EIVISSA MEDIEVAL 2024 | Primera jornada

Ibiza Medieval: Contar el medievo a los más pequeños

Eivissa Medieval se inauguró ayer por la tarde, pero desde las diez de la mañana los alumnos de los colegios de Vila fueron los primeros privilegiados en poderla disfrutar. Una visita guiada por Dalt Vila, un espectáculo musical de marionetas gigantes en plaza del Parque y una justa de caballeros en el Reina Sofía les dieron la bienvenida a la historia de los siglos V a XV.

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

«Os he convocado por el peligro que corren las leyendas de Ibiza de caer en el olvido... Y eso no lo podemos permitir ¿no?», actúa Carolina Cardona, directora de IDAM Kids Ibiza, que acaba de salir a escena. Sus espectadores son más de cien alumnos de Primaria, que están sentados cerca de las once y media en la plaza del Parque. «¡Noo!», responden los pequeños gritando al escenario. Ayer, ellos, y otros muchos alumnos de los colegios de Vila, fueron los primeros privilegiados en disfrutar del inicio de Ibiza Medieval.

Para llegar hasta allí, se les veía un poco antes de las once de la mañana cogidos de la mano por Vara de Rey y despertando sonrisas en los adultos que paseaban por la zona, mientras sus profesores se ocupaban de ellos: «Hacedles avanzar», se decían unos a otros para organizar al gran montón de niños y niñas, tratando de ocupar los huecos a la sombra de los árboles: «Harían falta unos toldos», comentaban otros.

En la plaza del Parque los alumnos asisten a un espectáculo musical de marionetas gigantes, titulado ‘Ibiza una isla de leyendas’. Para éste, se cuenta con «una canción para que los niños bailen e interactúen», indica Cardona, junto a dos artistas que también participan en la obra. La música, el guión y las coreografías son propias y se podrán volver a seguir el sábado a las diez y a las once y media de la mañana en el mismo lugar, y el domingo a las seis de la tarde en el Teatro España de Santa Eulària.

En la actuación se habla de las sirenas de ‘Atlantis’o es Gegant de es Vedrà y Cardona invita a juntar leyendas en una canción. Pero antes de ésta se oye ‘Mariposas’ de Aitana, y los pequeños demuestran que se la saben, algunos se levantan y cantan el breve trozo que suena: «Es la que escucho mientras me ducho», ríe Cardona, sobre la escena preparada.

Visita a Dalt Vila

En las calles del casco histórico, también se siente el barullo que forman los grupos de los animados alumnos. Impera la misma ilusión que en la plaza del Parque, la alegría que supone salir del colegio y saltarse alguna clase. «¡Qué calor!», lamenta una profesora con gorra y gafas de sol que, junto a otra, vigila que la jarana que arman sus alumnos no vaya a más. Unas exclamaciones diferentes son las que expresa una docente al llegar al puesto en que se encuentran los halcones, trasladando su preocupación por el estado de las rapaces. El Ayuntamiento de Ibiza asegura que todos los animales que asisten a la Feria «hacen sus descansos necesarios», y entre espectáculos también «hay horas de descanso».

Las aves y los caballos con los que se cuenta para las exhibiciones «pasan por los controles de veterinarios que el Consell nos pide como normativa», señalan desde el Consistorio. Además, se cuenta con «una veterinaria externa 24/7, que vela por el bienestar animal».

Campo de asedio

En el Reina Sofía impera la misma energía que en las demás ubicaciones que hoy reciben visitas. Aunque aquí pueda ser un poco más fácil sentarse, también se busca la sombra. El sol es más directo. «¡Por aquí hay sitio!», «Siéntalos», se dicen los profesores. «¡Cas Serres!», grita uno para que los alumnos le sigan. El resto de plazas las completan, poco a poco, los alumnos de La Consolación, centro desde el que agradecen al Ayuntamiento las plazas concedidas.

Mientras la mayoría se colocan, en el fondo de la plaza un grupo reducido escucha: «Estáis en un campo de asedio, y en breve comenzará la batalla», cuenta quien se presenta como «Capitán Philip», que es Félix en realidad. Muestra junto a su compañero «Cristopher», que se llama Cristian, la zona de armamento y de comida que constituyen el campamento de asedio. Ambos acaban de llegar de un mercado romano y es el tercer año que su empresa, Cabalburr, participa en la Fira Medieval de Ibiza. «Siempre quieren tocarlo todo», cuenta Félix, sobre las visitas de los niños, antes de añadir que «lo que más les llama la atención son las armaduras y las espadas».

Justas de caballeros

Cuando empieza a sonar la música medieval se oyen gritos: «¡Que empiece ya!», aunque todavía quedan unos minutos. Algunos hacen una ola para entretenerse, esperan impacientes: «Es súper enriquecedor para los alumnos. Se lo pasan muy bien y conocen el mundo medieval. Está muy bien pensado para ellos», apunta María Pérez, tutora de Primaria en La Consolación. En ese momento una de sus alumnas se lamenta del volumen de la música, que avisa de que la justa está por comenzar. Un pequeño cúmulo de personas, que se nota que no vienen del colegio, decide quedarse en los huecos que quedan a la sombra para matar la curiosidad que les ha despertado ver el campo de justas.

Cuando se presenta el bufón del espectáculo, el público infantil se alborota. Todos se acercan a las vallas del campo de justas para tocarle la mano. Al fondo, cuatro caballeros se colocan, en unos instantes se sabrá que uno de ellos es una mujer. Estos artistas van a representar tres juegos eliminatorios, «en que los caballeros, a lomos de sus corceles mostrarán su habilidad», destaca la voz de un presentador que ya está en el campo de batalla.

El primero consiste en golpear un estafermo. En el siguiente, los caballeros lanzan una jabalina, y en el último, tienen que conseguir unas anillas que tienden de un poste. Los caballeros son cuatro, y cada uno va de un color: negro, blanco, azul y rojo, así es fácil pedir a los pequeños que, en cuatro grupos, animen a los diferentes caballeros. Cuando estos salen a la arena, hay niños que se golpean en el pecho, gritan, alzan las chaquetas burdeos de su uniforme: Lo sienten como si fueran una afición de toda la vida.

Cuando solo quedan dos caballeros, las emociones son más fuertes. «¡Vamos!», animan. El rojo y el negro se enfrentan con sus espadas en el campo de batalla, y cuando uno de ellos cae al suelo, hay quienes se lanzan a las vallas para ver si está bien, pero es el que ha perdido. De fondo, suena ‘Now we are free’ (Ahora somos libres), la canción que forma la banda sonora de ‘Gladiator’ y, como en la película, indica que el juego ha acabado. Toca volver al colegio.

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