HIC Summit de Ibiza: Sembrar posidonia o recuperar redes, invertir en la regeneración del mar es rentable

La mesa redonda Blue life regeneration plantea las oportunidades de negocio y mejora del turismo que supone la regeneración del medio marino

La regeneración del medio marino y su conservación es una apuesta de futuro para enclaves turísticos como Ibiza. Cuando se plantea una idea así, viene a la mente el coste económico que tienen estas acciones; sin embargo, el foro Blue life regeneration que se celebró ayer en el marco de la Ibiza Hic Summit 2023 , quiso poner sobre la mesa que se puede hablar de oportunidades de negocio con un impacto medioambiental muy positivo.

El investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Francisco López Castejón, fue el encargado de moderar esta charla en la que se pudo escuchar a voces de todos los ámbitos, desde emprendedores como Amaia Rodríguez, CEO de la empresa Gravity Wave que recupera plástico del mar para convertirlo en productos de diseño, pasando por científicos que hacen posibles estos proyectos, como Jorge Terrados del CSIC-Imedea, asesor de proyectos de replantación de posidonia oceánica. Y desde luego la parte inversora, fundamental para financiar y dar vida a estas ideas, con la participación de Miguel de Ros, inversor en Climate Tech, tecnologías contra el cambio climático.

Primero objetivo, luego negocio

«Hace cinco años hubiese sido impensable que una empresa facturase por esto». ‘Esto’ es limpiar el mar de residuos plásticos y Gravity Wave gana dinero con ello, según explicó Amaia Rodríguez ante los presentes en el centro de networking The Hub. La empresa que fundó junto a su hermano «es un híbrido entre una ONG y una empresa al uso», explica.

El proyecto nació de una época en que vivió en China. Allí viajaba buscando islas paradisíacas del Pacífico; sin embargo, se encontró costas inundadas de plásticos. Esto supuso un shock para ella, que le llevó a informarse sober cuánto plástico acaba en el mar. Se calcula que alrededor de 12 millones de toneladas al año, «como si se lanzase un camión de basura al mar cada minuto, sin parar, durante un año».

Se planteó actuar y montó un proyecto para recuperar plástico del mar y transformarlo en objetos. Tenían la idea, ganas y la «intención de recoger hasta el último pedazo de plástico de mares y océanos».

Iniciaron el proyecto en Grecia con diez pescadores de un puerto cercano a Atenas. En sus redes acababan muchos residuos plásticos que devolvían al mar y les convencieron para que guardasen esos residuos y se los vendiesen.

Hoy cuentan con una red de 7.000 pescadores en puertos de España, Italia, Grecia y Egipto que han sacado del mar 414 toneladas de plástico. Sus productos los compran un centenar de empresas. En Ibiza tienen contenedores en el puerto de Vila y en el de Sant Antoni.

«Es un proyecto de emprendimiento social que funciona al revés que la lógica comercial, no queremos lanzar un producto para venderlo y hacerlo sostenible, sino que creamos un modelo de negocio que se basa en el impacto que queremos obtener. Eso nos permite ser flexibles y trabajar para hacer el proyecto económicamente sostenible».

El océano como solución

De las acciones que se lleven a cabo en mares y océanos «se puede obtener el 20% de la reducción de emisiones que nos hemos marcado como objetivo para 2050», explicó Miguel de Ros, un porcentaje significativo. Sin embargo, las startups dedicadas al océano «están infravaloradas» y suponen apenas el 2,5% del total de las empresas dedicadas a las tecnologías contra el cambio climático. Señaló la dificultad para poner en marcha proyectos en el medio marino, «un medio muy agresivo», como uno de los principales motivos.

A pesar de las dificultades, hay muchas oportunidades de negocio y muestra de ello es que «hace seis años sólo había un fondo de inversión a nivel internacional centrado en el océano y ahora son una docena. Es poco pero el crecimiento es muy significativo».

Destacó la importancia de que «no sea sólo un tema de innovación, inversión o empresa, sino que sea un proyecto de unión entre agentes» dado su impacto negativo en el medio.

Lo más eficiente: conservar

La posidonia oceánica es un elemento fundamental para esa reducción de las emisiones de carbono y el biólogo Jorge Terrados, investigador del CSIC y la Universidad de las Illes Balears (UIB), es uno de los principales investigadores sobre su recuperación.

Premio HIC Talentum a Jorge Terrados por sus proyectos de investigación sobre la posidonia | I. V.

Premio HIC Talentum a Jorge Terrados por sus proyectos de investigación sobre la posidonia | I. V. / isaac vaquer. eivissaI.Vaquer

Tras recibir el premio HIC Talentum, explicó algunos de los avances hechos durante sus investigaciones sobre esta planta, «que tiene una capacidad excepcional para almacenar carbono en el suelo», además de frenar la erosión de la costa y ser hábitat de muchas especies marinas.

Su existencia «es la base de la actividad turística», anotó, dado que gracias a ella se mantienen las playas y el agua está cristalina.

Sin embargo, la posidonia es una planta delicada, «crece unos pocos centímetros al año y se reproduce poco». Es por ello que tiene poca capacidad de recuperación. «Cuando un barco ancla sobre la posidonia es como si alguien talara un par de árboles porque le molestan para hacer un pícnic», puso como ejemplo.

La recolonización natural es muy lenta, por tanto, y dado que la actividad humana es el principal motivo de su desaparición, surge la pregunta de si el ser humano puede actuar en su recuperación. «Es un tema del que se sabía muy poco, por su reproducción irregular», detalló Terrados. «Sin embargo, en Balears nos hemos aprovechado de su abundancia para estudiarla y hemos visto que sí, es posible plantar posidonia».

Entre los proyectos llevados a cabo, destaca uno ejecutado en la bahía de Pollença, financiado por Red Eléctrica, con el que se han restaurado dos hectáreas de posidonia con un 90% de supervivencia de los planteles. También ha sido asesor en otro proyecto en Formentera y uno en Eivissa impulsado por la fundación Blue Life.

Así que sí, es posible restaurar las praderas de posidonia, «pero es un proceso complicado que requiere muchos recursos, así que el mensaje que debemos dar es que conservar es más eficiente que restaurar».

El biólogo Jorge Terrados recibió por sorpresa el premio HIC Talentum que cada año entrega este evento sobre turismo, innovación y cultura regenerativa. Sus investigaciones están impulsando la regeneración de praderas de posidonia oceánica en la costa de Balears.

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