Cuando la familia no puede controlar a un menor

El Defensor del Pueblo instó en 2009 a crear estos centros especializados

Fachada del centro de menores del que dispone actualmente el Consell de Eivissa en sa Coma. | VICENT MARÍ

Fachada del centro de menores del que dispone actualmente el Consell de Eivissa en sa Coma. | VICENT MARÍ

La creación de los centros para menores con problemas de conducta responde a las peticiones planteadas en la primera década de este siglo por instituciones como el Defensor del Pueblo, la Fiscalía General del Estado y el Comité de los Derechos del Niño, entre otros, que expresaron la necesidad de contar con centros específicos para este tipo de casuísticas.

En el informe del Defensor del Pueblo del año 2009 ya planteaba la necesidad de que todas las Comunidades Autónomas contaran con instituciones especializadas para atender a menores con conductas disruptivas.

El estudio se hizo a raíz de las denuncias de un gran número de familias que se sentían «desvalidas» ante la falta de recursos y orientación para poder atender a su hijo o hija por conductas «cuya solución parece escapar en la mayoría de los casos de sus manos».

Fruto de esta problemática se elaboró el informe en el que se constató que «en los centros para menores en situación de dificultad social tutelados por la Administración, están siendo tratados adolescentes cuyas características responden a perfiles muy distintos», por lo que se instó a unificar la gestión de estos recursos.

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