El misterio del hacha fenestrada de la estatua de una divinidad llega a Ibiza

El Congreso Internacional de Estudios Fenicias y Púnicos aborda la relación de esta arma hallada bajo el mar en Denia con la isla

Parte de los asistentes al congreso durante un receso.

Parte de los asistentes al congreso durante un receso. / TONI ESCOBAR

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

En el verano de hace dos años, en Cala de l’Aiguadolç, en Denia, apareció bajo el agua la cabeza de una hacha fenestrada (con agujero) de bronce macizo, con la cabeza de un león en un extremo. Inicialmente se pensó que podía ser una falsificación, según explicó en su ponencia el arqueólogo valenciano Josep Antoni Gisbert. Por ello, se pidió la colaboración del especialista en bronce Javier Jiménez, quien confirmó la autenticidad del hacha, aunque no encajaban las piezas del puzle por el lugar hallado, a 4.000 kilómetros de distancia de la costa siria, donde abundaban armas de estas características en el tercer milenio y principios del segundo antes de Cristo, cuando el rastro fenicio en el levante de la Península no aparece hasta el primer milenio.

Una mujer que asiste al congreso prueba la realidad virtual.

Una mujer que asiste al congreso prueba la realidad virtual. / TONI ESCOBAR

Para hallar una explicación, el experto echó mano de la iconografía y esta condujo a Ibiza. Jiménez explicó que en la isla se han hallado dos escarabeos (colgantes en forma de escarabajo de origen egipcio) que en su parte plana se representa a una divinidad con un hacha fenestrada. La misma imagen también ha aparecido en dos terracotas de Ibiza. Tras comparar el hacha de l’Aiguadolç con las de Oriente Próximo, se vio que la de Denia era mucho mayor y con algunas diferencias que apuntaban la posibilidad de que pudiera ser parte de la estatua de una antigua divinidad de considerables dimensiones. ¿Y de dónde procedía? ¿De Ibiza? «Es una hipótesis muy aventurada. Podría estar en cualquier sitio, pero Ibiza tiene más puntos porque se ha hallado cierta concentración de imágenes de estatuas de divinidades con hachas fenestradas», justifica Javier Jiménez.

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