Imaginario de Ibiza | Un fascinante museo arqueológico en el olvido

Uno de los espacios más interesantes de la historia ibicenca ya lleva 14 años cerrado, negando su disfrute a toda una generación de ibicencos. La reciente visita del secretario de Estado de Cultura sólo ha servido para deducir que aún seguirá inoperativo durante muchos años.

Interior del Museo Arqueológico de Dalt Vila.

Interior del Museo Arqueológico de Dalt Vila. / X.P.

Xescu Prats

Xescu Prats

Cómo había podido ser tan descuidada para vivir sin darse cuenta de que vivía, para extraviar con miserable desidia tantos años.

Rosa Montero

La fachada del Museo Arqueológico de Dalt Vila siempre me ha resultado fascinante, extraña y contradictoria. La puerta tapiada de la sede de la Universitat, en el centro, con el escudo de la institución como corona, donde se reunían los prohombres de la isla y decidían el precio de la sal de las salinas o la inversión en defensa costera, educación u hospitales. Viene a ser lo mismo que si dentro de dos o tres siglos el país estuviese organizado mediante otro sistema de gobierno y la puerta del Congreso de los Diputados, a pesar de su importancia histórica, permaneciese sellada, como si, al ya no existir parlamentarios, hubiese perdido su razón de ser. Dada su relevancia patrimonial, siempre me ha parecido un inexplicable desprecio.

Igual de llamativo resulta el trabajo en piedra del lienzo frontal. Si se lee de izquierda a derecha, comenzando por la denominada capilla de El Salvador, levantada en el siglo XIV por el gremio de los marineros, observamos que los sillares de piedra, que comienzan siendo de buen un tamaño, según se avanza hacia la Universitat y la Catedral y se asciende hasta la cornisa, empequeñecen para evolucionar a sencilla mampostería. Como si el presupuesto para canteros se hubiese tenido que reducir drásticamente con la obra a medio hacer. Y, aun así, posee un incuestionable atractivo estético, probablemente por el aura de antigüedad que desprende.

Museo desde hace más de un siglo

El Museo Arqueológico de Dalt Vila abrió sus puertas en 1907, con el objetivo de exponer los innumerables tesoros hallados en distintas excavaciones por la isla. Al principio ocupaba sólo los edificios situados a la altura de la plaza de la Catedral, con la capilla del Salvador, la sede de la Universitat y otro oratorio situado a la derecha de ésta, vinculada al antiguo cementerio. En los años sesenta, tras varias remodelaciones, se le incorporaron las casamatas del baluarte de Santa Tecla. 

Una vez cruzadas las puertas de madera del antiguo templo, cuando aún podíamos visitar el Museo Arqueológico, resultaba inevitable dejarse impresionar por su majestuosa entrada, con el rosetón que inunda de luz la estancia desde el muro del mirador del puerto y la magnífica bóveda de crucería y sus nervaduras, tan poco usuales en la isla. Compone la perfecta antesala de unos interiores asombrosos que, de existir un cementerio de los libros olvidados en Ibiza, similar al barcelonés que aparecía en la novela 'La sombra del viento' (Carlos Ruiz Zafón, 2001), sin duda, se accedería desde aquí, para iniciar un descenso por sus misteriosos pasadizos que, como catacumbas, se deslizan hasta las casamatas del baluarte de Santa Tecla, que también sostiene los cimientos de la Catedral. Sólo que, en lugar de un laberinto de volúmenes desahuciados, albergaba una sucesión de vitrinas iluminadas, con estatuillas, ex votos, joyas, ánforas y toda clase de objetos insólitos desenterrados en los yacimientos pitiusos, para desembocar en ese maravilloso patio interior por el que se podía ascender al terraplén del bastión y admirar desde allí el paisaje portuario desde las alturas.

Existía también esa sala al final de una escalera, donde permanecían expuestas las esculturas originales que adornan el portal de ses Taules –las allí ubicadas son réplicas–, y una colección de grandes ánforas encalladas en un estanque de arena. Un museo que, a pesar de su decadencia por falta de actualización de soportes y mobiliario, de instalación de paneles explicativos modernos y, en general, de una inversión continuada, albergaba un encanto insólito a causa de la antigüedad y los enigmas que parecían transmitir los viejos muros interiores.

Cerrado desde 2010

El museo, sin embargo, lleva cerrado a cal y canto desde el año 2010, cuando se detectaron problemas de humedad y grietas. Hace un par de semanas, 14 años después de quedar inhabilitado, el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, manifestó en una visita a la isla que confiaba en que el proyecto museográfico y de restauración arquitectónica saliera a concurso antes del verano. Se negó, sin embargo, a proporcionar plazos. O sea, a esperar, como mínimo, un lustro o dos más.

Xescu Prats es cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza.

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