La UD Ibiza se despide de Segunda División con un empate en Málaga

1-1. El conjunto ibicenco cierra su ciclo en el fútbol profesional con el tercer partido consecutivo sin perder

Un instante del partido.

Un instante del partido. / LaLiga

Rubén J. Palomo

Rubén J. Palomo

La UD Ibiza ha cerrado este sábado la temporada en Segunda División con un empate en La Rosaleda frente al Málaga (1-1) en un partido marcado por el ambiente hostil en las gradas para recibir a dos equipos descendidos a Primera RFEF. Un tanto de Juan Ibiza sobre la bocina ha servido para que el conjunto ibicenco cierre su ciclo en el fútbol profesional con cierta sensación de alivio y buena imagen después de culminar el curso con tres encuentros seguidos sin perder.

Lucas Alcaraz sorprendió sentando a un fijo este curso como Ekain y devolviendo la titularidad a Nolito –no saltaba de inicio desde hace 12 jornadas, en enero– para el último partido del conjunto ibicenco en el fútbol profesional. Para la mayoría de los futbolistas celestes el encuentro suponía su adiós al club ibicenco y el ambiente, muy enrarecido en La Rosaleda tras el descenso del Málaga, invitaba a todos menos a celebrar homenajes de despedida. Ambos equipos, unidos en el dolor de la pérdida de categoría, se encontrarán de nuevo el próximo ejercicio en Primera RFEF aunque muy probablemente en grupos separados.

La falta de aspiraciones restaron intensidad y tensión al encuentro, al que llegaba la UD Ibiza tras cosechar dos buenos resultados frente a Levante (0-0) y Real Zaragoza (1-0) y asistir al debut como goleador de su canterano Álex Sánchez. 

Alcaraz insistió en su esquema de cinco defensas y cuatro medios para fortalecer el arco defendido por Germán y el Málaga, presionado por la hostilidad de su propia afición, fue incapaz de generar peligro en los albores del funeral deportivo que se vivió en La Rosaleda. Los ayer naranjas sí protagonizaron un par de buenas transiciones ofensivas antes del minuto 25, cuando irrumpieron en el fondo sur de la grada centenares de hinchas boquerones que se habían concentrado fuera del estadio a modo de protesta.

En una de esas aproximaciones tuvo Coke la opción de marcar con una especie de vaselina desde fuera del área que se marchó rozando el poste tras deshacerse de su rival con un gran recorte (min. 33). Replicó el equipo blanquiazul percutiendo por ambas bandas aunque sin claridad en los metros finales. Con escaso fútbol y mucha animadversión en la grada hacia los futbolistas y la directiva se alcanzó el descanso en el coliseo malaguista.

Descanso

El conjunto de Sergio Pellicer, muy herido en su orgullo, tomó la iniciativa y trató de penetrar en la zaga isleña en busca de un gol que redujera la ira de su afición. Appiah, que entró al campo tras el paso por vestuarios, protagonizó la primera ocasión de los blanquiazules con un remate demasiado cruzado tras recibir con ventaja en el área. A la segunda sí encontró portería, y después de hacerse espacio con calidad por el balcón del área se sacó un zurdazo ajustado que entró lamiendo el poste, haciendo estéril la estirada de Germán (1-0, min. 61).

El buen desempeño defensivo de los celestes tras el doloroso 0-5 con el Albacete duró dos partidos y 60 minutos del tercero, hasta el impecable tanto de Appiah.

La UD Ibiza no generó demasiado peligro ofensivo aunque Herrera tuvo el empate en sus botas a los 76 minutos en una falta al borde del área que se fue a un palmo de la escuadra.

El debut del canterano Xairo y el tercer partido de Álex Sánchez en el fútbol profesional marcaron la recta final del partido para un Ibiza que consiguió el empate in extremis por mediación de Juan Ibiza tras aprovechar el rechace del guardameta de una falta lateral bien botada por Javi Vázquez (1-1, min. 90). Un adiós con honores en Segunda División para un club que trabajará en volver a LaLiga a la mayor brevedad.