Visita para conocer los secretos de los flamencos en ses Salines

El equipo del Parque Natural contabiliza 1.203 ejemplares de ‘Phoenicopterus roseus’ en agosto

En 2021 y 2022 se produjeron dos intentos de nidificación en Ibiza, inéditos hasta entonces

Al final de verano, ses Salines exhibe la mayor concentración de flamencos del año, con más de mil ejemplares alimentándose en sus estanques. Por este motivo, el equipo de educación ambiental del Parque Natural organizó ayer una visita para divulgar los curiosos hábitos sociales del ‘Phoenicopterus roseus’. Si alguien quiere contemplarlos por su cuenta, debe saber que no debe ir con perros, un peligro para la avifauna de esta zona protegida de Eivissa.

«¿Cómo que los flamencos cuidan de sus polluelos en guarderías?». Esta pregunta se la hacen todos los participantes en la visita guiada para conocer a fondo al ave más emblemática del Parque Natural de ses Salines. Todos llegan más que predispuestos, pero aún así su interés se multiplica a medida que se profundiza en las explicaciones.

El recorrido con las educadoras ambientales Estels Martí y Mery Noguera es una caja de sorpresas para descubrir que, más allá de su pintoresca silueta, larguilucha y rosada, el flamenco es un ave social con comportamientos comunitarios que los acercan a los humanos. Cortejan en grupo, se reproducen simultáneamente, algunos ejemplares adultos se hacen cargo del conjunto de las crías o se desplazan en masa. Pero, antes de adentrarse en su curiosa etiología, toca empezar por el principio: el porqué del color que le da el nombre de Phoenicopterus roseus.

Visita para conocer los secretos de los flamencos | V.MARÍ

Estel Marí, en el centro, muestra las artemias que dan la coloración a los flamencos. | V.MARÍ / Josep Àngel Costa

El color

La excursión recorre el camino de es Cap des Falcó, uno de los mejores miradores para contemplar las aves. Si no se dispone de tanto tiempo, en el observatorio que hay junto al centro de interpretación de ses Salines, en la iglesia de Sant Francesc, se observa fácilmente a varios flamencos alimentándose.

Pero, antes de llegar a las aves, la primera parada se dedica a las artemias, los minúsculos crustáceos que abundan en estas aguas con mayor concentración salina que el mar. Los estanques están llenos de unos microorganismos (Chromatium thiocapsa), púrpuras y asalmonados, que los tiñen de su color rosado. La artemia salina se alimenta de ellos y se impregna de esos carotenos que acaba traspasando a los flamencos.

Los ejemplares adultos, a partir de los cinco años, llegan a medir 1,5 metros y pesar entre 15 y 25 kilos

Por eso, cuando son jóvenes, estas aves son aún grisáceas. A medida que crecen, se tiñen de rosa por las ingentes cantidades de artemias con que se nutren. Necesitan unos 250 gramos diarios de este microorganismo seco, lo que supone aspirar y filtrar unos 80 litros de agua. Por eso se les ve casi todo el día con el pico dentro del estanque. Igualmente, de ahí deriva el desarrollo de sus patas y de su cuello, el más largo, en proporción al cuerpo, de las aves.

Los ejemplares adultos, a partir de los cinco años, llegan a medir 1,5 metros y pesar entre 15 y 25 kilos. También sorprende su longevidad, por encima de los 40 años (se sabe que algún ejemplar ha llegado a los 60).

La guinda de la contemplación de los flamencos se produce cuando alguno de ellos alza el vuelo. Al desplegar las alas, se aprecia que también tienen una franja negra que destaca aún más el resto de su plumaje rosáceo. Pese a la espectacularidad de su silueta en el aire, no destacan por su habilidad en el vuelo. Por eso, necesitan coger carrerilla para alzarse y pedalear sobre el agua cuando regresan al estanque. Pueden volar 200 kilómetros diarios en busca de comida, sobre todo cuando necesitan alimentar a sus polluelos.

La cría

.nidificación

El pasado mes de agosto, se contabilizaron 1.203, mientras que en 2022 se llegó a 1.347, la cifra récord hasta el momento. Como algunos de ellos están anillados, se sabe que todos las zonas húmedas donde viven están muy interconectadas: en ses Salines, se ha localizado un flamenco que había nacido en Cerdeña y que también había sido identificado en el Sáhara argelino.

La época de cría suele comenzar en abril, cuando los machos adultos están más rosados que nunca y exhiben una peculiar coreografía en grupo

Por contra, el mes con menos presencia del año pasado fue junio, con 212 ejemplares. Por esas fechas, los polluelos son demasiado jóvenes para alzar el vuelo. La época de cría suele comenzar en abril, cuando los machos adultos están más rosados que nunca y exhiben una peculiar coreografía en grupo para cortejar a las hembras. Todos juntos avanzan erguidos en las zonas de poca profundidad, moviendo sus cabezas de lado a lado. Después abren las alas y, cuando una hembra los elige, van separándose.

De esta manera, a los tres o cuatro días, las hembras pondrán un huevo de manera simultánea. Los machos también participan en la incubación. Al cabo de un mes, nacen los polluelos y abandonan el nido en 15 días. A partir de esa etapa, los pequeños estarán todos en grupo, vigilados por unos pocos adultos, mientras la mayoría de los padres vuela en busca del alimento que les regurgitarán. Hasta que a finales de verano, como especie errante, se desplacen de nuevo.

Programa divulgativo

Las actividades didácticas que se organizan regularmente en el Parque Natural de ses Salines pueden consultarse en la página web balearsnatura.com/agenda.

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