Hablemos de la muerte en Ibiza: ¿sola o con leche?

El Hospital Can Misses celebra su primer 'Death Café', una actividad englobada en la semana ‘Acompañando al final de la vida’, cuyo fin es acabar con el tabú de hablar de la muerte

Ibiza

Adivina adivinanza, ¿qué es eso que “aunque está ahí, parece que no está”, eso de lo que tanto nos cuesta hablar aunque sea tan natural como vivir? Un equipo compuesto por una enfermera y cuatro doctoras residentes de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria convocaron esta mañana a usuarios y profesionales sanitarios para que participaran en el primer 'Death Café' que acoge el Hospital Can Misses. La tertulia tuvo lugar en “un espacio saludable” de ese recinto con el propósito de “hablar de la muerte” y de acabar así, en la medida de lo posible, con ese tabú. El 'Death Café' es un encuentro informal que fue creado por Jon Underwood y su madre, la psicóloga Sue Barsky, hace una década con el propósito de normalizar el pasaje final de nuestras vidas. Ellos celebraban las reuniones en el sótano de su casa: en Can Misses tuvo lugar en su cafetería.

Qué mejor que conversar con naturalidad sobre la muerte en torno a un café humeante: “Sólo o con leche”, proponía el mensaje (reflejado en una pantalla del vestíbulo del Edificio D) con el que el Área de Salud de Ibiza y Formentera invitaba esta mañana a participar en el 'Death Café'. La actividad está englobada en ‘Acompañando al final de la vida’, una semana (concluye el 6 de noviembre) con la que el Área de Salud pitiusa persigue acabar con el tabú de hablar de la muerte. Lo hace a través de esa iniciativa y de la instalación, en el vestíbulo, de un mural fotográfico en el que cualquiera puede colocar mensajes e imágenes relacionados con los momentos finales de la vida. 

Hace justo un año

“Somos un equipo de cuatro personas interesadas y motivadas por este tema”, cuenta la enfermera Esther Serra. Las demás son las médicas residentes (dos de tercer año y dos de cuarto, el último) Karen Montilla, Paola Guerrero, Paula Oliver y Verónica Berkovich: “Como residentes, participamos el año pasado en un congreso en Menorca sobre el final de la vida. Allí fue donde escuchamos la existencia de los 'Death Café'. Volvimos muy motivadas para hacer algo parecido en Eivissa. Como Esther Serra ya sabía bastante de este tema, la buscamos para que, juntas, lo impulsáramos aquí”, explica Montilla.

Imagen del cuadro 'El médico', de Luke Fields

Imagen del cuadro 'El doctor', de Luke Fildes. / Marcelo Sastre

Arrancaron hace justo un año: “Tal día como hoy, el 31 de octubre. Fue nuestra primera reunión en casa”, señala Serra. ¿Inspiradas por Halloween? “Fue casual que coincidiera”, afirma. “Decidimos -prosigue- organizar un 'Death Café' sólo con el equipo en el centro de salud, a ver si suscitaba interés. Y fue muy bien”. Entonces dieron el paso siguiente: en enero establecieron celebrarlo periódicamente, cada mes. Además, estaría abierto a todo el mundo, tanto a usuarios como a profesionales, para que se vieran las caras en un mismo espacio. “Es muy enriquecedor. En general, de este tema se habla poco. Entre profesionales y usuarios, también”, comenta la enfermera. ¿Incluso entre sanitarios? “Incluso entre nosotros mismos. Es una gran paradoja, pues es un tema omnipresente para los profesionales de la sanidad. Con la pandemia estuvo sobre la mesa todo el tiempo. Entonces se hizo patente esa necesidad de hablar sobre la muerte”.

Realmente, los primeros 'Death Café' tuvieron lugar en Eivissa durante la crisis sanitaria: “Junto a un grupo de compañeros que hicimos un máster en paliativos con Glynis German, la promotora de los cafés de la muerte en Balears y en España, iniciamos estos encuentros online exclusivamente para profesionales. Teníamos necesidad de compartir. Fue en un formato más cortito”.

Encuentro íntimo y seguro

Es la primera vez que se toman el café, sólo o con leche, en el hospital, tras beberlo previamente en los centros de salud de Sant Josep y de Santa Eulària: “Uno cada mes desde 2022. Ha tenido buena acogida, con una media de 15 asistentes. Más no habría sido cómodo”. “Intentamos -apunta al respecto Karen Montilla- que sea un encuentro íntimo, que sea un espacio seguro en el que la gente no se sienta juzgada o incómoda al hablar de temas que normalmente no se suelen tocar. En caso de que haya muchas personas, se dividen en grupos”.

Como actividad complementaria del 'Death Café' han creado un mural “para visibilizar el acompañamiento en el final de la vida”, explica Serra: “Y hemos instalado un buzón de sugerencias porque nos interesa saber cómo ven los usuarios y los profesionales el trabajo que se hace en nuestra Área de Salud y en qué podemos mejorar. La idea es atender lo mejor posible algo que, aunque está ahí, parece que no está”. Respuesta: la muerte.

Como actividad complementaria del 'Death Café' han creado un mural “para visibilizar el acompañamiento en el final de la vida”

Irlanda, un cuadro, la abuela y la nieta

Las primeras fotos, pegadas al mural con celo, son del propio equipo impulsor de la iniciativa. La doctora Paula Oliver trae unas que, para ella, “emulan el final de la vida y el acompañamiento, la soledad que siente mucha gente”. Verónica Berkovich pega la imagen de un paisaje de Irlanda: se ve un camino y, al fondo, un arcoíris. “Representa las dos caras: la vida y, al final, la luz, el recuerdo de la persona ausente”, comenta la médica. De las que trae Paola Guerrero destaca una relacionada con la muerte perinatal. La que le “toca más personalmente” a Esther Serra es una que refleja el proceso de la muerte de su tía: “La hizo su hija, mi prima. Se ve a mi tía en la cama mientras su nieta, una niña pequeña, juega al lado. Para mí es una imagen muy bonita porque representa la normalización de esa parte de la vida, el final. Sé que impacta, pero porque estamos poco acostumbrados”.

Montilla pega dos. Una es un grafiti que fotografió en una torre de Sant Miquel: “Me parece muy apropiada porque encarna el acompañamiento: se ve media cara llorando y media dormida”. Y otra es un cuadro de Luke Fildes, ‘El doctor’: “Retrata cómo eran los médicos antiguamente, cuando acompañaban a la familia en sus propias casas. El doctor siempre estaba allí”. Hasta el final.  

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