Boxeo

Cofrade: «Es un sueño ser el primer campeón nacional ibicenco»

El ibicenco, flamante campeón de España de kick boxing, todavía «no me creo lo que he conseguido»

El púgil, de 40 años, se sincera: «Entrenando en Tailandia me dijeron que era muy bueno y que debía competir»

El púgil ibicenco, con el cinturón de campeón de España y Antonio Ponce. | DIARIO DE IBIZA

El púgil ibicenco, con el cinturón de campeón de España y Antonio Ponce. | DIARIO DE IBIZA / jesús rodríguez pazos

Jesús Rodríguez

Jesús Rodríguez

España tiene un nuevo campeón nacional de kick boxing, y es ibicenco. Óscar Cofrade a sus 40 años ha conseguido el hito de proclamarse como el campeón de España Neoprofesional de kick boxing por la Federación Internacional de Muay Thai, tras enfrentarse el pasado fin de semana al púgil madrileño Juan Antonio Pérez, del Yussei Team. Fue un combate realmente duro, con cuatro asaltos de dos minutos y frente a un joven de 31 años: «Desde el primer momento vi que pegaba muy duro, por lo que el primer asalto fue de tanteo, escuchando a los entrenadores en mi esquina». «Todavía no he ido al médico, pero tengo alguna costilla fisurada», revela Cofrade, algo que hizo todavía más épica una pelea «en Madrid, contra un madrileño y contra su gente, lo que lo hacía aún más complicado», por lo que «no podía llegar a los puntos, si quería ganar tenía que ser por ko». «Ambos nos hicimos mucho daño», confiesa.

Óscar Cofrade tras proclamarse campeón junto a su equipo de entrenadores y 
preparadores físicos. | DIARIO DE IBIZA

Óscar Cofrade tras proclamarse campeón junto a su equipo de entrenadores y preparadores físicos. | DIARIO DE IBIZA / jesús rodríguez pazos

Cinco años en Tailandia

Cofrade estuvo cinco años en Phuket (Tailandia), cuna de la disciplina de Muay Thay: «Nunca me quise dedicar a esto, yo me lo tomaba como un hobbie, pero allí la gente me convenció para que empezase a competir, volviendo otra vez al kick boxing», explica.

Ahí fue cuando vio que su objetivo era ganar un cinturón nacional, algo que no fue nada fácil, ya que estando en Tailandia tuvo un accidente por el que se rompió una pierna y tuvo que parar toda su preparación. Pero todo cambió en 2022: «La selección madrileña me seleccionó como competidor y preparador físico» (el ibicenco es graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte), y le ofrecieron competir. «Tuve que decir que no porque mi mujer se acababa de quedar embarazada. Les dije que cuando mi hija me dejase dormir por la noche, lo intentaría», espeta el primer vencedor balear en esta disciplina.

Al ser padre, se decidió a competir por el cinturón de campeón, con un combate que se debía haber disputado en octubre del pasado año. «Pero cinco semanas antes me dijeron que la pelea se cancelaba», algo que le hizo dudar: «Le dije a mi entrenador, Antonio Ponce, que lo dejaba, ya tenía 40 años y creía que era el momento». Ponce, que es campeón mundial de kick boxing, y desempeña las labores de agente de la guardia civil en Ibiza, fue su principal apoyo, y le hizo reflexionar: «¿Me quieres decir que después de 20 años no vas a esperar cuatro o cinco meses para cumplir tu sueño de poder pelear por un cinturón?», le dijo, algo que tocó la fibra del campeón ibicenco. «Tienes razón, el año que viene lo intentaré», respondió a su entrenador.

Por todo ello, recargó las pilas y en enero se puso a entrenar otra vez, «una media de 16 ó 18 horas semanales». «Tenía a la niña, mi trabajo como gerente de un gimnasio, y además me tenía que preparar diariamente, intentando conciliar mi vida de padre, mi vida profesional y ser competidor». Toda una lucha que se ha visto reflejada con la consecución de este premio.

Su formación le ha ayudado mucho: «Al ser licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, sé muy bien la preparación que tengo que llevar», lo que le hizo combinar «los entrenamientos físicos con Ponce con mi preparación particular», algo que le llevaba entre tres y cuatro horas al día. Entrenaba técnica, carrera a pie y estiramientos de yoga, lo último debido a su edad, pues «no tienes la misma flexibilidad con 30 años que con 40», advierte con una sonrisa el ibicenco.

«Yo no tengo un don, me lo he currado y he entrenado hasta la extenuación», prosigue el deportista: «Esto hace que valore todo lo que he conseguido aún más». Un camino que no ha sido nada fácil: «Tuve que empezar a trabajar menos horas al día para poder compaginarlo con los entrenamientos y conciliarlo con mi rutina y mi vida personal».

Antonio Ponce, clave

Respecto a su entrenador, Antonio Ponce, sólo tiene palabras de elogio: «Si no fuese por él, esto no habría sido posible». Le está muy agradecido: «Gran parte de este cinturón es de Antonio Ponce, porque él desde que me vio confió en mí».

Ponce, guardia civil en Ibiza, fue campeón del mundo de kick boxing, algo que llena de orgullo al ibicenco: «Tenerle en mi esquina para mí es un sueño. Haber ganado un cinturón y que Antonio Ponce haya estado conmigo es algo increíble. Ha dejado de hacer muchos planes y muchas cosas por mí». Sólo tiene palabras de agradecimiento hacia su entrenador: «Muchos días ha venido en moto empapado por la lluvia, o ha dejado de ir a Córdoba para entrenarme, algo que me llena de emoción por todo lo que ha confiado en mí cuando ni yo mismo confiaba. Esto se lo debo a él, sin Antonio no habría sido posible. Le tengo un respeto y una admiración increíble», subraya el isleño.

El ibicenco se siente realmente orgulloso «de dar a conocer la isla de Ibiza por el deporte, no solo por la fiesta y las discotecas», y confiesa que se emocionó cuando le dieron el cinturón de campeón y él estaba «con la bandera ibicenca».

De cara al futuro, Cofrade no tiene prisa: «Lo primero que quiero es descansar y asimilar todo lo que me está pasando. Necesito un descanso, también psicológico». Me han propuesto cosas, aunque lo estudiaré tras descansar unos meses», explica el boxeador. Gracias a Cofrade, Ibiza ya tiene su campeón.

Suscríbete para seguir leyendo