La investigación concluye que la lancha arrollada por un ferri en el puerto de Ibiza en 2021 navegaba sin luz

Concluye la investigación del accidente marítimo en la zona portuaria de Vila que el 17 de agosto de 2021 provocó la muerte de un hombre de 46 años

La proa de la lancha, en el puerto tras el accidente.

La proa de la lancha, en el puerto tras el accidente. / Toni Escobar

La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) ha publicado el informe relativo al accidente mortal ocurrido en la bocana del puerto de Ibiza el 17 de agosto de 2021. El trágico accidente, en el que falleció un hombre de 46 años, ocurrió a las 23.30 horas durante la maniobra de aproximación al puerto entre el buque ‘Formentera Direct’, de la naviera Balèaria, y una embarcación rígida, de nombre ‘India’ y de 8,3 metros de eslora.

El informe establece que la embarcación de recreo, con dos tripulantes a bordo, y según testigos presenciales, se hizo a la mar de noche «sin tener sus luces de navegación», por lo que cualquier embarcación que se aproximara por su popa no vería luz alguna. Un hecho que se califica de «especialmente grave» cuando este tipo de embarcaciones no dispone de otro medio para hacerse ver como puede ser el Sistema de Identificación Automática (SIA), por el que se transmite la posición del barco por medio de VHF de la banda marina.

Además, el escrito de la Ciaim apunta que el consumo de bebidas alcohólicas por parte del patrón «pudo influir en su capacidad para evaluar una situación de riesgo y tomar las medidas oportunas». En la declaración, el patrón dijo haber bebido «dos cervezas y una copa de vino en todo el día», pero arrojó un resultado de 0,37 mg/l en aire espirado casi tres horas y media después del accidente. Aun así, hay que reseñar que, en el caso de las embarcaciones de recreo, no existe un baremo establecido como límite.

Un eco radar

Por parte de la tripulación del buque de Baleària, el informe señala que, a pesar de detectar un «eco radar no identificado», es decir, una señal en el radar del buque procedente de la embarcación rígida, se consideró que se trataba de un «rebote de la señal de otra embarcación cercana», en este caso del barco ‘Cala d’Or’. El escrito de la Ciaim indica que el patrón y el oficial del ‘Formentera Direct’ deberían haber «actuado para verificar la situación, iluminando en la dirección de la demora del supuesto falso eco, modificado el rumbo o la velocidad, llegando incluso a detenerse para estudiar la situación o usando el pito o silbato del buque». Y más, prosigue, teniendo en cuenta que, de noche y en verano, en el puerto de Ibiza es «probable» que haya embarcaciones menores patroneadas por personal no profesional.

En el relato de los hechos previos al abordaje, se señala que la embarcación rígida fue alquilada y salió del puerto con seis personas a bordo, el patrón y cinco pasajeros.

Restos de la lancha tras el accidente.

Restos de la lancha tras el accidente. / Sergio G. Cañizares

Tras navegar por distintas zonas, el patrón, que trabajaba para la empresa dueña de la lancha, fue advertido por el propietario de que no tendría combustible suficiente para llegar al puerto. Por ello patrón y propietario acordaron verse en la playa de ses Salines, donde les llevarían combustible para recargar.

A las 20 horas, la lancha fondeó en ses Salines y fue en ese momento cuando cuatro pasajeros -un matrimonio con dos hijas menores- decidieron desembarcar por miedo a volver a puerto de noche.

Tras repostar, sobre las 22.30 horas, el patrón y otro tripulante [la víctima mortal] iniciaron el regreso al puerto de Vila. Fue allí cuando testigos presenciales señalan que la embarcación zarpó sin luces.

Pasada la zona de es Freus, el patrón de la lancha decidió ponerse a la estela del buque ‘Cala d’Or’, hasta momentos antes del abordaje.

Antes del accidente, el fallecido avisó al patrón de que oía un ruido y fue cuando vieron el ‘Formentera Direct’ ya encima de ellos. Tras el choque, ambos tripulantes salieron despedidos y cayeron al mar.

Mientras, en el puente de mandos del buque ‘Formentera Direct’, de Baleària, con 132 pasajeros y 20 vehículos a bordo, se registró una conversación entre el capitán y el oficial en la que este último le advierte al primero de ese «eco» en el radar de popa del ‘Cala d’Or’. El capitán, en dicha conversación, asegura que es un «rebote» hasta que un minuto después se escucha el estruendo del abordaje. «El equipo de puente consideró que el eco radar era un falso eco y no hicieron un seguimiento del mismo», apunta el informe. Para la Ciaim, el equipo de puente del ‘Formentera Direct’ «debió haber roto la ambigüedad buscando la confirmación de si era o no un falso eco por otro medio», como hubiera sido los focos reflectores del puente o cambiado de rumbo o velocidad. Tras escuchar el estruendo, se achacó a un «posible choque contra algún objeto flotante», por lo que el capitán decidió reducir la velocidad hasta dejar la embarcación parada, pero con la motorización arrancada.

Plásticos, aceites, gritos...

La tripulación de cubierta confirmó que se veían restos de plásticos y aceite en la superficie del agua y que se oían gritos desde el agua. Fue cuando el capitán dio la orden de preparar el bote de rescate.

Desde la Ciaim apunta a un «exceso de confianza» por parte del patrón y del responsable de la empresa al no comprobar ninguno el depósito de combustible antes de zarpar. «El uso normal en la empresa era repostar las embarcaciones a última hora del día para dejarlas listas para el día siguiente», apunta el informe. Lo que, visto cómo se desarrolló la trágica jornada, no se realizó. Además, tras la investigación, el informe apunta a una posible falsedad de documentos, concretamente en la documentación sobre la inspección intermedia realizada a la lancha. Mientras la empresa armadora presenta una documentación fechada en 2021, la empresa encargada de la inspección data la misma documentación en 2019.

Suscríbete para seguir leyendo