Ibiza

Aprendices de grafiteros en Ibiza

Un grupo de seis niñas y niños de Ibiza entre los siete y los catorce años se inicia en el arte urbano de la mano del artista multidisciplinar Fossi durante la I Trobada de grafiters a la plaça d’Espanya

Maite Alvite

Maite Alvite

La I Trobada de grafiters a la plaça d’Espanya arranca con un pequeño cambio de planes debido a la ventolera que azota Dalt Vila. La actividad, que inicialmente se había programado en el Mirador del poeta Marià Villangómez, se tiene que trasladar al soportal del antiguo Ayuntamiento de Ibiza. Allí es donde se han colocado los grandes bastidores con los lienzos donde van a trabajar los alumnos del taller, pensado no para profesionales sino para personas de cualquier edad que quieran iniciarse en el arte urbano.

Como medida extra, los responsables de la iniciativa deciden colocar una furgoneta, que tapa la entrada del edificio para evitar que alguna racha de aire se cuele y haga de las suyas. Y es que «el viento es el peor enemigo del grafitero», como advierte, nada más comenzar, Fossi.

Este artista multidisciplinar y diseñador gráfico sevillano afincado en Ibiza desde hace quince años es el que va a ejercer de profesor, o, como prefiere decir él, «de guía». A su lado, echándole una mano antes de comenzar, está la fundadora del Fantasía Ibiza Festival, Lucía Barbiero, que comenta que «si sale algún talento de este encuentro» se le invitará a participar en la segunda edición del evento de arte interdisciplinar que dirige, que se celebrará el próximo mes de mayo.

Fossi echa una mano a Cristal Belloni mientras la pequeña emplea el aerosol.

Fossi echa una mano a Cristal Belloni mientras la pequeña emplea el aerosol. / Marcelo Sastre

También está presente, durante toda la actividad, la concejala de Cultura de Vila, Carmen Domínguez, que explica a los participantes que las obras que salgan de este taller «se expondrán durante unas semanas en el claustro del antiguo Ayuntamiento».

Fossi empezó a pintar grafitis siendo un adolescente, casi con la misma edad que Ariadna Seguí Montes, de catorce años, la mayor de este grupo de aspirantes a artistas urbanos. Se ha apuntado porque le gusta mucho pintar con acuarela y tenía curiosidad por probar el espray. Además, «quiere estudiar Bellas Artes», según revela su madre, Belén Montes.

Ariadna no es la única de la familia con vena artística. Al taller se ha apuntado, además, su hermano, Adrián, de once años, y su prima, Cristal Belloni Montes, que es la benjamina del grupo. Theo, el hermano pequeño de esta niña de siete años, muy a su pesar, se tiene que conformar con pintar con rotuladores el papel marrón de embalaje que han colocado los organizadores para proteger las paredes de la entrada del edificio consistorial. También se ha inscrito Mateo Tur Gandía, de nueve años, que esta Navidad recibió de regalo de Reyes un kit para iniciarse en el arte urbano.

A última hora, aprovechando que ha quedado una plaza vacante, se apunta Martí Colomar Marí, de ocho años, al que le pirra detenerse a contemplar todos los grafitis que encuentra a su paso cuando camina por Ibiza.

El sexto participante es un jovencito de doce años, Vincent Von Veh, que ya ha tenido la oportunidad de hacer sus primeros pinitos en el grafiti en su tierra, Finlandia.

‘Look’ grafitero

A Carmen Domínguez no le pasa desapercibido «el look grafitero» de algunos de los miembros de este encuentro, ataviados con gorras y sudaderas, y hace la observación en voz alta cuando los jóvenes aprendices están a punto de empezar su primera tarea.

Antes, Fossi les entrega unos guantes de plástico para protegerse las manos y les cuenta cómo manejarse con los aerosoles. «¿Habéis matado alguna vez una cucaracha con un espray? Pues es más o menos lo mismo», bromea. Les explica que tienen que agitar los botes con energía durante un rato y que, al hacerlo, escucharán el sonido de una bolita que está en el interior del envase y que sirve para que el producto apelmazado en el fondo se integre con el resto de componentes y la pintura esté más diluida.

En el momento de entregarles los aerosoles, Fossi cambia sus boquillas originales por otras «más cómodas para los niños» y con las que se consigue «un trazo más pequeño».

El material empleado en el taller, proporcionado por el Ayuntamiento de Ibiza.

El material empleado en el taller, proporcionado por el Ayuntamiento de Ibiza. / Marcelo Sastre

La primera misión del grupo de aprendices es «hacer un fondo de colores». «Tenéis que pintar aproximadamente a un palmo de distancia del lienzo», les aconseja el experimentado grafitero y diseñador gráfico.

Supervisados por los progenitores, los pequeños se lanzan a la tarea con ganas y, a partir de ese momento, Fossi se limita a hacer algunas apreciaciones y resolver pequeñas dudas. Los niños demuestran una gran soltura, aunque, gajes del oficio, un par tienen que salir corriendo a lavarse bien la cara con agua después de rociarse con pintura el rostro al orientar mal la boquilla de los espráis.

A pesar de su corta edad, Cristal se maneja con seguridad ante el lienzo. Con la ayuda de Barbiero se sube a una pequeña escalera para terminar de pintar el fondo. Justo enfrente, su primo Adrián pinta una flor y corazones, al más puro estilo flower power y Mateo dibuja con el aerosol bocas y ojos. «He llamado al cuadro ‘Encuentra la cara'», explica.

«Creatividad por un tubo»

Vincent, como todo un profesional, ha trazado con el espray la palabra ‘Tiny’, que es su firma de autor, lo que en la jerga grafitera se llama tag.

Mientras esperan que se seque el fondo, Fossi les reparte rotuladores de color negro para que le den el toque final a sus creaciones. «En principio mi idea era que pintarais la inicial de vuestro nombre, pero como veo que hay creatividad por un tubo que cada uno haga lo que quiera», les dice, antes de indicarles que también pueden poner pegatinas.

La actividad termina y Carmen Domínguez explica que la idea es repetir la experiencia «en febrero o marzo». Fossi contempla las obras visiblemente satisfecho: «Aunque han empleado los mismos colores, cada uno tiene una expresividad diferente», valora.

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