Limpieza de playas de Vila

Es Viver, una playa «nueva» en Ibiza para un barrio «abandonado»

El Ayuntamiento de Ibiza inicia las labores de puesta a punto del arenal de es Viver, que espera convertir en "una playa más del municipio", según ha anunciado el Consistorio. Hace dos días se extrajeron más de veinte muertos ilegales del fondo marino y ayer varios operarios retiraban la posidonia acumulada durante el invierno.

Reacondicionamiento playa de es Viver.

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

El mal estado de la playa de es Viver es conocido temporada tras temporada, tanto entre los vecinos del barrio como entre los turistas que se alojan en cualquiera de los hoteles de su entorno: «Es una vergüenza», «está descuidada», «huele mal», «está horrorosa...», son algunos de los comentarios sobre esta parte de la costa de Vila, que a algunos les cuesta llamar playa. La semana pasada, el Ayuntamiento de Ibiza inició labores de reacondicionamiento de es Viver, donde ayer por la mañana se retiraban restos de posidonia de la arena y hace unos días se extrajeron más de veinte muertos ilegales del fondo marino. El Consistorio ha anunciado en Instagram que próximamente «se podrá disfrutar de una playa urbana más del municipio».

Vecinos y comerciantes de la zona atestiguan que el descuido no se aplica únicamente a la playa, sino que se extiende a todo el barrio, que algunos califican de «abandonado» y donde la crítica principal se centra en la falta de papeleras y de limpieza. Hay quienes aseguran haber pisado cristales paseando por la arena de los primeros metros de Platja d’en Bossa, como consecuencia de la suciedad que se acumula tras los botellones que se dan en la arena, con vistas al mar.

Además de esquivar cristales, hay quienes en sus paseos tienen que evitar excrementos, como comenta Marga Serra, vecina y comerciante de la zona desde hace 50 años. Para ella, en muchas ocasiones parece casi imposible caminar por esa playa, que es una de las dos zonas del municipio de Ibiza habilitadas para perros durante todo el año.

Quejas en el barrio

Serra indica que el problema no son los animales, sino el comportamiento incívico de sus dueños. A su lado, Rosana Torres, vecina de la zona, critica el descuido que sufre «todo el barrio». Cuando pasea a su perro le cuesta encontrar papeleras y cuenta que tiene que caminar varias calles con la bolsa de los excrementos que recoge de su animal hasta dar con una en la que tirarla. Torres lo hace, pero no es es el comportamiento habitual, comenta. «Hay gente muy guarra», añade Serra, sobre la basura que observa a veces en la calle, apenas unos minutos después de que haya pasado el personal de limpieza. Serra y Torres consideran que su barrio es «el menos cuidado de Ibiza».

Para Serra el estado de la playa «es una vergüenza», porque también hay piedras y rocas. Los clientes que visitan su tienda de souvenirs se quejan, y ante esa situación no tiene otra opción que recomendarles ir al norte, «donde las playas están más bonitas», sentencia.

Otra comerciante de la zona, que trabaja en un supermercado y que prefiere no dar su nombre, apunta a la necesidad de una mejora general en las condiciones de las playas: «Tendrían que estar todas limpias para que los que vienen puedan estar cómodos», reivindica. En su caso, desconoce los cambios que se prevén en la playa de es Viver, pero aprovecha la ocasión para exigir que se limpie bien la acera en la que se ubica su establecimiento, en la avenida Pere Matutes Noguera: «No hay ni cubo de basura, y cuando le pido al barrendero que limpie, me dice que no habla español», critica.

Rocco es trabajador y vecino de la zona desde hace doce años. No suele frecuentar la playa de es Viver porque visualmente no le atrae, pero considera que el hecho de que se esté reacondicionando puede ser un incentivo para frecuentarla: «Está aquí al lado», apunta, en comparación con Cala Salada, una playa que le gusta visitar habitualmente, pero que «está más lejos». Esta última es una de las playas a las que recomendaría ir, en comparación con la que tiene cerca de casa.

Una buena oportunidad

Mario es dueño desde hace dos años de un supermercado que se encuentra cerca del muelle de salida de ferris de es Viver a Formentera. Para él, que se amplíe la zona de baño y se retire la posidonia es una oportunidad para sus ventas: «Seguro que traerá más clientela», comenta. Aún así, insiste en que es importante que se mantenga el cuidado de la playa: «Habrá que estar pendiente de la posidonia que traen los temporales a la costa», asegura, sobre el problema que observa en la acumulación de la planta en la arena: «Si no, no hay playa», apunta.

Alguien a quien también le preocupa el estado de la arena de es Viver es José, dueño del chiringuito Vive beach desde hace dos años. Asegura que esta temporada es la primera en la que es testigo de que «hay voluntad política» de mejorar la calidad y apariencia de la playa. El año pasado, el empresario organizó una jornada de limpieza en la que se recogieron muchas toallitas y se llenaron varias bolsas de basura con todo lo recogido en la orilla de la playa.

En este momento José señala algunas mejoras que ya son evidentes, como el estado de la arena, que está más clara. Además, a unos metros de distancia de su quiosco, una retroexcavadora extrae posidonia amontonada en un lado de la playa. Para el dueño de la concesión esta medida ayudará a que «huela menos», comenta en referencia al mal olor que ocasiona la acumulación de la planta húmeda.

El Ayuntamiento de Ibiza aseguró recientemente que se balizará la playa, lo que indica que se ampliará la zona de baño, extendiendo el canal frente al hotel Twiins, según José: «Mucha gente se baña ahí», asegura, refiriéndose a los turistas que buscan claros en el fondo marino. Con esta medida, el empresario considera que mejorará el potencial de la playa, en la que, si se mantiene la limpieza como se pretende, le gustaría tener el chiringuito «abierto casi todo el año para los ibicencos», apunta.

El olor que hay en el entorno de la playa de es Viver también es un problema para la clientela que se aloja en los White Apartments, donde Ana María Soares es encargada: «Muchas veces los clientes se quejan porque al hacer la reserva ven que hay una playa enfrente de los apartamentos pero, cuando están aquí, no les gusta», asegura. Las críticas también se centran en la falta de arena y la acumulación de posidonia. Ante estos casos, Soares no tiene otra opción que recomendar a los huéspedes que se acerquen a playas como ses Salines, comenta, sobre los casos particulares de estancias de un solo día en las que el cliente busca una playa cercana: «Día a día y año tras año tenemos quejas», cuenta sobre el estado de la playa, que está a apenas 20 metros de la recepción. Ella también contempla el reacondicionamiento de es Viver como una oportunidad: «Ojalá sea así y ojalá quede bien».

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