Más de mil personas viven en un ‘camping’ ilegal en las afueras de Ibiza

Muchas de las familias que se han asentado en el terreno privado, algunas de ellas con menores de edad a cargo, son usuarios de los servicios sociales

Más de mil personas viven en el ‘camping’ ilegal de Can Rova de Ibiza

Redacción Digital

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

El número de personas que viven en el camping ilegal situado en Can Rova, muy cerca del polígono industrial de Can Bufí, asciende a más de mil, según han informado a este diario fuentes cercanas a la investigación. El terreno, emplazado entre la primera línea de casas contigua al tramo de la carretera Ibiza-Sant Antoni a la altura de Can Negre y la calle del Río Orinoco, se arrenda a personas que se han asentado allí, en muchos casos, al no poder asumir el elevadísimo precio del alquiler de una vivienda en Ibiza.

Corrales para animales, cercaditos a modo de patios y hasta una zona con aseos conforman el mapa de la finca. Las autocaravanas y tiendas de campaña en las parcelas (separadas por lonas) están acondicionadas como si fueran casitas: con césped artificial, sillas de jardín y plantas. Están dispuestas en cuadras que llegan a formar, en algunos casos, pequeñas barriadas. En ellas han recalado estas mil personas por causas diversas. Los servicios sociales, apuntan estas mismas fuentes, acuden asiduamente para atender a varias de las familias asentadas, algunas con menores de edad.

En los últimos años, la actividad en el terreno, que pertenece al término municipal de Santa Eulària y al que se puede acceder por dos verjas principales (una ubicada en la parte frontal y la otra en el camino trasero) se ha ido incrementando hasta llegar a la cifra actual de asentados. Principalmente, desde el año 2022 hasta ahora.

Sólo hay que comparar tres fotos aéreas de la zona captadas en los últimos tres años para ver la transformación que ha sufrido el solar. En una imagen de 2021 del Govern balear se aprecia que el terreno es campo. Un par de construcciones en un terreno con árboles. Un año después, en la vista que ofrece Google Earth ya se aprecian varias hileras de vehículos y caravanas en algunos puntos concretos del terreno, en el que han aparecido algunos senderos, como si se estuviera parcelando.

Fotos camping ilegal afueras de Ibiza 2021

Fotos camping ilegal afueras de Ibiza 2021 / Govern balear

Fotos camping ilegal afueras de Ibiza 2022

Fotos camping ilegal afueras de Ibiza 2022 / Google Earth

La imagen captada este mismo fin de semana es demoledora. Apenas queda un resquicio libre. Todo el terreno está cubierto con caravanas, coches, furgonetas, baños portátiles y hasta tiendas de campaña. Se pueden contar por decenas, y se puede ver, incluso, a gente haciendo su vida cotidiana entre los vehículos.

Los vecinos tienen la sospecha, de hecho, de que la zona que se alquila a estas personas para aparcar sus vehículos, que funcionan como vivienda, se ha ampliado en los últimos tiempos. La Policía Local de Santa Eulària acudió hace alrededor de quince días al terreno después de que uno de los vecinos llamara para denunciar el trasiego y el ruido que procedía del interior.

Desde el vecindario de Can Rova alertaron ya hace unos años al Ayuntamiento de Santa Eulària y a la Policía Local de este municipio de que el solar estaba funcionando como camping ilegal. En aquel momento, desde el Consistorio les contestaron que al tratarse de un terreno privado no podían entrar.

Ni siquiera a pesar de la preocupación que transmitieron los vecinos por el riesgo de incendios debido al descontrol tanto del número de personas que estaban viviendo ahí como de las actividades típicas del día a día o de los residuos. Y eso, hace años, cuando no eran tantas las caravanas y furgonetas que campaban.

No entienden cómo es posible que no se pueda acceder, dado el riesgo que supone. No quieren ni pensar en qué pasaría si alguno de los vehículos ardiera, por ejemplo, o a dónde van las aguas sucias de los vehículos. Eso por no hablar del peligro que supone el incremento del tráfico por la principal vía del barrio, apenas un camino, por el que ahora circulan todos los que viven en el solar que funciona como camping ilegal.

«El viernes mismo, vimos que una patrulla de la unidad de Tráfico se acercaba», relata otra vecina, «pero nunca hacen nada». La ibicenca protesta por el ruido, que parece de obra (se escucha el sonido de radiales y a alguien soldando), y la música que llega a su casa desde el solar todos los días, «incluso los domingos». En verano explica que llegaron a lanzar hasta fuegos artificiales.

Proceso judicial por desahucio

Además de operar como camping, el solar sirve de almacén para las embarcaciones y autocaravanas de uno de los propietarios. También hay, depositados desordenadamente, vehículos viejos, pilas de neumáticos y palés amontonados, entre otros materiales de obra. Fuentes cercanas a la investigación indican que la finca pertenece a tres personas emparentadas, aunque dos de los propietarios han tramitado una orden judicial de desahucio contra el tercero, que es quien explota la finca y arrenda las parcelas.

Por otro lado, patrullas de la Policía Local de Santa Eulària se encargaron de alertar al Ayuntamiento, tras percibir que se estaban llevando a cabo en el solar privado actividades ilícitas. El Consistorio ya se ha hecho cargo del procedimiento, aunque de momento permanece a la espera de que la Justicia avance sobre el caso.

Muchas de las personas que estaban asentadas en el aparcamiento disuasorio de sa Joveria optaron por el camping ilegal de Can Bufí después de que la Policía Local de Ibiza notificara en varios de los vehículos que podrían ser retirados en dos semanas si seguían inmovilizados, por estar en estado de «abandono».

El «miedo» provocó que un 70% de las autocaravanas se marcharan en busca de otras alternativas, una de ellas, el terreno de Can Bufí por el que pagan 350 euros mensuales o 500 en función de si se incluyen los gastos de electricidad y agua en el cobro. En ese sentido, el precio a pagar es menor que el de otro solar privado de Sant Antoni que alquila parcelas también para asentarse en vehículos, caravanas o autocaravanas, por 700 euros al mes.

Este es uno de los factores que explica el crecimiento experimentado en la población que habita en este perímetro cercado, con una vitalidad ya casi de barrio. El vaivén de personas que entran y salen es abrumador.

Por la mañana, los habitantes de la parcela de Can Simon salen a trabajar y a hacer la compra (sale, por ejemplo, del interior del recinto, un repartidor). Las sillas se amontonan frente a muchos de los vehículos y tiendas de campaña, algunas incluso sobre un pedacito de césped que parece buscar el feng shui en el hogar que esa persona se ha visto obligada a crear en un entorno inhóspito. Por las noches, la cosa muchas veces se anima. Los vecinos creen que han montado, incluso, «una especie de bar».

En contra de crear un área de servicio habilitada para caravanas

Los ayuntamientos de la isla rechazan, en todos los casos, habilitar un terreno especial para que las caravanas, autocaravanas y vehículos camperizados puedan ubicarse. En el caso de Sant Josep, en uno de los últimos plenos municipales celebrados tan solo Vox se mostró a favor, mientras que el resto de partidos políticos alegó que tomar esta medida favorece la creación de «infraviviendas» en la isla. El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Santa Eulària, Juan Carlos Roselló, también se mostró en desacuerdo con la habilitación de una zona para este propósito. Rosselló incidió en la idea de que una «autocaravana no es una vivienda» y recordó que, aunque en Eivissa se ha convertido en un alternativa para vivir por necesidad, la normativa regula que estos vehículos sólo se pueden usar temporalmente y pernoctar con ellos en campings con licencia. Por su parte, el primer teniente de alcalde de Sant Joan, Andreu Roig, secundó también estas posturas durante uno de los últimos plenos. El concejal consideró que la proliferación de estos vehículos es un «problema» ante el que hay que actuar de manera «urgente» y destacó la importancia de tener una «opinión consensuada» en este sentido desde los distintos equipos municipales de la isla. Vila planteó, en cambio, que se trataba de una opción a «valorar detenidamente». Sant Antoni lleva actuando contra el asentamiento de caravanas en lugares públicos desde el verano de la pandemia instalando en ciertas zonas arcos de hierro para impedir su paso por altura.

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