Marcos Páez: «Si hubiésemos tenido un pabellón para 3.000 personas, lo habríamos llenado»

El vicepresidente del Bàsquet Sant Antoni repasa una temporada a la que sólo le faltó la guinda del ascenso. Aún colea la última acción polémica ante el Morón.

Marcos Páez, en el centro, entre el presidente y el gerente del CB Morón después del encuentro por el ascenso del sábado. | CLASS BÀSQUET SANT ANTONI

Marcos Páez, en el centro, entre el presidente y el gerente del CB Morón después del encuentro por el ascenso del sábado. | CLASS BÀSQUET SANT ANTONI

El Class Bàsquet Sant Antoni termina el año con un sabor agridulce. Aunque el ascenso a la LEB Oro se les escapó en los últimos minutos del partido definitivo en Sa Pedrera, jamás un conjunto ibicenco se había acercado tanto a la segunda categoría de la liga nacional de baloncesto. El vicepresidente del club y pieza indispensable de la entidad, Marcos Páez, repasa la campaña todavía con las sensaciones frescas del último encuentro. Lejos del pesimismo de la derrota con polémica por la actuación de los árbitros en la última jugada, el directivo se muestra dinámico y con esperanzas de realizar un papel todavía mejor en la siguiente campaña. También da algunas pistas de la próxima temporada, en la que Jordi Grimau ejercerá como director deportivo.

El Class Bàsquet Sant Antoni empezó la temporada con un 60 por ciento de jugadores nuevos. ¿Eso significa que hubo incertidumbre en las primeras jornadas sobre el equipo?

Siempre que iniciamos una temporada, vemos dónde hay que mejorar. A finales de la campaña anterior nos reunimos con la parte deportiva y estuvimos hablando de qué necesidades había para acertar y subir a LEB Oro. Acordamos hacer un aumento del 40 por ciento en el presupuesto de fichajes. El club trabajó muy duro para conseguir los patrocinadores necesarios para llegar a esos montantes. Por eso cambiamos el perfil de jugador que estábamos trayendo y pasamos de contratar deportistas de proyección a otros más hechos a la categoría y con un caché superior. Eso conllevó que el inicio de temporada fuese un poco de incertidumbre porque no acabábamos de tener el juego que esperábamos. Es normal: había que ensamblar a mucha gente que no había jugado nunca junta y teníamos un entrenador nuevo y personal nuevo. Al final, el tiempo nos ha dado la razón. Durante la temporada, todo ha ido encajando como tocaba y hemos acabado de manera espectacular. Estábamos entre los tres o cuatro mejores equipos de los 28 que participan la liga. Es un éxito rotundo.

El equipo pasó toda la temporada regular entre los tres primeros del grupo y llegó a ser el líder durante algunas jornadas, aunque terminó en segunda posición. ¿Qué sensaciones tenía de cara al play-off para el ascenso?

Teníamos claro que hay equipos que entran en una posición que no refleja el momento deportivo en el que se encuentran. Algunos acaban la temporada muy bien, pero se clasifican en las últimas plazas porque empezaron mal. Fue el caso de nuestro segundo rival, el CB L’Horta Godella, que acabó meteórico.

Después de eliminar al conjunto catalán con dos victorias en dos partidos, al Sant Antoni le tocó disputar el ascenso contra el CB Morón.

Sabíamos que si nos jugábamos la última eliminatoria contra el Morón, el primer partido iba a ser complicado porque tienen un campo en el que es muy difícil competir. Como conseguimos el factor cancha, el partido definitivo iba a ser en Sa Pedrera y eso abría mucho las posibilidades. Al final, estuvimos a dos segundos y tres centímetros de ser el equipo que ascendía. Ha sido un play-off duro, pero teníamos mucha confianza en los jugadores y ellos también tenían mucha confianza en ellos mismos. Nuestra idea era subir, pero no ha sucedido. Desde mañana [por hoy] vamos a empezar a trabajar en el nuevo proyecto y el año que viene va a ser mejor, como siempre ha sido. Segurísimo.

El equipo compitió en las últimas semanas muy condicionado por las lesiones de algunos jugadores clave. ¿Cómo influyó en el equipo?

Hemos tenido mala suerte porque Álex Llorca llevaba tres meses de baja porque fue intervenido en la espalda. El grupo lo sufrió al principio porque era el jugador más en forma de la liga y llevaba unas valoraciones tremendas cuando se lesionó. El equipo se recompuso y aprendió a vivir sin él. Cuando estábamos llegando a la fase definitiva, tuvimos las bajas de Iglesias y Mollgaard. Más allá del tipo de jugador, es un problema de efectivos. No te puedes ir a disputar un play-off tan duro con nueve jugadores: las rotaciones se resienten y tienes que jugar de otra manera. El equipo demostró que se puede rehacer. Fuimos recuperando gente, pero no vuelves igual después de una lesión que cuando te fuiste y eso lo hemos notado. Se ha visto que esta plantilla tiene un ADN muy interiorizado de luchar hasta el último momento y dejarlo todo en la pista. Ayer [por anteayer] se vio. Fue un partido increíble de idas y venidas en el marcador, que es digno de guardarlo en la hemeroteca.

Los hinchas también jugaron un gran papel en el encuentro. Algunos jugadores del Morón comenzaron el último partido muy nerviosos.

Nuestra afición es increíble. Tenemos gente joven, la colla Es Verro, que hace de guía al resto del pabellón hay aficionados que vienen de otros clubs más pequeños y vienen muchas familias al completo. Hay un sentimiento muy grande de pertenencia de la gente de la isla hacia este proyecto porque todo se hace desde el cariño y para que disfrute la gente que va al pabellón. Los aficionados están volcados porque sienten el proyecto como suyo. Aquí no viene nadie que no siente el club y que no piensa que es parte importante. Lo de ayer fue espectacular, a mí se me pusieron los pelos de punta solo de mirar a la grada. Quien vino por primera vez a Sa Pedrera, volverá muchas veces más.

El del sábado también fue el partido de despedida de Jordi Grimau, que pasará a ser director deportivo. Conoce el club desde hace cuatro temporadas y es la persona más indicada.

Jordi [Grimau] hacía muchos años que quería un proyecto en la isla porque su mujer y sus hijos son ibicencos. Es un ibicenco más y te lo dice. Tuvimos la suerte de que nuestros caminos se cruzaran en un momento perfecto. Trabajo a diario con él muchas horas y puedo asegurar que es una persona que ha aprendido a ser no tanto jugador y empezar a ser director deportivo. Va ser un gran directivo porque tiene la parte fundamental, que es que ama este deporte. Como él dice siempre: «No quiero que jamás se le haga a un jugador nuestro lo que se me ha podido hacer a mí en algún momento de mi carrera profesional, que se me trató como mercancía en vez de como persona».

Al final del partido, cogió un micrófono para asegurar al público: «No ha sido hoy, pero será mañana». ¿Ya hay planes para la próxima temporada? ¿Seguirá el técnico, David Barrio?

Salvo algo extraño que pueda pasar, que ya digo yo que no, David Barrio ya está renovado por contrato. El documento recogía que, si se cumplían unos objetivos, el entrenador queda renovado. Por tanto, va a continuar. David [Barrio] está muy contento aquí y el club está muy contento con él. A partir de aquí, será un trabajo de la dirección deportiva. Lo que está claro es que en este equipo es que las áreas no se pisan: cada uno se hace cargo de sus funciones. La parte de gestión, que la realizamos el presidente y yo, nunca vamos a meternos en el área deportiva. Serán decisiones de Jordi Grimau. Me parece que David Barrio ha hecho una temporada digna de elogio, de gestión de grupo y le veo llevando a Sant Antoni a la LEB Oro. Mañana [por hoy] empezaremos a trabajar, a valorar qué ha pasado y qué mejoras hay que hacer. Queremos mantener el nivel del proyecto a nivel social. Se está diciendo que estamos de moda y que pasará, pero creo que no somos una moda. Tenemos un proyecto que seguirá siendo así y que ha venido para quedarse muchos años. Lo que se haga será para mejorar lo de este año.

Desde hace tiempo se habla de la ampliación del pabellón. Hace dos semanas comentó a este diario: «Nos gustaría poder atraer a más gente, pero la instalación no da para más».

Después de clasificarnos para jugar contra el Morón, hace 15 días, recibimos un aluvión de peticiones para acceder al partido en Sa Pedrera. Teníamos llamadas y mensajes de Morón y de Ibiza. Nos tuvimos que sentar y pensar que tenemos una instalación con un aforo permitido de 1.300 personas. Ayer [por anteayer], entraron en Sa Pedrera 1.700 aficionados. Tuvimos que descartar 1.000 peticiones. Si hubiésemos tenido un pabellón con capacidad para 3.000 personas, lo habríamos llenado. Esperamos tener la ampliación de la instalación para la temporada que viene, que se está concretando, para que podamos ir tranquilamente a los play-off o a una categoría superior y que el proyecto no se quede trabado por ese hándicap. Lo hemos dicho por activa y por pasiva: al club le ha dolido en el alma no haber podido dar cobertura a todo el mundo. Pero era inviable. Lo que pasa en Sa Pedrera es un milagro porque es un pabellón con un graderío para 300 personas. Todo lo demás es un escenario que monta el club para llegar a 1.700. Es un montaje tremendo de dos días de trabajo. Todo esto nos prepara para lo que vendrá en el futuro y tener un proyecto de cara a ligas más potentes. El club va madurando año a año y cuando lleguemos, estaremos preparados.

Suscríbete para seguir leyendo