Las grúas no dan abasto en Ibiza

La demora de los servicios de asistencia en carretera se sitúa por encima del nivel del verano del año 2019, último ejercicio antes del covid

Un equipo de auxilio en carretera de Grúas Ibiza retira un todoterreno que llevaba casi un día entero atrapado sobre un canal de ses Salines.

Un equipo de auxilio en carretera de Grúas Ibiza retira un todoterreno que llevaba casi un día entero atrapado sobre un canal de ses Salines. / D.I.

Pablo Sanz Padilla

Pablo Sanz Padilla

Un equipo de auxilio en carretera de Grúas Ibiza rescataba el 15 de agosto un todoterreno que había estado a punto de caer a un canal de ses Salines el mediodía de la jornada anterior. Casi dos semanas más tarde, un turismo volcó entre Santa Agnès y Sant Rafel y un día después todavía permanecía a la espera de su recogida. Son dos ejemplos que ilustran el colapso de los servicios de grúas en Ibiza este verano. Es cierto que estos, rescates a vehículos bloqueados, son los casos más extremos y más trabajosos, pero ningún conductor al que se le averíe el vehículo en plena vía va a librarse de una larga espera.

Los rescates de coches atrapados son los más difíciles. | D.I.

Los rescates de coches atrapados son los más difíciles. | D.I. / pablo sanz padilla. eivissa

Al menos así lo aseguran desde Grúas Ibiza. Paco de la Cruz, responsable de la empresa, señala que la media de asistencia en verano de este año se sitúa entre tres y cuatro horas, cuando en 2019 -último ejercicio con unos niveles de tráfico asimilables a los de este verano- el auxilio de las incidencias oscilaba, señala, entre los 40 minutos y la hora. Con estos datos, se trataría de un aumento mínimo del triple en la demora de asistencia que, según De la Cruz, no puede explicarse por un incremento de la siniestralidad en carretera.

En su lugar, apunta al cierre de las empresas de grúas y a la falta de personal en el sector. Por otra parte, hace hincapié en la carencia que, denuncia, sufre la isla en cuanto a la disponibilidad de terrenos industriales. Circunstancia que, lamenta , impide a las empresas prestar un servicio de calidad adaptado a la demanda, generando un desajuste entre las necesidades de la isla y su capacidad. Según él, esto es algo que se arrastra ya desde hace décadas, pero que se añade a la incapacidad de las empresas de grúas para, en este caso, dar un servicio rápido en los meses de más trabajo.

Tampoco ayuda el colapso de las carreteras, aunque reconoce que se ha notado mucho la inauguración de la nueva carretera de Santa Eulària. "Ahí notamos una mejoría muy grande", valora. Grúas Ibiza realiza alrededor de 110 servicios diarios este verano, indica De la Cruz, mientras que el resto del año esta cantidad baja al rango de las 45 a 50 asistencias por día, informa.

Por su parte, Guillermo Marí, al mando de Grúas Guillermo, coincide en apuntar a la falta de trabajadores disponibles en las empresas de grúas como uno de los motivos que afectan a la calidad de la asistencia en los servicios.

Marí no puede comparar los servicios de 2019 con los de este año porque ha decidido dejar de trabajar con compañías aseguradoras, que a su juicio no remuneran adecuadamente su labor, aunque ofrecen a las empresas de auxilio en carretera el atractivo de asegurar un gran volumen de servicios, considera.

De hecho, cita éste como el segundo factor que se encuentra detrás de la pérdida de calidad en la asistencia en carretera. "Los precios son ridículos. Una aseguradora va a pagar alrededor de la mitad de lo que paga un particular, o incluso menos", declara. En su caso, precisa, están tardando entre 60 y 90 minutos en asistir a los vehículos, aunque pone de relieve la variación en el tiempo de asistencia en función de las características del servicio.

«Una hora es demasiado»

El encargado de Grúas Simonet en Ibiza, Toni Soto, sitúa entre los 45 minutos y la hora la asistencia por servicio, mientras que, calcula, esta se situó en los 40 minutos el verano de 2019. Soto estima que este año atiende entre 50 y 60 servicios al día, mientras que su promedio de servicios diarios en la época de menos demanda del año cae hasta los ocho. Explica que el promedio de demora en el que se mueven actualmente solivianta a algunos clientes. "Una hora es demasiado para la aseguradora y los clientes".

En su caso, trabaja para una compañía de seguros y cuenta con taller, lleno como consecuencia del número de servicios que debe atender en verano, explica, lo que también altera el ánimo de algunos clientes. "Ayer tenía la base llena y había una taxista que estaba cabreada porque no le parecía lógico que le entregara el coche en taller a las tres de la tarde", cuenta.

En cuanto a los horarios en los que se concentran las asistencias, De la Cruz apunta a las horas de salida de las playas. Asimismo, destaca que un momento de actividad particularmente intensa se sitúa entre las 8.30 horas y las 12, pues se trata de una franja en la que, explica, hay muchos retornos de vehículos a base.

Por su parte, para Marí, las frecuencias máximas de servicios se dan durante la mañana, cuando la gente acude a sus puestos de trabajo -además, en el resto del año las familias llevan a sus hijos a la escuela-, al mediodía y a la noche. Concede que "en verano por las noches hay más trabajo que en invierno, con bares y discotecas abiertos hasta las tantas", aunque explica que, por su localización, no notan tanto este efecto asociado a la temporada. «Nosotros estamos en la zona de Santa Eulària y las noches por regla general son bastante más tranquilas que en Platja d’en Bossa» apunta. Las franjas más concurridas son, enumera, de 7 a 9.30 horas, de 12.30 a 15 horas y de 19 a 22 horas.

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