Los científicos advierten: llega un nuevo virus ‘zombi’

Provienen del Ártico y debido al cambio climático y a que el Ártico se derrite se pueden reactivar

El derretimiento del Ártico genera una cascada de consecuencias

El derretimiento del Ártico genera una cascada de consecuencias / Pixabay

Los científicos no tienen duda, los virus 'zombis' que llevaban 48.500 años congelados en el Ártico podrían reaparecer al derretirse el permafost como consecuencia del cambio climático.

Los investigadores esperan evaluar el riesgo que esto supone para la salud de los humanos las bacterias y los virus que pueden aparecer y para los que no sabemos si estamos preparados. "Afortunadamente, podemos esperar razonablemente que una epidemia causada por una bacteria patógena prehistórica revivida pueda controlarse rápidamente con los antibióticos modernos de que disponemos [...] aunque las bacterias portadoras de genes de resistencia a los antibióticos parecen ser sorprendentemente prevalentes en el permafrost", escribieron los autores de un estudio publicado en la revista Viruses.

Según ha explicado un investigador a The Guardian, algunos investigadores, por temor a que puedan desencadenarse una nueva emergencia global, ya han comenzado a aislar algunas cepas de estos microbios de Matusalén (conocidos como virus 'zombi') con la finalidad de que no aparezca de nuevo una enfermedad ya erradicada.

Un yogur comestible de 50.000 años

El permafrost, una capa situada en el subsuelo de la corteza terrestre, cubre una quinta parte del hemisferio norte y está formado por suelo que ha permanecido a temperaturas bajo cero durante largos períodos. Así, el experto señala que "el punto crucial del permafrost es que es frío, oscuro y carece de oxígeno", lo cual es perfecto para preservar material biológico. En este sentido, explica que se podría poner un yogur en permafrost y aún "podría ser comestible 50.000 años después".

"En este momento, los análisis de las amenazas pandémicas se centran en las enfermedades que podrían surgir en las regiones del sur y luego extenderse hacia el norte", dijo el genetista Jean-Michel Claverie de la Universidad de Aix-Marseille.

Sin embargo, no es la fusión directa del permafrost lo que representa el riesgo más inmediato, agregó Claverie. "El peligro proviene de otro impacto del calentamiento global: la desaparición del hielo marino ártico. Eso permite aumentar el transporte marítimo, el tráfico y el desarrollo industrial en Siberia. Se están planeando enormes operaciones mineras, que van a hacer grandes agujeros en el permafrost profundo para extraer petróleo y minerales.

"Esas operaciones liberarán grandes cantidades de patógenos que todavía prosperan allí. Los mineros entrarán y respirarán los virus. Los efectos podrían ser calamitosos".