La isla que nos une

Cinco años de la ley balear de Residuos: Entre la esperanza y la decepción

El primer lustro de una de las normativas más avanzadas de España y Europa no ha sido suficiente para registrar avances significativos en reducción de residuos ni en la región ni en las Pitiusas.

Inma Saranova

El mes pasado se cumplieron cinco años desde que Baleares aprobara la Ley Balear de Residuos y Suelos Contaminados, la más avanzada de Europa y la primera que, gracias a una enorme participación social en su redacción, priorizaba la prevención de residuos hasta tal punto que sirvió de referente para nuevas normas a nivel estatal y comunitario. La nueva norma buscaba cumplir ambiciosos objetivos como una disminución del 20% de los residuos generados para 2030, un descenso del 50% del desperdicio alimentario para la misma fecha, o la obligatoriedad de la recogida selectiva de materia orgánica.

Sin embargo, tal y como demuestran los datos de RezeroLab Datos, lo cierto es que, un lustro después de la entrada en vigor de la ley, nuestra comunidad está aún muy lejos de los objetivos marcados, hasta el punto de que Baleares sigue a la cabeza del Estado español en materia de generación de residuos, con una media de 563,7 kg de residuos municipales por habitante y año. En el caso de Ibiza, los datos son aún peores ya que la media por habitante de la isla ascendió a 621 kilos en 2022 según los datos del Consell Insular d’Ibiza recogidos en el Informe anual del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation.

Tampoco la tasa de reciclaje balear es aún la esperada ya que solo el 40% del total de desechos llegó a los contenedores de reciclaje, un 20% menos de lo establecido para cumplir con la normativa estatal y europea. En lo referente a la recogida selectiva de la Fracción Orgánica, pese a la obligatoriedad normativa de recogida y a que en Ibiza se ha mejorado en este sentido, lugares como la isla de Formentera todavía siguen sin implantarla.

Cultura de usar y tirar

La normativa balear fue valiente en lo referente a los objetos desechables de un solo uso, no sólo de plástico, sino también de otros materiales, centrándose en elementos como las bolsas, las pajitas, o las monodosis. El objetivo era incidir en el desarrollo de una economía circular que rompiera la linealidad de la cultura de usar y tirar. Sin embargo, el incumplimiento de la normativa en este sentido es claramente visible por cualquier consumidor. Ejemplo de ello es la proliferación de pajitas desechables en establecimientos de restauración.

Desde IbizaPreservation, en el proceso de certificación Plastic Free Balearics, no dejamos de sorprendernos al encontrar en muchísimos establecimientos pajitas biodegradables desechables que, pese a lo que siguen creyendo la mayoría de los hosteleros -debido en parte por la desinformación que ofrecen algunos proveedores sin escrúpulos- son ilegales según la Ley 8/2019 de Residuos Balear y la Directiva Europea 904/2019. Es decir, no solo las pajitas de plástico están prohibidas, sino también aquellas de un solo uso que no cumplen con la normativa, aún siendo de otros materiales, como el papel u otras sustancias supuestamente biodegradables o compostables, que raramente lo son.

Lo mismo ocurre con otros productos como los vasos de plástico vendidos como biodegradables/compostables o de cartón plastificados de un solo uso, que están absolutamente prohibidos pero siguen viéndose en muchos bares. Los objetos y envases de un solo uso sólo son legales si son «para llevar» fuera del local, y tienen calidad de envases y cuentan con el sello de Ecoembes, o bien si son compostables (certificados por la norma UNE EN 13432:20021), pero nunca para consumir dentro del establecimiento.

También las monodosis siguen estando presentes en muchos locales, y siguen al alcance de cualquiera en muchas cafeterías, bares y restaurantes. Y todo ello pese a que la ley es muy clara: a excepción de las servilletas y los manteles de celulosa que quedan exentos de la regulación, desde 2021 para el consumo de alimentos y bebidas no se pueden usar dentro de los establecimientos HORECA Baleares ningún utensilio de un solo uso, incluyendo platos, cubiertos, vasos, pajitas —incluidas las compostables y las de papel—, bandejas, cajas, etc., independientemente del material del que estén hechos.

Pajitas en todas partes

La presencia de las pajitas de un solo uso en Ibiza está muy extendida y es un buen indicador del cumplimiento, o falta del mismo, de la Ley. Si bien cada vez se ven menos pajitas de plástico, éstas siguen presentes en otros materiales, especialmente las de papel, que, además de ser ilegales, también son tóxicas según un artículo publicado en la revista Food Additives and Contaminants, escrito por investigadores de la Universidad de Amberes. El equipo analizó 39 marcas de pajitas de papel en busca de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), agentes químicos sintéticos que pueden provocar desde daños hepáticos, hasta problemas de fertilidad o cáncer. La conclusión fue que 27 de las 39 marcas contenían algún tipo de PFA. Además de este tipo de pajitas, también están muy presentes como residuo en las playas Baleares las supuestas pajita supuestamente biodegradables. Ejemplo de ello es que, recientemente, desde Plastic Free Menorca se advirtió a IbizaPreservation de la llegada a las costas de dicha isla de pajitas de este tipo serigrafiadas con el logo de un conocido establecimiento playero de Ibiza.

balear de residuos: entre

balear de residuos: entre / INMA SARANOVA

Gracias a la colaboración de la banda británica Depeche Mode, desde donde aportan fondos para abordar la problemática de la contaminación plástica mediante su colaboración con la marca de relojes Hublot en su gira Memento Mori y gracias a Conservation Collective, una red global de fundaciones de la que IbizaPreservation forma parte, esta fundación ambiental está ofreciendo de forma gratuita a las empresas pitiusas 50 certificaciones Plastic Free Balearics, un sello de garantía de calidad ambiental para empresas Horeca para reducir el impacto de residuos de un solo uso. Sin embargo, pese a los beneficios que aporta esta certificación a las empresas (ya que la fundación está corriendo con los gastos de este sello que rondarían los 500 € por empresa en caso de que éstas tuvieran que abonarlo), está siendo prácticamente imposible certificar ya que muchas de las empresas a las que se les está contactando no cumplen ni siquiera con los mínimos que establece la ley, requisito básico imprescindible para lograr este reconocimiento.

La experiencia de IbizaPreservation en este sentido pone de manifiesto que la normativa de residuos está siendo en buena medida un brindis al sol. Entre los motivos, la experiencia de Plastic Free Balearics en Ibiza y Formentera apunta a un desconocimiento generalizado por parte del sector Horeca de la normativa. Una confusión promovida en algunos casos por algunos proveedores que, conociendo la ley, hacen creer a sus clientes que están cumpliendo con ella cuando los productos que se les están sirviendo, en realidad, no lo hacen.

La Ley de Residuos establece sanciones que van desde los 300 hasta 9.000 euros para infracciones leves, de 9.001 hasta 300.000 en el caso de las graves y desde 300.001 euros hasta 1.750.000 euros para las muy graves. Sin embargo, pese al manifiesto incumplimiento de la norma, hasta septiembre del año pasado, el Govern Balear había abierto menos de un centenar de expedientes sancionadores con una recaudación de tan solo 120.500 euros.

Agua embotellada

Desde febrero de 2019, de acuerdo con la Ley 8/2019 de residuos y suelos contaminados de las Illes Balears, los negocios Horeca también están obligados a ofrecer agua no embotellada de manera gratuita y complementaria a la oferta del establecimiento, una medida que tampoco se cumple en todos los establecimientos de la isla. El objetivo de esta norma es reducir envases de un solo uso de todo tipo pero muy especialmente las botellas de plástico que, no sólo son un grave problema para el medio ambiente, afectando especialmente la vida marina y los ecosistemas costeros como los de Ibiza y Formentera, sino que además, también son perjudiciales para la salud.

En enero de este mismo año, un nuevo estudio de las universidades estadounidenses de Columbia y Rutgers publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, demostró que un litro medio de agua embotellada contiene casi un cuarto de millón de microplásticos invisibles. Y antes de eso, un estudio publicado en Frontiers in Chemistry de 2019 ya determinó que las partículas de microplásticos son mucho más frecuentes en el agua mineral que en la del grifo.

Por todo ello, a finales de 2022 IbizaPreservation junto con Bye Bye Plastic y el equipo del laboratorio de transformación sostenible (Ma), se reunieron con una docena de representantes de las principales discotecas y beach clubs de Ibiza para presentarles formalmente una petición ciudadana que lanzaron al comienzo de la temporada estival en la que se pedía a los establecimientos de la isla que dejaran de servir botellas de plástico o briks (igual o más perjudiciales que las botellas plásticas) y ofrecer agua no embotellada de forma gratuita. Pese a que en ese momento los asistentes aseguraron que valorarían la propuesta, dos años después aún no tenemos conocimiento de que se hayan hecho cambios significativos en este sentido, sobre todo en materia de cumplimiento de la normativa en lo referente al agua no embotellada.

Las discotecas de Ibiza, vanguardistas y pioneras del sector en otras áreas, parecen, sin embargo, estar quedándose atrás en sostenibilidad aunque ya se haya demostrado que el cambio de paradigma es posible. Así lo demuestran las 23 discotecas de Francia que ya se han sumado a la campaña de Zero Plastic Club, liderada por Bye Bye Plastic, cuyo objetivo es eliminar por completo la venta de botellas de agua de plástico antes de finales de 2024.

Mientras tanto, después de cinco años de la Ley, incluso su vigencia está en peligro desde que a finales del mes pasado el Tribunal Superior de Justicia manifestara que aprecia una posible inconstitucionalidad de la normativa, concretamente en el artículo que fija como objetivo que se recicle en Baleares como mínimo el 75 % de los envases no industriales antes de 2030. Un horizonte incierto para una normativa de enorme potencialidad pero que necesita de todo el apoyo social e institucional para lograr sus ambiciosos objetivos.

El Observatorio de Sostenibilidad es un proyecto de IbizaPreservation.

Leer más en ibizapreservation.org

Suscríbete para seguir leyendo