Salud

El desafío asistencial de los pacientes centenarios

Un estudio liderado por el internista Juan Carlos Piñeiro constata que los pacientes de cien años o más se concentran en la zona norte y en las comunidades contiguas del interior del país

Dos mujeres mayores pasean por un parque.

Dos mujeres mayores pasean por un parque. / GABRIEL LUENGAS

Montse González

El aumento de la longevidad humana y el significativo incremento de la población centenaria (que en España ha aumentado en un 89% entre 2004 y 2020) supone un importante desafío para el sistema sanitario, ya que se espera que este grupo de edad poblacional aumente significativamente, pasando del 0,02% en 2017 al 0,43% en 2072 (según datos del Instituto Nacional de Estadística, 2022).

Son los antecedentes de un estudio publicado por internistas del HULA (Hospital Universitario Lucus Augusti) y cuyo primer firmante es Juan Carlos Piñeiro. Se trata de un trabajo, el primero que ha intentado establecer una correlación entre la población y los ingresos de centenarios, que ha sido publicado en la revista especializada Achives of Gerontology an Geriatrics bajo el título “Demographic transition and hospital admissions in Spanish centenarians, 2004–2020: Geographical variations and sex-related differences”, y aporta información importante sobre la distribución y tendencias de la población y los ingresos de este grupo de edad. Se trata, además, de uno de los trabajos más amplios al respecto, tanto por la muestra como por el periodo analizado.

“Esta línea de investigación venía ya de mi servicio, iniciada por el doctor Ramón Rabuñal, cuando yo era residente; me motivó seguir esta línea de servicio que él había hecho a nivel comunitario en Lugo para ver qué pasaba aquí en el hospital y también en España”, explica Juan Carlos Piñeiro, para el que este trabajo forma parte de su tesis. “Nos parecía relevante comprobar qué pasaba entre la población y los ingresos y la correlación entre ellos, porque no había similar descrito hasta el momento”, indica.

Una "controvertida" relación

Uno de los principales puntos analizados del estudio es el del crecimiento de la población centenaria según la zona. En Galicia, precisamente, se registra un incremento global del 100,4% (pasando de 931 centenarios en 2004 a los 1.832 de 2020); mientras que esa tendencia se constata también en zonas como Asturias (donde crecen un 142,8%), País Vasco (141,8%) o La Rioja (130,3%); mientras que se registran incrementos más bajos en comunidades como Andalucía (51,7%) o Valencia (35,5%). “La población centenaria es más numerosa en el norte y en las comunidades contiguas del interior, un patrón clásico del envejecimiento poblacional en España, en el que influyen factores genéticos y, sobre todo, ecológicos, como el estilo de vida de esta población”, sostiene Piñeiro.

El estudio destaca que es “controvertido” establecer una relación entre la longevidad y el entorno urbano o rural, y que, probablemente, ambos tengan “factores positivos y negativos”, pero los datos muestran que en España “las poblaciones de mayor edad, incluidas las centenarias, se han concentrado mayoritariamente en las regiones del norte (especialmente en el noroeste) y en las del interior contiguo al norte, que se han caracterizado por tener zonas más rurales (basándose en que España es un país muy urbanizado y entendiendo por zonas rurales aquellas con gran dispersión geográfica, actividades primarias basadas en la agricultura y menor acceso a los recursos)”.

“Es difícil determinar los factores de este patrón, pero existen varios estudios que así lo demuestran, y lo interesante será valorar qué pasará en el futuro”, afirma el internista: “La calidad de vida del mundo rural, y la autopercepción de esa calidad de vida tal y como la conocemos, por desgracia, se ha modificado con los años”, expone. “La despoblación del medio rural, con los cambios sociosanitarios, económicos y globales, será un gran desafío”.

De hecho, el aumento de la población mayor podría explicarse “no solo por los avances sanitarios” sino por, afirma Piñeiro, “dónde viven, cómo viven y con quién viven, ya que hasta el momento, predominantemente, vivían en comunidad”. Ahora, con los cambios que se puedan producir, será interesante ver “cómo impactará en el sistema sanitario”.

En cuanto a las políticas de cronicidad, llevan ya establecidas más de 20 años a nivel global. “En Estados Unidos y en Europa se establecieron políticas comunes basadas en la necesidad de atención a la cronicidad de forma integral y resulta importante planificarlas según la edad y el sexo de los pacientes, porque no es igual la evolución de las enfermedades en las mujeres (con mayor esperanza de vida, especialmente en edades muy avanzadas, pero que envejecen con peor salud) que en los varones”, subraya: “Hay que tener en cuenta la edad, el lugar de residencia y el sexo”.

"La inversión del gasto público en sanidad varía mucho entre unas comunidades y otras"

Juan Carlos Piñeiro

— Internista del HULA

La intención es ayudar a que estos pacientes tengan la mejor calidad de vida posible. “Son pacientes cuyas enfermedades más graves derivan en los últimos años de vida, pero siguen teniendo pluripatología, dependencia y complicaciones lógicas relacionadas con la edad”, enumera. “Por desgracia, los ingresos y la atención de las personas mayores de 85 años en el hospital se incrementan de forma progresiva. Existen políticas de cronicidad en nuestro ámbito que fomentan, como debería ser, la atención ambulatoria de estos pacientes, pero sin una Atención Primaria con todos los recursos posibles y como eje central de la continuidad de las mismas no se llegará a cumplir el objetivo de las mismas”, afirma.

De este modo, analizando el número de ingresos de centenarios, que en España han aumentado en un 121,5%, se pueden ver diferencias muy significativas, desde un incremento del 290,8% en Galicia a un 120,8% en Cataluña o un 4% en Andalucía. El estudio apunta “un enfoque integrado” que pueda responder a esta circunstancia: “El deterioro del acceso y la calidad de atención sanitaria en determinadas regiones debido a la regresión socioeconómica, la movilidad de la población en busca de una mejor atención o la implementación y desarrollo asimétrico de políticas específicas”.

“En cada región la aplicación de las políticas sanitarias y sociales varían significativamente. En Dinamarca, por ejemplo, que tienen un sistema sanitario público similar al nuestro, han conseguido con sus políticas que los centenarios ingresen significativamente menos, potenciado las unidades alternativas de atención ambulatoria”, apunta Piñeiro, que sostiene también que “en los últimos años en España se ve que hay una estabilización de los ingresos. Probablemente, sí que se note, con los años, que vayan cambiando estas políticas y esto tenga un beneficio en la calidad de vida de los pacientes, pero es importante resaltar la disparidad que existe entre las comunidades, tal y como se muestra en nuestro estudio”: “Hay diferencias, sobre todo, socioeconómicas, ya descritas previamente. Hay estudios que han demostrado que la inversión del gasto público en sanidad varía mucho entre una comunidad y otra”, afirma. “Esperemos que el futuro cambie y la atención se equipare, ya que las personas de edad avanzada con enfermedades crónicas necesitan unos recursos específicos. Siendo uno de los países más longevos, tenemos que centrarnos en esa línea, que pasen el menor tiempo posible en el hospital, conseguir una buena calidad de vida y que, en la medida de lo posible, realicemos una atención cercana a la comunidad”.

Casi todos los centenarios españoles “fueron dados de alta en su residencia habitual"

En esta línea, otro dato significativo es que, a diferencia de lo escrito en otros países, –“que muestran un mayor número de pacientes dados de alta en residencias de ancianos”–, casi todos los centenarios españoles “fueron dados de alta en su residencia habitual, ya que es más habitual que sean atendidos en su domicilio por familiares o la comunidad”.

Dada la correlación que existe entre el aumento de la población centenaria y los ingresos hospitalarios, las regiones con mayor proporción de pacientes con más de cien años tendrán una mayor demanda de atención hospitalaria y mayores costos para su sistema de salud. La intención es explorar en futuras líneas de investigación los cambios en los patrones demográficos (de lo rural a lo urbano, según la movilidad geográfica y la esperanza de vida actual), el uso de los sistemas sanitarios y la situación de la salud pública.

El estudio también destaca que sería interesante evaluar el impacto que ha tenido la pandemia de SARS-CoV-2 en el manejo de enfermedades crónicas, el acceso a la atención médica y, por tanto, los cambios en las tendencias de hospitalización en los centenarios a largo plazo.

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