Airbnb gana cerca de 15.500 euros con el albergue ilegal de Jesús durante la temporada en Ibiza
La comercializadora se embolsa casi 88.000 euros entre abril y final de septiembre
Se alquila yurta, cabaña o tienda de campaña en plena naturaleza en Ibiza
Casi 15.500 euros, un total de 15.348, gana la plataforma Airbnb gracias al albergue ilegal de Jesús durante la temporada. Un dinero que obtiene a través de la comisión de servicio que cobra la plataforma y que aparece reflejado en el listado detallado del precio que paga el cliente. Se trata de una cantidad fija, por día, que se reduce, aunque muy ligeramente, en estancias largas.
La comercializadora del albergue ilegal, al que el Consell de Ibiza ha abierto un expediente sancionador por el que recibirá una multa de entre 20.000 y 40.000 euros, alquila doce camas en seis literas repartidas en dos habitaciones a través de la plataforma. El albergue se ha refugiado en Airbnb después de que Booking retirara el anuncio —que llevaba dos años publicado— a instancias de la institución insular ibicenca, que se lo solicitó a través del portal para instituciones.
Cada una de las camas se alquila por entre 20 y 50 euros la noche. Ahora mismo cobra la tarifa más baja, pero conforme avanza la temporada esta sube hasta los 50 euros por noche por cada una de las camas en literas en cuartos en los que los huéspedes apenas tienen espacio para moverse, según se aprecia en las fotografías de los anuncios. En mayo, el precio es de 25 euros por día, 45 euros en junio y 50 en julio, tarifa que se mantiene ya hasta el día 1 de octubre, el último en el que se puede alquilar una estancia. Según figura en su calendario, en octubre y noviembre están desactivadas las reservas, lo que puede indicar que el albergue se toma dos meses de descanso o que está lleno. El 1 de diciembre ya es posible coger una de las doce camas de nuevo, por lo que lo más probable parece que sea que la persona que comercializa la vivienda, ubicada al principio de la calle del Rossinyol, en la entrada de Jesús, se tome dos meses de vacaciones.
Entre tres y nueve euros al día de comisión
Del alquiler de esas doce camas la plataforma de alquiler turístico por antonomasia obtiene una ganancia de entre tres y nueve euros diarios, una cantidad que está ligada a la tarifa del alojamiento. Así, mientras en abril Airbnb gana tres euros por noche y cama, en mayo son cuatro euros, ocho en junio y nueve los tres meses restantes hasta el final de la temporada.
Teniendo en cuenta que buena parte de los días ya no hay camas disponibles, al acabar la temporada y contando únicamente desde el 1 de abril hasta el 1 de octubre (aún quedarían un par de semanas hasta los closings de las discotecas), la plataforma ganaría entre 15.000 y 15.500 euros mediante esa comisión de servicio que se suma al precio de la cama. Un dinero que la plataforma detalla en un enlace para qué sirve: «Esto nos permite cubrir los gastos de nuestra plataforma y ofrecer servicios como el de asistencia en el viaje las 24 horas. IVA incluido».
Menos anuncios, menos dinero
En el caso de que la plataforma retirara el anuncio, como ha hecho Booking, ésta dejaría de ingresar esos alrededor de 15.000 euros. Es decir, que cada anuncio de un alquiler ilegal que eliminara supondría un mazazo para sus beneficios. De hecho, mientras Booking ya ha fulminado el anuncio, en Airbnb aún se mantienen los tres que, al igual que en la otra plataforma, tiene desde hace más de dos años.
Si la plataforma obtiene unos 15.000 euros por el alquiler turístico de las doce camas durante la temporada, la persona que lo comercializa, y que al parecer es familiar del propietario de la casa, se embolsaría entre 85.000 y 90.000 euros. Algo más de 7.000 en abril, cerca de 9.500 en mayo, más de 16.000 en junio y cerca de 19.000 en julio, agosto y septiembre.
La comercializadora anunciaba las camas en, al menos, dos plataformas: Booking y Airbnb. Tras la publicación hace semanas en este diario de que había convertido una vivienda de Jesús en un albergue ilegal, desactivó las reservas en este segundo portal. Sin embargo, mantenía esa posibilidad en el primero. En el momento en el que Booking, tras la petición del departamento de Lucha Contra el Intrusismo del Consell de Ibiza, retiró el anuncio, la mujer reactivó las reservas en Airbnb, donde, además, cambió el texto del perfil asegurando que las camas, que se comparten con desconocidos en habitaciones mixtas, eran para trabajadores de temporada. Sin embargo, mantenía la posibilidad de alquilar por días, lo que convierte el albergue, en la práctica, en un alquiler turístico, según confirman fuentes cercanas al caso.
El Consell de Ibiza ha solicitado una orden judicial para que los inspectores, que ya han visitado el inmueble, pueda acceder, ya que esto no fue posible cuando acudieron acompañados por la Policía Local de Santa Eulària.
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