Baños «indignos» y la falta de espacio, objetivos de Educación en Ibiza y Formentera estos cuatro años

El delegado territorial de la conselleria, Juan Álvarez, hace un repaso de la situación en la que se han encontrado los centros educativos de las Pitiusas tras visitarlos todos en los últimos meses

Obras en el Xarc, una de las prioridades de la conselleria de educación.

Obras en el Xarc, una de las prioridades de la conselleria de educación. / Vicent Marí

Juan Álvarez, delegado territorial de la conselleria balear de Educación, estaba convencido de que cuando explicaba en Mallorca la situación en la que se encuentran los centros educativos de las Pitiusas, pensarían que estaba exagerando. Desde que se hizo cargo de su nuevo puesto, ha visitado «60 centros educativos», tras lo que tiene claro qué le gustaría hacer en los próximoscuatro años. «Primero se atenderán las prioridades más urgentes, y después se irán haciendo las reformas necesarias en función de las necesidades», indica Álvarez, que recalca que «debido al gran volumen de trabajo» que deben abordar «y al estado de los centros» se irá reformando «todo lo que se pueda». Algunas de la escenas que ha visto le han impactado. Es el caso del estado del colegio Vara de Rey de Sant Antoni, de la Escola d’Arts y de algunos baños de las aulas Ueeco.

El delegado de Educación, Juan Álvarez. | VICENT MARÍ

El delegado de Educación, Juan Álvarez. | VICENT MARÍ / Marta Torres Molina

Ibiza: Comedores, gimnasios, grietas y falta de espacio

Gimnasios. Espacios en los que los alumnos puedan hacer Educación Física los días que llueve. Es lo que demandan cuatro colegios del municipio de Ibiza: Can Misses, que, además, «necesita una reforma integral», Poeta Villangómez, Can Cantó, donde Educación estudia si colocar el comedor «en la primera o en la segunda planta» y Cas Serres. En este último hay pendientes «pequeñas actuaciones» y, sobre todo, dotar al aula Ueeco (Unidad Educativa Específica en Centro Ordinario) de un cambiador en condiciones. «Ahora mismo son dos mesas sobre las que se extiende una esterilla», afirma el delegado de Educación, que critica también el estado de los baños de esta misma aula en Portal Nou, a cuyos responsables ha pedido una lista del material que necesitan para los alumnos de la Ueeco.

Sa Blanca Dona es el único centro en el que considera que no hay pendiente ninguna actuación mientras que en Sa Graduada hay que «crear un muro de separación en la entrada» y en Sa Bodega «colocar una reja de 30 centímetros en la terraza para acotarla». «Se aprovecharía un espacio más al que ahora no se le da uso». Curiosamente, el edificio educativo más nuevo de Vila, el colegio Sa Joveria, necesita una actuación importante a pesar de su corta vida, según detalla el delegado: «Es nuevo, pero tiene grietas por todos lados, baldosas que se caen y las salidas del agua se inundan cuando llueve». Álvarez detalla que también hay «tuberías rotas» y que los desagües de la terraza se hicieron «después» de poner en marcha el centro y no alivian bien el agua. Además hay que levantar la verja que perimetra el centro: «Es pequeña y los alumnos de sexto se escapan». En la conselleria estudian también una ampliación de seis aulas en Nuestra Señora de la Consolación.

La necesidad más imperiosa en el municipio es contar con un nuevo centro de Secundaria que alivie la saturación que sufren los demás institutos, especialmente de Sa Colomina, donde por su «exceso de alumnado» el curso que viene habrá que instalar un aula prefabricada y el siguiente, otra, y así hasta que esté en marcha el nuevo. Además, hay reformas pendientes en todos los existentes. En Sa Blanca Dona hay que retirar uralita y hacer unas gradas que sustituyan a los «escalones horribles» de las pistas deportivas. En el edificio vecino, el Isidor Macabich, la intención es convertir la casa del conserje en un aula, reformar «los baños horrorosos que tienen» y adecentar la pista de voleibol. En ambos casos, el delegado señala que se trata de «edificios muy viejos» que, además, al usarse «mañana y tarde» sufren un desgaste que se traduce en baldosas que se caen y escalones rotos, por ejemplo. «En Santa Maria hay un problema muy grave con las ventanas. Es imposible dar clase», apunta el delegado, que conoce bien de lo que habla porque lo ha sufrido los últimos años. «Las ventanas son tan viejas que cuando pasa la ambulancia tienes que parar la clase porque no se escucha nada y cuando hace calor no se puede», indica Álvarez, que destaca que hay que poner ventilación «en todas las aulas».

Sant Antoni: La «pena» del Vara de Rey y los baños «indignos» de un aula Ueeco

La situación «más grave» de Sant Antoni, para el delegado, es la del colegio Vara de Rey. «Da pena», señala. Y no sólo por las instalaciones: «Tiene un hotel de tres estrellas delante y los alumnos ven lo que pasa en las habitaciones. Los profesores tienen que cerrar las ventanas para impedirlo, pero luego salen al patio y lo ven», relata. Las aulas de la parte antigua del centro se inundan, lo mismo que el patio. «Es como volver a los años 60», afirma el delegado, que señala que el colegio Can Coix está a la espera del permiso de Industria para poder poner en marcha los aparatos de aire acondicionado que ya están colgados. También están a la espera de colocar las nuevas persianas, y de colocar hormigón en una zona «porque todo son arbustos». El gran problema del colegio Sant Antoni son los cuartos de baño del aula Ueeco: «No son dignos, hay que reformarlos sí o sí». Ahora mismo, relata el delegado, «hay un adaptador de plástico y una cortinita» para una alumna que va en silla de ruedas. «Si esto es normal, que venga alguien y me lo diga. Yo creo que no y por eso monto la pataleta», insiste Álvarez, que ha pedido al Servicio de Atención a la Diversidad (SAD) una grúa para este baño. Pero no es lo único. Hay «humedades importantes» en la zona de Infantil y faltan persianas, tanto en el lado derecho como en el izquierdo. «Hace un calor horrible», apunta.

Hay dos centros en los que es necesario suprimir barreras arquitectónicas: Santa Angès y Sant Rafel, donde también hay que cambiar persianas, algo que está pendiente en el Guillem de Montgrí, junto con «rellenar con hormigón una parte del patio». En Buscastell la idea es construir un «pequeño porche» en la entrada mientras que el colegio Cervantes es el único del municipio en el que, tras las visitas de comiendo de mandato, no han detectado ninguna acción necesaria importante. En Sant Mateu no hay obras pendientes, pero sí hace falta un autobús que lleve alumnos de Sant Antoni hasta este colegio y el de Santa Agnès, que «se están quedando sin niños».

No es el caso de los dos institutos. «Quartó de Portmany tiene un problema de espacio y tres aulas modulares muy antiguas que están oxidadas», cuenta el delegado, que señala que esas aulas se surten de electricidad desde el edificio principal «con tres cables, como un poblado». «Ahí hay que hacer una ampliación importantes», añade. En Sa Serra se buscará más espacio reformando la casa del conserje «donde no vive nadie» en un aula, actuación que requiere «un proceso normativo» y también falta pintar.

Santa Eulària: Mucho más que las reformas del Xarc y el Sant Ciriac

«La prioridad es el instituto Xarc», afirma Juan Álvarez antes de detallar las necesidades de las infraestructuras de Santa Eulària. «Cuando le dije al conseller lo que iba a ver, él pensaba que igual le estaba exagerando, pero cuando lo vio a los dos días dijo que se intervenía y se precintó la zona», indica el delegado territorial, que señala que el colegio Sant Ciriac «es otro centro que necesita una reforma integral». Hace años, de hecho, que la comunidad educativa de este centro la demanda. Otro de los colegios históricos del núcleo urbano, el Santa Eulària, tiene «un montón» de barreras arquitectónicas que hay que suprimir, además de cambiar las puertas de entrada, algo similar a lo que ocurre en Santa Gertrudis: «En una parte del edificio todo son escalones y eso hay que cambiarlo». Una situación que se repite en el colegio de Jesús: «Todo son escaleras». Sant Carles se encuentra metido de lleno en la ampliación del centro, que también necesita «arreglos» en la entrada. En el Puig d’en Valls, Educación ha constatado que es necesario «arreglar las goteras, cambiar las persianas y abrir una puerta exterior».

El único centro del municipio en el que no habría que hacer más que el mantenimiento, según la delegación de Educación, es S’Olivera. Aunque no todas las infraestructuras más recientes se libran de las necesidades. En el Vénda d’Arabí «hay que cambiar todo el suelo, porque está totalmente negro» y también intervenir en la pista de deportes, «que se inunda cada vez que llueve» mientras que en el instituto Quartó del Rei, además de la ampliación prevista para Bachillerato hay que ampliar el aula Ueeco: «Es ridícula, se ha quedado muy pequeña, hay cuatro mesas y son tan voluminosas que no caben». La intención de la conselleria es hacer esta obra, que quitaría espacio de la biblioteca para cedérselo al aula, ya que están pared con pared, este verano. «No es tan fácil como parecería, hay una normativa que establece las dimensiones de la biblioteca», indica Álvarez.

Sant Josep: Patios que se inundan y salas en las que no caben dos

Cuando llueve se inundan. Les pasa al porche del colegio L’Urgell y también en el novísimo Ses Planes. En el caso de este último se debe a que «se ha hecho mal la construcción» y la zona de Infantil se llena de agua, relata el delegado territorial de Educación, que asegura que este problema se solventará «este verano». En el caso de L’Urgell, va a haber que hacer de nuevo el porche —«está podrido y se inunda»— y también reestructurar el despacho de orientación, que se encuentra en la zona de Infantil: «Es una sala de dos por dos metros, apenas caben la orientadora y el alumno, hay que ampliarlo». El principal problema —«un problema gordo»— de Can Raspalls son las cristaleras, en las que, según Álvarez, «se hizo una chapuza» que hay que solucionar. Además, es preciso «trabajar» en los accesos entre el patio y las aulas. En Can Guerxo se están «arreglando las pistas» y también se ha detectado un problema en el gimnasio «que es tema del ayuntamiento». En Sant Jordi es necesario reformar los baños mientras que en Es Vedrà, según relata el delegado territorial, no hay nada pendiente.

Los dos institutos públicos del municipio necesitan actuaciones. El Algarb, «una ampliación de seis aulas», y el Sant Agustí habilitar una nueva entrada al centro y reparar los voladizos de las ventanas.

Sant Joan: Llegar a fin de mes y una biblioteca nueva

Llegar a fin de mes. Es lo que necesitaba el colegio Torres de Balàfia. «Tenían que pagar lo de un mes con lo del otro», explica Juan Álvarez, que detalla que les han aportado 2.000 euros al centro y otros 4.000 para la ventilación. En Balansat está previsto habilitar la biblioteca que la dirección del centro «lleva años» pidiendo así como una sala polivalente, un proyecto «que seguramente irá unido a un comedor porque el único colegio del municipio con comedor es Labritja», continúa. «Hay espacio», afirma. En Labritja, en cambio, está pendiente «cambiar persianas y puertas», también una valla. Y hay que suprimir las barreras arquitectónicas: «Para entrar hay tres escalones». El instituto Balàfia, a pesar de las numerosas intervenciones que se han hecho desde que se inauguró, sigue necesitando nuevas actuaciones para acabar con las persistentes goteras. También hay que reparar voladizos.

Formentera: Sombras en el patio y nuevas aulas de Secundaria

En enero, si se cumplen los planes de la conselleria balear de Educación, comenzará la construcción de ocho aulas y un ascensor en el instituto Marc Ferrer. En Sant Ferran, el problema más importante es la falta de sombras —«no hay nada, es imposible estar»— en el patio, por lo que en los meses de más calor —«septiembre, mayo y junio»— se instalará una carpa. En El Pilar de la Mola la intención es crear un nuevo espacio «en forma de ele» en el que se ubicarán el comedor y una zona para guardar el material deportivo. La actuación más ambiciosa es, sin duda, la que planean en el Mestre Lluís Andreu: «Hay que juntar los dos edificios, que están separados por una carretera, con lo peligroso que es eso. Hay que juntarlos y que la carretera bordee el colegio». Además, indica, hay que solucionar las goteras y los problemas de estancamiento de agua cuando llueve.

Otros centros: La «escandalosa» Escola d’Arts

Uno de los casos que más ha impactado al delegado territorial de Educación en sus visitas a los centros es el estado de la Escola d’Arts. «Es lo más escandaloso que me he encontrado junto con la situación del Vara de Rey y el Xarc», insiste Álvarez quien, de hecho, afirma que organizó allí uno de los encuentros con directores para que todos fueran conscientes de las condiciones con las que conviven diariamente Alumnos y docentes. «Hay que verlo», abunda el delegado, que explica que están buscando un emplazamiento nuevo al centro, a ser posible, en Vila. «Su máximo anhelo es volver a la ciudad porque para llegar hasta allí hay alumnos que tienen que coger dos y hasta tres autobuses. Y no hay acera», indica antes de explicar que ya se ha reunido con el Ayuntamiento de Ibiza para pedir un terreno para la Escola d’Arts, que «lleva unos veinte años en unas condiciones paupérrimas: internet funciona a ratos y los baños y el material con el que trabajan dan pena».

Si todo va en calendario, la Escuela Oficial de Idiomas se trasladará a principios del año que viene a Sa Coma, mientras que en el caso de la Escuela de Hostelería la intención para esta legislatura es dotarla «de una residencia de estudiantes como en Palma».

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