El motivo por el que la gente se acuesta sin ropa en la cama y ahorra en la calefacción

Las noches frías de invierno suelen hacerse más duras de lo habitual si no pones cuidado a la hora de abrigar la cama. Utilizar la calefacción hoy es un día es un gasto considerable que se traduce en una abultada factura a final de mes difícil de cubrir. Por eso, todo lo que sean soluciones fáciles que no requieran de coste alguno -o de uno mucho más asequible- y que contribuyan al mayor confort a la hora de acostarse son bienvenidas.

Aunque parezca difícil atajar este problema, algunos “consejos de la abuela” ofrecen trucos básicos que en muchas ocasiones se transmiten de generación en generación. Estos consejos han encontrado una manera de darse a conocer que traspasa la frontera del boca a boca familiar y se distribuyen a través de las redes sociales. En la era de Internet no faltan fórmulas para solucionar problemas de orden y limpieza de manera casera, con productos que todo el mundo tiene por casa y sin necesidad de salir al supermercado o invertir más dinero.

De hecho, en el caso de dormir con la sensación de tener frío, las soluciones pasan por poner mayor atención al detalle antes de acostarse. De esta manera, puede resultar más sencillo conciliar el sueño y evitar la sensación de malestar por la mañana. Por eso, aquí van algunos consejos para aplicar:

Ikea lanza una manta que nos ayuda a dormir mejor

Abrigarse los pies. Para muchos no es muy agradable la sensación de acostarse con calcetines. Sin embargo, tener cubiertas las extremidades es una forma de huir del frío. Por eso, ponte un par hasta que la temperatura del cuerpo se acostumbre. Después podrás quitártelos.

Tomar una bebida caliente. Este truco además ayudará a conciliar el sueño de manera más rápida.

Aclimatar el cuarto. Es importante que la habitación se encuentre en una temperatura óptima y que evites las corrientes de frío que pueden interrumpir el sueño cerrando bien todas las ventanas.

Cubrir el suelo. Echa mano de las moquetas y las alfombras, ya que estas ayudan a mantener el calor.

Utilizar ropa de cama oscura. Los tonos oscuros ayudan a mantener el calor en lugar de reflejarlo.

Olvídate del pijama. Puede que a más de uno le resulte incómodo dormir desnudo, pero la realidad es que esta medida permite que el cuerpo regule mejor la temperatura.

Asentar bien las sábanas. En primer lugar, es fundamental contar con ropa de cama abrigada: un buen edredón, una sábanas de algodón… Eso sí; si las capas no están bien dispuestas sobre la cama es más que probable que el frío entre por alguno de los laterales o por los pies.