Año Nuevo en Ibiza: Calor y vino para un primer baño multitudinario

El evento organizado por la familia Hamersma congrega en ses Salines a miles de asistentes y alrededor de medio millar se da el primer chapuzón del año antes de compartir un vino y un pícnic

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

Mirando de frente al medio millar de personas que esperaban sobre la arena de la playa de ses Salines a zambullirse en el mar, Rosa Hamersma, megáfono en mano y con el agua hasta las rodillas, ha iniciado la cuenta atrás. «Cinco, cuatro, tres, dos, uno...» y un grito de la muchedumbre ha precedido al chapoteo de los centenares de personas que se han lanzado este mediodía al primer baño del año, en un día 1 de enero que perfectamente podía ser de abril.

A mediodía el ambiente festivo de esta iniciativa solidaria y festiva organizada por la familia Hamersma, propietaria de Vino & Co, ya se respiraba una hora antes. Desde que empezaron hace 12 años, este evento se ha consolidado como una tradición para mucha gente de la isla e incluso atrae a visitantes que vienen a pasar las navidades.

Ansiado regreso

«En julio la gente ya empezó a preguntarnos si lo íbamos a hacer este año, cómo lo íbamos a organizar...», ha explicado Rosa sobre las 11.30 mientras terminaba de preparar la mesa con el vino y la comida que la gente iba trayendo.

VÍDEO: Primer baño multitudinario de 2023 en ses Salines de Ibiza

I.V.

Sobre unos platos rebosaban varias torres con 150 crepes que Jeroen Hamersma, el padre de la familia, había cocinado esta misma mañana. También había una tortilla de patatas, tablas de quesos y un enorme perolo con litros de sopa de guisante, comidatradicional holandesa de donde proviene la familia Hamersma e ideal para volver a entrar en calor tras un baño fresquito. En boles con hielo, decenas de botellas de vino esperaban para ser abiertas. «Hemos traído 250 botellas y cada año se suelen consumir todas. Todo es para compartir, que de eso se trata, de una jornada para felicitarnos y para agradecer a Ibiza todo lo que nos da».

Además, la iniciativa tiene su lado solidario. «Este año hemos hecho 500 camisetas que se venden a cinco euros y todo lo recaudado irá a la ONG Proyecto Juntos. Hace dos años ya logramos financiar los viajes médicos de dos familias y el año pasado con lo recaudado se pudo comprar una silla elevable para un niño tetrapléjico», ha explicado Rosa.

Veteranos y noveles

Con sus camisetas solidarias, Peter y Astrid esperan en las escaleras del chiringuito frente al que se celebra el evento tomando el sol. Conocen a la familia Hamersma y no han fallado a la cita desde 2011. «Mis padres compraron una casa aquí hace 40 años», explica Peter, que cuenta que ahora viven cerca de Eindhoven, pero pasan en la isla unas 20 semanas al año.

Como Superman, bajo la camiseta, llevan el uniforme para la ocasión, los trajes de Papá y Mamá Noel. Junto a ellos se seca el pelo Ami Numberg, que cuenta que nada todos los días del año en Ibiza. Lleva una cámara subacuática y muestra las fotos de algunas medusas de hermosos y urticantes tentáculos que nadan por la zona. «Hay muchas hoy», ha explicado, aunque por suerte nadie se topó con ellas en el agua.

También se cuenta entre los veteranos Jason Harvey. Este galés es bombero en Ibiza y cuenta que en su tierra es tradición darse este baño el 26 de diciembre. «Ahora aquí me lo doy cada año con los Hamersma». Iba acompañado de sus hijas y de varios compañeros de trabajo, entre ellos Fran, que dice que ya es el séptimo año que viene y no tiene intención de fallar.

Para Marta e Ignacio sí es el primer año. Madre e hijo están en la isla visitando a la familia. Sabían a lo que venían: Marta muestra el bañador bajo la camiseta. «No esperaba ver tanta gente», admite Ignacio. Sobre la arena ya había miles de personas, que decidieron celebrar el año nuevo con vino y un baño.

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