Semana Santa 2024

Semana Santa en Ibiza: pasado y presente en La Borriquita

Residentes, turistas, cofrades veteranos y veinteañeros, cristianos convencidos y curiosos... todos coinciden en las celebraciones de Semana Santa

Centenares de personas acuden a la procesión de La Borriquita entre la catedral y la iglesia de Santo Domingo

VÍDEO: Así ha sido la procesión de la Borriquita en Ibiza

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Domingo de Ramos. Residentes y turistas, jóvenes y mayores, disfrutan un año más de la procesión de La Borriquita el Domingo de Ramos. La imagen representa a Jesucristo entrando en Jerusalén sobre una mula y en esta ocasión realizó un recorrido cuesta abajo, saliendo a las 11 desde la plaza de la Catedral, hasta la iglesia de Santo Domingo. Integrantes de la Cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio portan esta imagen acompañados de su banda y de la Agrupación Musical Yacente Ibiza, con los estandartes de estas dos hermandades y de Nuestra Señora de los Dolores a la cabeza.

La procesión de La Borriquita se convierte cada año en un escenario en el que coinciden residentes y algunos de los primeros turistas de la temporada entre el público; así como cofrades veteranos y otros muy jóvenes cuyo nivel de implicación con la celebración de la Semana Santa va aumentando con los años. Son quienes aseguran el relevo. A modo de ejemplo, es el caso de Marina Cardona (29 años) y Maria Loayza (22), las dos costaleras más jóvenes de quienes este Domingo de Ramos llevan (desde la plaza de la Catedral hasta la iglesia de Santo Domingo) la imagen de la procesión, que representa a Jesucristo entrando en Jerusalén montado en una mula. En total son 14 personas (entre hombres y mujeres), todos ellos de la Cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio. 

Nuevo recorrido, nuevo reto

Para Cardona, que es cofrade «desde los siete u ocho años», esta es la primera vez llevando a La Borriquita. Explica, minutos antes de comenzar, y cuando la plaza de la Catedral ya está muy animada, que lo vive con «ilusión», aunque también con algo de nervios. Su compañera, Loayza, señala que es la primera vez que bajarán con esta imagen. Y es que normalmente sale desde la iglesia de Sant Elm, camino arriba por las calles de Dalt Vila. En esta ocasión el recorrido es inverso y La Borriquita inicia su ruta muy pocos minutos después de las once de la mañana, desde la plaza de la Catedral hasta llegar, apenas una hora después, a la iglesia de Santo Domingo. 

La Borriquita: pasado y presente

El obispo, Vicent Ribas, bendice las palmas y ramas de olivo / TONI ESCOBAR

Camino exigente

El recorrido tiene mérito debido a su dificultad: cuesta abajo y a través de varias calles estrechas de la ciudad antigua. Por el camino hay potenciales obstáculos: faroles, algún cartel que sobresale y varios balconcitos que, estando en callejuelas especialmente estrechas, obligan a ir con cuidado. Además, no son pocas las curvas con pendiente. Con todo, es inevitable hacer varias paradas (breves pero necesarias) para que los cofrades que portan la imagen puedan descansar. Es clave estar atento a las indicaciones de María Nieves Jiménez Bonet, presidenta de la hermandad, que ejerce de capataza.

Normalmente, la implicación activa con la Semana Santa viene de familia. «Mi padre, mi madre, mi hermana y también tíos míos salen desde hace muchos años. Yo soy cofrade desde los siete u ocho y hace unos años empecé como costalera», explica Marina Cardona. Loayza también lo ha vivido muy de cerca a través de gente de su entorno, hasta que se animó a dar un paso a la primera línea. Estas dos jóvenes hace no mucho lo vivían desde el público.

La Borriquita: pasado y presente

Varias mujeres sostienen palmas y ramas de olivo / TONI ESCOBAR

Loayza tiene algo más de experiencia (es su segunda vez llevando a La Borriquita) y, aunque estudia en Barcelona, las fiestas de Semana Santa siempre son un momento de vuelta a la isla. En su caso, con la ilusión añadida de formar parte de esta tradición. «Sí que hay jóvenes, pero siempre son bienvenidos más, porque habrá quienes se irán retirando, más que nada por una cuestión física», señala Cardona. Ambas son, además, costaleras del Ecce Homo. Este domingo, ellas y todos sus compañeros van uniformados con calzado y pantalón negros, camisa blanca y la cabeza al descubierto.

Esta es mi segunda vez llevando a la Borriquita, pero la primera que la bajamos en vez de subirla

Maria Loayza

— Cofradía Santísimo Cristo del Cementerio

A las 10.15 del Domingo de Ramos en la plaza ya hay músicos de las dos bandas que participan en la procesión y otros cofrades, además de fieles de edades variadas que vienen con la suficiente antelación. En una esquina hay un pequeño montículo con ramas de olivo y los fieles van pasando para coger alguna con el sonido de las campanas de fondo. Unos veinte minutos antes de las once de la mañana, la Agrupación Musical Yacente Ibiza (de la cofradía del Santo Cristo Yacente, de la Catedral) comienza a tocar en la plaza. En ese momento los asistentes, ya en silencio, portan en su mayoría palmas y ramas de olivo que el obispo de Ibiza, Vicent Ribas, se encarga de bendecir tras una breve ceremonia religiosa. Hay decenas de cámaras —de móvil y profesionales—. Muchos quieren inmortalizar el momento, aunque el día, algo gris, podría haber acompañado mejor.

Mis padres, mi hermana y tíos míos salen desde hace años. Yo soy cofrade desde los siete u ocho

Marina Cardona

— Cofradía Santísimo Cristo del Cementerio

Los costaleros realizan la primera parada a las 11.18 en el Carrer Major, escasos metros antes de pasar por delante del Museu Puget (número 18). Antes de retomar el camino, la capataza alerta a sus compañeros de las características del pavimento en los próximos metros. Hay otros dos recesos en la calle de Joan Roman (donde dos pequeños se asoman al balcón), otros dos en la de Pere Tur (uno de ellos, justo delante de Can Botino), y el último a las puertas de la iglesia de Santo Domingo. La imagen se adentra en el templo seguida de la banda de la cofradía, que también había tocado previamente en la plaza de la Catedral. Ahora, ya al final del recorrido, repiten y entran haciendo lo propio en la iglesia. Durante toda la procesión quienes han puesto la nota musical son los integrantes de Yacente Ibiza. En todo momento, delante de la imagen han ido los portadores de los estandartes de las cofradías Santísimo Cristo del Cementerio, Santo Cristo Yacente y Nuestra Señora de los Dolores, que, como la segunda hermandad enumerada, es de la Catedral.

Los experimentados

Joan Josep Clapés Torres lleva el estandarte de la Cofradía Santo Cristo Yacente desde hace más de 25 años y pertenece a la misma desde hace más de 40. «Ahora tengo 58, entré muy jovencito. Vivía en Dalt Vila de pequeño, veía pasar el Cristo Yacente. Es algo que te emociona porque lo sientes como tuyo. Me apunté a la cofradía y aquí estoy mientras Dios quiera», expresa.

Pasadas las doce del mediodía, el obispo Vicent Ribas preside la misa del Domingo de Ramos. Todos los bancos están abarrotados y decenas de personas se quedan de pie cerca de la entrada. Algunos en los laterales.

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