María Cruz Marín Ceballos, doctora en Historia Antigua: «Ibiza y la cueva de es Culleram son fundamentales para conocer a Tanit»

Tanto tiempo ha invertido María Cruz Marín Ceballos en el estudio de es Culleram que entre amigos y colegas ya la llama familiarmente ‘mi cueva’. Fue Jordi Fernández, el antiguo director del Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera (MAEF) el que, hace algo más de diez años, propuso a esta doctora en Historia Antigua de la Universidad de Sevilla que investigara a fondo el santuario descubierto en el noreste de Ibiza en 1907. Marín, que ya por por entonces llevaba décadas dedicada a la investigación del mundo fenicio-púnico enfocándose en diferentes aspectos relacionados con la religión, decidió aceptar el reto porque es Culleram es, sin duda, un lugar privilegiado para esta labor.

De la relevancia que tiene esta cueva santuario ha hablado en muchas ocasiones en sus visitas a Ibiza esta profesora universitaria ya retirada. Lo hace también hoy (por ayer), en una entrevista concedida a Diario de Ibiza horas antes de visitar el Museo Monogràfic Puig des Molins. Allí ofrecerá una charla que se enmarca en el ciclo de conferencias organizado esta semana por el MAEF con motivo de la exposición temporal ‘Per a la nostra senyora Tinnit, la poderosa’, muestra en la que, por cierto, ha colaborado como asesora científica.

La historia de es Culleram revive en el Museo Arqueológico de Ibiza

En su intervención de esta tarde, adelanta, va a hablar de todo lo que se sabe del culto a la diosa popularmente conocida con el nombre de Tanit, primero en el ámbito fenicio (lo que sería el actual Líbano) y luego en el Mediterráneo central y occidental (Sicilia, Cerdeña y sobre todo Cartago), enfocándose para terminar en el hallazgo que hicieron miembros de la Societat Arqueològica Ebusitana a principios del siglo XX en el municipio de Sant Joan.

«Ibiza y es Culleram son fundamentales para conocer a Tanit», asegura. «¿Por qué?», el motivo lo explica a continuación: «Porque hay poquísimos datos de esta diosa y el de Ibiza es el único santuario del Mediterráneo dedicado a ella que se conoce bien». Sin duda, ha contribuido a ello el hecho de que este lugar sagrado se encuentre en «un espacio cerrado, con materiales muy específicos que no se dan en ningún otro sitio del ámbito mediterráneo» y que exista una plaquita de bronce, la que se exhibe ahora en la muestra temporal del MAEF, con una inscripción que no deja lugar a dudas de que Tanit fue la diosa titular de esta cueva en torno al siglo II a.C.

Tinnit o Tanit

Antes de ahondar en el culto a esta divinidad femenina que llegó a Ibiza «directamente desde Cartago», la conferenciante aclara que la forma más correcta de llamarla es Tinnit y no Tanit, aunque este nombre ya esté institucionalizado. «Tanit fue la vocalización aleatoria que le dieron a las consonantes ‘tnt’ las personas que hallaron las primeras inscripciones, en lengua fenicia, referentes a esta diosa, que se encontraron en el tofet de Cartago. Pero luego aparecieron en Constantina, la antigua Cirta, otras inscripciones, en este caso bilingües, en griego y en fenicio, y gracias a ellas pudimos saber que la transcripción en griego de su nombre no era Tanit sino Tinnit», explica.

Esta divinidad «empieza a aparecer en la epigrafía de Cartago en el siglo V a.C., vinculada siempre a Baal, y también a Astarté». ‘Tinnit faz de Baal’ es el epíteto que suele aparecer en muchas estelas de esa época halladas en el tofet de Cartago. Esa expresión, apunta, «se interpreta como que esta diosa representa el rostro amable y maternal que ofrece Baal a los fieles, algo parecido a lo que representaría la imagen de la Virgen María para los cristianos, una intermediaria entre Dios Padre y la humanidad». Lo curioso es que en Ibiza, que heredó el culto a Tinnit de Cartago, esta diosa aparece sola, «desligada tanto de Astarté como de Baal, el dios más importante del panteón de Cartago».

Gracias a la información extraída de la plaquita de bronce antes mencionada y de las cerámicas y monedas halladas en es Culleram se puede establecer que «el culto a Tinnit empieza en Ibiza aproximadamente en el siglo IV a.C, aunque se desarrolla ampliamente después, durante los siglos III y II a.C. y continúa pero ya de forma residual en época romana».

¿Qué representa esta diosa para los fieles que le rinden culto en es Culleram? En opinión de Marín, «Tinnit es una diosa que propicia el amor y la fecundidad, que es protectora de Iboshim y su territorio y que protege, además, cualquier actividad o empresa y también en el viaje al más allá». Ha deducido algunos de los atributos de la diosa gracias al estudio pormenorizado de los símbolos que aparecen en el pecho de las terracotas acampanadas halladas en el interior de la cueva, que son más de un millar. Es gracias a esta figuras de barro, «la ofrenda por excelencia de este santuario», que se puede inferir que el culto a Tinnit viene directamente de Cartago, porque solo allí se han encontrado «algunas piezas que serían los antecedentes de las terracotas de es Culleram». «En ningún otro espacio sagrado o necrópolis del mundo púnico se ha hallado esta iconografía excepto en Cartago y su ámbito de influencia en el norte de África», insiste.

Marín también habla del culto a esta diosa en la Península. «Hay quien ve el culto a Tinnit por todas partes, sobre todo en el sur de la Península. Hay indicios de que pudo existir en Cádiz y en zonas del Levante, como Elche, donde estoy segura de que llegó por influencia de Ibiza», afirma.

Gran parte de la información proporcionada por esta antigua docente de la Universidad de Sevilla se encuentra en la obra ‘La cueva santuario de es Culleram (Ibiza)’ (colección Spal Monografías Arqueología), publicada en 2022. Ella es una de las tres coordinadoras del libro, junto a la profesora María Belén y la investigadora Ana Jiménez Flores.

El libro

Esta publicación reúne el resultado de todos los proyectos de investigación que, desde hace más de una década, Marín y su equipo han realizado en torno a es Culleram, «recurriendo a financiación del Gobierno central y de la Universidad de Sevilla». Lo primero que hicieron, recuerda, fue una catalogación de todos los materiales hallados en la cueva, una tarea que fue «muy complicada» porque todos esos elementos estaban muy dispersos. «Mucho de lo que se había encontrado en es Culleram estaba repartido por varios museos arqueológicos de España, como los de Madrid, Barcelona, Santander, o Valencia y también en colecciones privadas», asegura. «Se encontró incluso una terracacota de es Culleram en el Museo Sorolla, en Madrid, que al parecer debió de ser un regalo que se hizo al pintor en su visita a Ibiza», apunta.

Después de catalogar todo el material, comenzó su estudio, que realizaron varios especialistas. Por ejemplo, el arqueólogo ibicenco Joan Ramon, técnico de Patrimonio del Consell de Ibiza, se ocupó de la cerámica y se encargó del capítulo dedicado a la materia que hay en el libro, ‘La cueva santuario de es Culleram (Ibiza)’. Marta Campos estudió las monedas, «elementos, que al igual que la cerámica, eran muy importantes para establecer la cronología». José Ángel Zamora López, especialista en epigrafía e investigador del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), se encargó del estudio de la plaquita de es Culleram. Benjamí Costa, actual director del MAEF, estudió los elementos de pesca que se encontraron en el lugar, y María Luisa Bandera, especialista en joyería de la Universidad de Sevilla, se centró en los tres medallones que aparecieron en la cueva santuario.

La labor de Marín, coordinadora principal de estos trabajos y del libro, consistió, entre otras, en investigar las terracotas y en el estudio histórico religioso de Tinnit.

Suscríbete para seguir leyendo