Cáritas amplía el reparto de alimentos a tres días semanales para dar servicio a 300 familias en Ibiza

La demanda de ayuda a la entidad diocesana tras el fin de la temporada vuelve adelantarse por el aumento del coste de la vida

El número de usuarios en riesgo de exclusión sigue por encima de las cifras previas al parón del covid

Imagen del almacén de alimentos de Cáritas en Vila.

Imagen del almacén de alimentos de Cáritas en Vila. / V. Marí

La pasada temporada turística demandó tanta mano de obra que prácticamente llegó a dejar sin usuarios a los servicios de formación y búsqueda de empleo de Cáritas Diocesana en Ibiza. La bonanza del sector turístico facilitó que cualquier persona pudiera encontrar trabajo hasta el pasado mes de octubre, pero, muchas de ellas ahora no disponen de recursos suficientes para llegar a final de mes.

Este desequilibrio lo conocen bien en Cáritas, donde, al igual que el año pasado, han tenido que ampliar su servicio de reparto de alimentos antes de las fechas que eran habituales. Y el aumento de esta demanda de ayuda se destina, principalmente, a personas que han estado ocupadas durante el verano.

«Un empleo hoy en día ya no garantiza quedar libre de estar en riesgo de exclusión social en Ibiza»

«Podemos constatar que contar con un empleo hoy en día ya no garantiza quedar libre de estar en riesgo de exclusión social en Ibiza», lamenta el coordinador de Cáritas Diocesana, Gustavo Gómez. Desde hace un mes, la entidad ha ampliado de dos a tres días a la semana el reparto de alimentos en su sede de Vila para dar respuesta a las necesidades más básicas.

Los paquetes de comida y ayuda se reparten cada dos semanas a cada una de las 300 familias que atiende en estos momentos la entidad. «Estas cifras son bastante altas para estas fechas», advierte Gómez. Este fenómeno ya se dio el otoño pasado y hace temer que «será un invierno complicado» desde el punto de vista asistencial.

Hasta los años previos a la pandemia del covid, la presión en Cáritas se empezaba a disparar a partir del mes de enero y volvía a caer con el inicio de la temporada turística. Gracias a los empleos generados por el sector, estos trabajadores podían lograr un colchón que ahora es cada vez más exiguo.

Sin ahorros

«Se nota que todas estas familias han tenido menor capacidad de ahorro este verano y ya no llegan a final de mes», constata Gómez. El precio disparado de los alquileres ya no es el único factor desestabilizador para estos grupos de trabajadores, sino que se suma la inflación y el encarecimiento de alimentos, así como del combustible y el gasto energético.

De hecho, pese a que las reservas de alimentos de Cáritas están bien surtidas en la actualidad gracias a las donaciones, ahora no se dispone de algunos de los productos que más se han encarecido.

Al llegar el final de la temporada turística, muchos establecimientos y cadenas hoteleras hacen llegar a la entidad buena parte de las partidas de alimentos sobrantes.

Los servicios de formación laboral y de búsqueda de empleo de Cáritas también vuelven a estar a pleno rendimiento

«Pero no todo el material que necesita una familia nos llega por donaciones», precisa Gómez. Así, la entidad se encarga de adquirir con sus fondos palés de leche cada semana, pero han tenido que reducir la cantidad de aceite de oliva que solían adquirir para sus usuarios. «No tenemos tanta capacidad económica», se resigna Gómez.

De la misma manera, los servicios de formación laboral y de búsqueda de empleo de Cáritas también vuelven a estar a pleno rendimiento, después de haber quedado «prácticamente vacíos» durante los meses de verano.

Salir del bache

Por otra parte, el servicio de acogida de Cáritas mantuvo el ritmo de actividad durante el verano «debido a la dificultad de pagar el alquiler con un sueldo», apunta Gómez. Además, la demanda asistencial sigue muy por encima de la registrada antes del covid y, si 2022 se cerró con un 24% más de usuarios respecto a 2019, este ejercicio mantiene esa misma diferencia.

«Hay un porcentaje muy elevado de personas que, con la crisis, cayó en un agujero del que les es muy difícil y recuperarse y poder remontar», subraya el coordinador de Cáritas.

A la esperade reformar el albergue de Carles III

Entre los proyectos que tiene en mente Cáritas en la actualidad destaca la adecuación de su albergue en la calle Carles III, que sirvió de servicio de acogida municipal hasta que el Ayuntamiento de Ibiza construyó el nuevo edificio en la calle Vicent Serra. Cáritas ha llegado a un acuerdo de colaboración con la compañía Vibra Hoteles por el que esta cadena se hace cargo de las obras en sus instalaciones del barrio de es Pratet, donde se ofrecerá un recurso de vivienda para 18 personas que «hace mucho falta actualmente». «Ahora nuestro equipo de técnicos están mirando qué enfoque le daremos al albergue y a qué tipo de perfiles se ayudará para abrir lo antes posible, tal y como pidió el obispo [Vicent Ribas]», explica el coordinador de Cáritas Diocesana en Ibiza, Gustavo Gómez.

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