Hovik Keuchkerian: Vuelve el hombre rudo

Antes de ser actor, trabajó de camarero en el restaurante de su padre, regentó un gimnasio durante 20 años que acabó por cerrar en 2015 y le dio al boxeo con tal éxito que llegó a ser campeón de España

Hovik Keuchkerian en su etapa como boxeador, de Bogotá en La casa de papel, en Antidisturbios y en Un amor junto a Laia Costa

Hovik Keuchkerian en su etapa como boxeador, de Bogotá en La casa de papel, en Antidisturbios y en Un amor junto a Laia Costa

Natalia Araguás

Hovik Keuchkerian (Beirut, 1972) es el actor del momento. Protagoniza, junto a Vicky Luengo (ahora Victoria), la serie Reina Roja, en Amazon Prime Video, la adaptación de los libros superventas de Juan Gómez-Jurado. En el thriller televi- sivo, Hovik Keuchkerian interpreta a un policía vasco, prototipo del oso gay y muy apegado a su madre, que junto con el brillante personaje de Vicky Luengo, con un cociente intelectual de 242, resolverá endiablados crímenes. Ambos coincidieron ya en Antidisturbios, la serie de Rodrigo Sorogoyen, con Hovik Keuchkerian en el papel del agente Osorio. Antes fue Bogotá, el sentimental y tosco atracador de La Casa de Papel, o el Empecinado en El Ministerio del Tiempo, dando vida al histórico militar español. En el cine, como en la vida, Hovik Keuchkerian parece encarnar siempre variaciones de tipo duro.

Su vida

Nacido en el Líbano, hijo de un armenio y una navarra, la guerra civil en ese país llevó a su familia a exiliarse para vivir en Alpedrete, un pueblo de Madrid, donde él llegó con tres años. Antes de ser actor, trabajó de camarero en el restaurante de su padre, regentó un gimnasio durante 20 años que acabó por cerrar en 2015 y le dio al boxeo con tal éxito que llegó a ser campeón de España de los pesos pesados dos veces, para acabar por dejarlo para dedicarse a los monólogos, la escritura y la interpretación. Tras un registro de quince victorias por KO y una derrota ante el francés Thierry Guezouli, enemigo íntimo y el hombre que más le ha enseñado en la vida tras su padre según expone, decidió abandonar el deporte: «Rompí a llorar en público, delante de unas 12.000 personas. Y no me importó llorar delante de tanta gente, porque me derrumbé», explicó en Esquire.

Luego vino el monólogo Cocretas, con Paramount Comedy en 2010, un repaso autobiográfico pasado por la parodia: al nacer, le dio dos besos a su madre y se fue a currar, decía, entre otras boutades. Ya apuntaba maneras de actor, aunque antes escribió algunos libros como el poemario Cartas desde el Palmar, Lokura y Diarios y desvaríos, relatos breves sobre sus experiencias. Le llamaron para la serie Hispania, la leyenda y protagonizó su primer cortometraje, pero durante su transición a actor cayó en el alcoholismo. Si bien hasta los 32 años era el tipo más sano del mundo y nunca bebió ni fumó, le confesó a Pablo Motos en El Hormiguero, tras dejar el boxeo se entregó con la misma pasión a los destilados y solo deseaba «volver a casa para abrir el whisky» y acostarse «a las once mamao». También fumaba más de tres paquetes de tabaco al día. Tras una reprimenda de su madre, se recondujo.

Con un físico dúctil, el actor ha aumentado de peso para sus personajes: ganó 41 kilos en tres meses para la segunda temporada de The Head, con un personaje que trabajaba en la sala de máquinas de un carguero, y llegó a pesar 153 kilos durante el rodaje de El Hoyo 2, explicó a El Correo. Tras esta última experiencia, ha decidido «no hacer más el animal» para dar verosimilitud a sus protagonistas. Desde hace dos años, coincidiendo con su despegue como actor, está inmerso en un proceso de sanación.

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