo de los siglos. Sin embargo, la mayoría de estos derelictos no están localizados de forma oficial y, a menudo, la información permanece en posesión de particulares. A su vez se constata que, a la par de los avances tecnológicos que cada vez están más al alcance de toda la sociedad, los buceadores deportivos se adentran cada vez más a profundidades antes no accesibles». Con ello, se facilita el expolio de «los puntos de alto interés patrimonial», alterando el contexto histórico y sin olvidar —algo que es conveniente recordar—que las piezas extraídas del mar pueden destruirse rápidamente debido al cambio de ambiente y si no reciben el tratamiento adecuado.

Restos de ánforas en el
derelicto de Portinatx. CAT

Restos de ánforas en el derelicto de Portinatx. CAT / texto Cristina Amanda Tur @territoriocat

Además del temor al expolio, en el proyecto también se refleja la interacción entre la protección medioambiental y la protección patrimonial y se señala la relación entre las praderas de posidonia y los pecios, de forma que proteger y conocer unos implica proteger y conocer las otras. «Una parte de los contextos arqueológicos identificados —el pecio de es Grum de Sal, el pecio de las Illes Negres (es Freus), el posible pecio de Malvins Norte y el pecio de Tagomago II, así como el yacimiento de ses Figueretes– se encuentran en una pradera de posidonia y su excavación (o expolio, como en el último caso) queda patente por una serie de hoyos». Por ello, propone una prospección arqueológica programada en las praderas, principalmente en las claras, que completaría los trabajos de la carta arqueológica.

Fase inicial

El proyecto debe iniciarse, según el documento, con la recogida de toda la información que ya exista, empezando por lo que se ha hecho hasta el momento en la carta arqueológica del litoral, iniciada en 2006 mediante un convenio entre el Consell Insular y el Ministerio del Interior (ejecutado con los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, GEAS, de la Guardia Civil). Entre las propuestas para continuar el trabajo, figura la firma de un convenio entre la Armada Española y el Consell Insular «para prospectar zonas de profundidad».

Y apunta ya a algunos lugares que deben ser investigados: «Hasta la fecha se conocen en aguas profundas del litoral de la isla de Ibiza una docena de puntos de interés patrimonial que deben ser objeto de estudio. La información recopilada sobre dos de estos puntos es escasa; en concreto, se trata del avión alemán JU 88 que parece que se halla en la zona de sa Punta des Moscarter y del submarino alemán/italiano que posiblemente se halle al NE del islote de Tagomago.» De hecho, se presenta en este plan de choque para conocer el patrimonio sumergido de las islas un catálogo de puntos de interés patrimonial y de prospecciones que deberían llevarse a cabo.

Hoja de ruta

Miquel Costa señala que, de momento, no hay nada concreto, pero que ya están previstas reuniones «para estudiar como llevar adelante el plan y elaborar una hoja de ruta». Y respecto al punto inicial de recogida de la información existente, Costa considera que es importante que los ciudadanos sepan que si deciden entregar piezas que tengan en posesión para que los especialistas las estudien, tanto las piezas como la información de la que dispongan serán bienvenidas y no se tomará ningún tipo de medidas contra ellos si pudieran existir sospechas de que hubieran sido conseguidas mediante el expolio de algún yacimiento.

A este respecto, destaca el gran valor del patrimonio etnográfico que, en los últimos años, muchos ciudadanos han decidido donar a las instituciones y que, además de la posibilidad de aportar valiosa información a los expertos, también pueden ser expuestos en museos o salas. El patrimonio marítimo y también arqueológico submarino puede seguir el mismo camino. Y, de hecho, el plan de choque de la arqueología submarina presentado al Consell otorga mucha importancia a la necesidad de divulgar los resultados y el valor de este patrimonio ibicenco. Por ello, incluye la creación de una web, reportajes en los medios, ciclos de conferencias y la recuperación de una campaña de concienciación propuesta hace unos años y que tenía como objetivo la concienciación sobre la importancia de conservar el patrimonio cultural e histórico sumergido en aguas pitiusas y de evitar su destrucción y expolio.

El proyecto ha sido presentado al Consell por Marcus Hermanns

El proyecto no olvida incluir la metodología y las herramientas que deberán emplearse —sonar de barrido lateral o documentación fotogramétrica y reconstrucción virtual— ni la forma en la que ha de procesarse tanto la información obtenida como los materiales que deban ser recuperado. En este sentido, se señala que el objetivo principal de la carta arqueológica es la documentación y estudio del estado de todo el patrimonio arqueológico submarino que se pueda aún hallar, pero, en principio, la idea es dar prioridad a la «conservación in situ de los yacimientos, ya sea instalando una cubierta en el lugar [tal y como se hizo en es Grum de Sal, en sa Conillera] o por enterramiento en el mismo medio una vez finalizada la documentación». Sólo en caso de que exista peligro de desaparición de las piezas o que se considere necesario extraerlas por otros motivos, se sacaran del agua con el beneplácito del departamento de patrimonio del Consell Insular.

«Habrá que ir poco a poco, pero de momento, hay voluntad e interés», concluye Miquel Costa. En Indiana Jones y la última cruzada, el profesor Jones dice a sus alumnos que «no hay mapas que lleven a tesoros ocultos y nunca hay una X que marque el lugar», pero el plan de choque de la arqueología submarina ibicenca pretende conseguir, precisamente, un mapa de tesoros lo más completo posible.

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