Acusado de homicidio imprudente el patrón de la lancha arrollada en Ibiza por un ferri de Baleària
La colisión tuvo lugar el pasado 17 de agosto, a las 23.30 horas, en la bocana del puerto de Ibiza

La embarcación con la que colisionó el ferri de Baleària, amarrada en el puerto de Ibiza. / Toni Escobar
Redacción
El patrón de la embarcación con la que colisionó un ferri de Baleària el pasado 17 de agosto en la bocana del puerto, en el que R. G. S, un hombre de 46 años y de nacionalidad española, falleció en el acto, está siendo investigado por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de homicidio imprudente, según explicaron desde el cuerpo de seguridad a través de un comunicado.
El hombre, que responde a las siglas de J.I.V. y es un extrabajador de Baleària, dio positivo en la prueba de alcoholemia a la que se sometieron los dos patrones involucrados en el accidente.
Después de que los agentes tomaran declaración a varios testigos del suceso y analizaran los instrumentos de navegación del ferri y los restos de la embarcación de recreo recuperados por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), todo apunta a que «la lancha no llevaba las luces de navegación encendidas y que, en el momento de la colisión, el patrón llevó a cabo una maniobra antirreglamentaria», explicaron los agentes a través de una nota de prensa.

Restos de la embarcación siniestrada. / Sergio G. Cañizares
El fatal accidente
Un ferri de Baleària que procedía de Formentera, el ‘Formentera Direct’, arrolló a las 23.35 horas del 17 de agosto a una pequeña embarcación, de 8 metros de eslora y que pertenecía a una empresa de alquiler, con dos tripulantes a bordo. La lancha se encontraba en la bocana del puerto de Ibiza y uno de los ocupantes falleció durante la colisión. El segundo tripulante, el capitán encausado, también de 46 años y nacionalidad española, fue rescatado por Salvamento Marítimo y trasladado al Hospital Can Misses en estado de shock.
Desde el primer momento, los agentes manejaron la hipótesis de que el barco accidentado no llevaba la señalización reglamentaria, por lo que el capitán del ferri pudo no haberlo visto. Los GEAS llevaron a cabo las labores de búsqueda de los restos de la embarcación siniestrada. Durante la mañana siguiente, el mar fue arrastrando hasta el puerto trozos del barco, «que quedó totalmente destrozado», como uno de los sillones, chalecos salvavidas y trozos del casco.
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