Una pista de patinaje de material antibalas en Ibiza

Los primeros patinadores pueden estrenar el día de la Constitución la pista de hielo sintético instalada en el parque Reina Sofía, que abrirá todas las jornadas hasta el 7 de enero con acceso gratuito

‘Las Chipironas’ fueron las primeras en llegar ayer a la pista de patinaje instalada en el parque Reina Sofía. «¿A qué hora abre esto?», preguntaba una de estas amigas mallorquinas a gritos desde un extremo de la pista. «A las doce», le respondía uno de los monitores de la pista. «¿Y para practicar un poco se puede entrar antes?». ‘Las Chipironas’ habían llegado a Eivissa por la mañana para celebrar el cumpleaños de Ainhoa y se iban por la noche, no había tiempo que perder.

Pero la hora para la inauguración de esta pista de hielo (sintético) estaba fijada. Era a mediodía del día 6, no había privilegios, aunque todo estaba listo. Desde ayer y hasta el 7 de enero permanecerá abierta todos los días con acceso gratuito. De lunes a viernes durante tres horas (de 17 a 20 horas) y los sábados, domingos y festivos prácticamente durante todo el día: desde las doce del mediodía hasta las siete de la tarde.

Simulación de hielo

La pista es blanca y para deslizarse sobre ella hay que usar patines diseñados para el hielo, pero el piso ni está frío ni es de hielo. «Es una superficie sintética de un material parecido al kevlar», explica Enrique Gómez, responsable de gestionar el uso de la pista. El kevlar se usa por su dureza y resistencia para hacer chalecos y cascos antibalas, es importante que este material similar cumpla con esas características: miles de personas pasarán con cuchillas sobre él durante un mes, sin tregua.

Una pista de patinaje de material antibalas |

Una pista de patinaje de material antibalas | / Isaac Vaquer

«Imita bastante bien la superficie de hielo, pero si viene alguien que haya patinado sobre él notará la diferencia». Gómez sabe de lo que habla. Este trabajador del 061 fue jugador de hockey sobre hielo durante varios años y mantiene su afición al patinaje.

Al tratarse de una actividad gratuita, Gómez explica que se fijarán turnos de alrededor de 15 minutos en los momentos de más demanda, para que tenga acceso a la actividad toda la gente que lo desee. La pista está pensada para albergar a un máximo de 75 patinadores, aunque Enrique señala que lo ideal es que no haya más de 50 «para que todos puedan deslizarse tranquilos, sin molestarse».

Una pista de patinaje de material antibalas |

Una pista de patinaje de material antibalas | / Isaac Vaquer

La lluvia había mojado algo ayer la superficie de la pista, una situación que no es la idónea (cuando alguien se cae se moja la ropa), pero no es un impedimento para patinar. Este tipo de pistas son ideales para lugares de climas cálidos y para disponerlas al aire libre. No requieren mantenimiento, más allá del secado si están muy húmedas, y las condiciones meteorológicas no les afectan.

Para todas las edades

Entre los patines disponibles hay tallas que van desde la 25 hasta la 49. «Si el niño se mantiene en pie puede entrar a patinar», indica Gómez. Además, la pista dispone de osos, pingüinos y asientos que permiten apoyarse para no perder el equilibrio. Los adultos que vayan con los menores pueden patinar con ellos o acompañarles con unos patucos en los pies, «esa es la ventaja de no ser hielo real, que no resbala cuando se entra sin patines».

Una pista de patinaje de material antibalas | FOTOS DE V. MARÍ

Una pista de patinaje de material antibalas | FOTOS DE V. MARÍ / Isaac Vaquer

Pero a pesar de no serlo, los riesgos de patinar son los mismos. La pista resbala mucho con los patines que tienen cuchillas. Para poder deslizarse adecuadamente estas cuchillas deben estar afiladas por sus bordes. «Disponemos de una afiladora que nos permite mantenerlos a pesar del desgaste por el uso», indicaba Enrique, para lo que contará con Andrea y Alejandro, todos ellos patinadores.

Sin embargo, yendo con cuidado, Gómez indica que no suele pasar nada grave más allá de torceduras o hematomas por aterrizar con las posaderas sobre el suelo.

Para Gómez, el cuidado de la pista será un descanso de su trabajo como técnico del 061. A pesar de ello, indica que cuenta con un buen botiquín y sabe que alguna atención tendrá que hacer.

Aunque en general a los usuarios se les darán algunas nociones básicas, tanto él como los demás monitores de la pista entrarán en los momentos de menos demanda para ayudar y enseñar a las personas que están patinando.

Enrique se ha encargado de todas las pistas de hielo que han pasado por la isla de Eivissa, desde que se instaló la primera en el año 2000, en el aparcamiento que había donde ahora está el colegio Sa Bodega. «Si podemos, siempre habrá un monitor en pista, aunque este año será complicado porque somos pocos, pero como jugador de hockey lo que más me gusta es patinar y enseñar», asegura.

A patinar

Un poco más tarde de lo previsto, llega la hora de ponerse los patines. Desde antes de mediodía una fila de niños con sus padres esperan la hora de entrar.

VÍDEO | Primer día de la pista de hielo en el Parque Reina Sofía de Ibiza

«¡Queremos patinar! ¡Queremos patinar! Y si no nos dejan ¡vamos a molestar!», gritaban Cáscara y otros elfos de Papá Noel que habían subido desde Vara de Rey a divertirse. Finalmente, se tuvieron que ir sin poder ponerse los patines para atender sus obligaciones navideñas.

También llegaron ‘Las Chipironas’, que pudieron regalarle a Ainhoa esta experiencia. Rodeadas de niños y niñas también ellas se lo pasaron como enanas.

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