La embajada marina de México abre sus puertas en Ibiza

El buque escuela ‘Cuauhtémoc’ recala en Vila durante su viaje de ocho meses para formar a los guardamarinas mexicanos

El velero, amarrado en el muelle de es Botafoc, puede visitarse hasta el viernes de 12 a 18 horas

La embajada marina de México abre sus puertas en Ibiza

JAC

Los cientos de pasajeros que aún descienden del crucero ‘Seashore’ a las diez de la mañana se sorprenden por una música de rancheras. Llega del otro lado del dique de es Botafoc y cada vez sube más de volumen. Su sorpresa se vuelve admiración cuando empiezan a advertir los 90 metros de eslora del ‘Cuauhtémoc’, el buque escuela de la Armada mexicana. Más aún cuando observan el espectáculo que regalan los cadetes durante la maniobra de atraque.

Docenas de ellos posan sobre las 15 vergas del velero, cinco por cada mástil. Se agarran con los brazos en cruz a un cabo, igual que el resto de marinos que se yerguen en el blauprés y las flechaduras para ascender a los palos.

Los hay que guardan total compostura a más de 40 metros de altura, aunque todos ellos están bien protegidos por un arnés. «Aguantan hasta 150 kilos de peso», detallan Roberto González y Víctor Guevara, los cadetes responsables de guiar la primera visita al buque. Previamente, nada más amarrar en el muelle de Ribera de es Botafoc, la cónsul de México en Barcelona, Claudia Artemiza Pavlovich, y el agregado naval del país azteca en España, el contraalmirante Fernando Farías, habían subido al velero para la recepción oficial a sus compatriotas.

El ‘Cuauhtémoc’ abre sus puertas para visitas hasta el viernes, desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche

Visitas

Durante este jueves y mañana viernes, el ‘Cuauhtémoc’ abre sus puertas a todos los interesados de 12 a 18 horas (la tripulación indicó a este diario por error que era de 10 a 22 horas). Antes de recalar en el puerto de Vila, el velero ha navegado desde Londres durante 11 días. Tras el descanso en Ibiza, emprende una travesía de 14 días hasta Estambul.

«Estamos ocho meses embarcados y el 70% del tiempo es de navegación», detallan los guías. Al igual que sus compañeros, son cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar (este es el nombre oficial de la institución) en su cuarto año de formación, con edades comprendidas entre los 21 y los 24 años. El curso que viene, cuando salgan de la escuela ya como guardamarinas, les quedará otro ejercicio más de prácticas y un examen para ascender a teniente de corbeta.

La embajada marina de México

Un grupo de cadetes descansa en cubierta tras atracar en Vila. / V.Marí

En el ‘Cuauhtémoc’ ahora navegan y viven 267 personas, 120 de ellas cadetes, entre las que se encuentran 20 mujeres. Tras zarpar de Acapulco el 1 de abril, cruzaron el estrecho de Panamá para visitar Cuba y Boston antes de adentrarse en el Atlántico durante 21 días.

Travesía

Su primera parada en Europa fue Gijón y de allí navegaron hasta la Armada de Ruan, la capital de Normandía, donde se celebra el mayor encuentro internacional de grandes veleros. En la ciudad francesa estuvieron diez días, la mayor escala de su viaje, mientras que en el resto de ciudades solo paran entre tres y cuatro días.

El velero se construyó en los Astilleros Celaya de Erandio, durante poco más de un año, hasta que fue botado en julio de 1983 en Santurce

Su travesía continuó en Londres y Ibiza es su primera escala mediterránea, que se completará con Estambul y Nápoles. Antes de regresar a México, visitará Portugal, Colombia, Panamá, Guatemala y Ecuador. En total, el buque escuela mexicano recorrerá 18 puertos y 13 países en el que ha sido denominado crucero de instrucción Ibero-Bizantino 2023.

Al igual que varios buques escuelas de Hispanoamérica, el ‘Cuauhtémoc’ [en honor al último emperador azteca] se construyó en los Astilleros Celaya de Erandio (Vizcaya) durante poco más de un año, hasta que fue botado en julio de 1983 en Santurce.

Es el más joven de sus buques hermanos, el ‘Gloria’ de Colombia (1967), el ‘Guayas’ de Ecuador (1976) y el Simón Bolívar de Venezuela (1979). Todos ellos fueron construidos en los mismos astilleros bilbaínos para formar a los guardamarinas de sus respectivos países.

Suscríbete para seguir leyendo