Sostenibilidad: mirar a la Ibiza del pasado para tener futuro

El Molí de Can Planetes acoge la segunda edición de la Fira Ecològica d’Eivissa, un espacio en el que los participantes reflexionan sobre la importancia de cuidar la tierra y el producto local en tiempos de crisis ambiental

Feria ecológica. El Molí de Can Planetes acogió ayer la última jornada de la II Fira Ecològica d’Eivissa, donde se han reunido muchas entidades y trabajadores del mundo de la agricultura o la ganadería (también de fuera de la isla). Ayer hubo exposición del concurso de fotografía de agricultura ecológica y posterior entrega de premios, muestra de razas autóctonas, talleres, charlas, una comida popular y música con el grupo Amalian Folk, entre otras actividades.

Afortunadamente, son muchos quienes tienen claro que las nuevas generaciones deben estar familiarizadas con el campo, el producto de proximidad y los animales. Es por ello que en la segunda edición de la Fira Ecològica d’Eivissa —celebrada en la zona del Molí de Can Planetes— se han dejado ver cantidad de familias con sus hijos pequeños. Es el caso, por ejemplo, de Laura Huguet (vecina de Jesús), cuyo hijo, Jordi, este domingo parece estar encantado con las ovejas y las cabras de la feria, organizada por la Associació de Productors d’Agricultura Ecològica d’Eivissa i Formentera y el Ayuntamiento. 

«Nosotros tenemos un poco de tarongers, de huerto y gallinas. Jordi todavía no tiene dos años y ya siembra patatas, recoge tomates... Hace de todo», explica Huguet, quien considera clave que los más jóvenes aprendan sobre todas estas cuestiones: «Es importante por muchos motivos, pero principalmente para que sepan qué se tiene que comer cada temporada, qué es lo bueno para el cuerpo, que es lo ecológico... Que compren cosas de proximidad y no las que vienen del otro lado del mundo y que contaminan tanto con el transporte». Con todo, el objetivo a la hora de educar a su hijo en este sentido es que «esté conectado con la naturaleza, con la tierra y que, sobre todo, la valore»: «Si no sabes que una palmera tarda tanto en crecer y el plátano tanto en madurar, no entiendes que, si no quieres medio plátano, no tienes que tirarlo. Si se desconoce todo esto, es cuando después la gente le da un mordisco a una manzana y ya la tira», añade.

Sostenibilidad: mirar al pasado para tener futuro | FOTOS DE MARCELO SASTRE

Josan Aguiló y Maria Cardona en el estand de Ecofeixes este domingo en la feria ecológica. / MARCELO SASTRE

Una de las paraditas de este domingo en este evento es la de Ecofeixes. Maria Cardona, vicepresidenta de la cooperativa y productora, explica que todo el producto que ofrecen es «100% local y ecológico»: «Nosotros no traemos producto de fuera. Tenemos tienda en el polígono sa Blanca Dona. Somos varios socios, diría que doce, aproximadamente, y cada uno tiene su finca. Todos trazamos una planificación conjunta con tal de tener variedad».

Sostenibilidad: mirar al pasado para tener futuro

Adultos y pequeños, atentos a una explicación de un representante de la Agrupació de Defensa Sanitària Apícola d’Amics Apicultors d’Eivissa. / MARCELO SASTRE

Preguntada por este diario, Cardona confirma que en los últimos años sí se ha notado una mayor demanda y consumo del producto de proximidad. Tanto por parte de la población, como de comercios y restaurantes, para los cuales «que el producto sea Km 0 es un valor añadido».

La tienda de Ecofeixes está abierta de lunes a sábado por la mañana, de 9 a 14.30 horas, y los miércoles por la tarde se recogen cestas por encargo.

En esta feria también está presente el GEN-GOB. La coordinadora, Agnès Vidal, explica a los interesados el trabajo que lleva a cabo esta entidad ecologista en la finca de Can Toni d’en Jaume Negre, que se encuentra en Sant Llorenç. En 2011, la organización firmó un acuerdo de custodia con los propietarios válido para 25 años.

Vivir como en 1940

El GEN tiene en marcha varios programas en este espacio (que cuenta con aula de natura, botánica y fauna) y uno de ellos está pensado para poder vivir un día como hace unos 80 años. «A la finca vienen centros educativos, mayores o quien sea. Acuden grupos y lo que hacemos es pasar una mañana como si estuviésemos en 1940», en palabras de Vidal. Así, los participantes se visten con la indumentaria payesa tradicional y preparan jabón, por ejemplo. El objetivo final es inculcarles a los visitantes «el modelo de autosuficiencia que tenía la casa payesa».

Hay un requisito: móviles y plásticos, fuera. Y no hay que llevar desayuno, «porque traerían bolsas de ganchitos y plástico hasta parar un tren», señala Vidal. «Cuando vienen, una cosa que les sorprende de la casa es que allí no hay plásticos. La idea es ver que no estamos inventando nada, que simplemente tenemos que mirar un poco hacia atrás para ver cómo tenemos que ir hacia el futuro».

También es clave la oferta formativa que hay en Ibiza, y es por ello que en la feria también hay un estand del Centro Integrado de Formación Profesional Can Marines, que ofrece, por ejemplo, un grado medio de Técnico en Producción Agroecológica y un grado superior de Técnico Superior en Paisajismo y Medio Rural. «Cuando terminan las prácticas, es fácil que acaben teniendo trabajo, porque de momento hay pocos alumnos, lo que también permite una educación más personalizada», explica Flor Dell’Agnolo, una de las profesoras.

Formación en Can Marines

Destaca que ambos grados cuentan con un programa Erasmus: «Por ejemplo, en Ibiza hay un alumno de Producción Agroecológica que ha cursado unas prácticas muy buenas en Finlandia. Ahora ha vuelto y está cursando el grado superior», con el que volverá, de nuevo, a vivir la experiencia Erasmus. A modo de anécdota, Dell’Agnolo cuenta que el perfil del alumno en Can Marines es muy variado. Desde jóvenes que han acabado la ESO «hartos y desmotivados» con el sistema educativo y que ahora tienen la oportunidad de formarse en contacto con la tierra, hasta «trabajadores del sector turístico y de servicios con un puesto y un sueldo estables e incluso familia», pero que buscan un cambio y «ven el sentido a apuntar a unos estudios dedicados a la tierra en estos tiempos de crisis ambiental». También hay responsables de negocios relacionados con la comida, como restaurantes, que «quieren incorporar la circularidad y la producción local». Los módulos de estos grados se pueden cursar de manera individual o repartidos a lo largo del tiempo. No hace falta terminarlos en dos años, como está previsto.

A esta feria también acude la Agrupació de Defensa Sanitària Apícola d’Amics Apicultors d’Eivissa. «Ahora haremos un taller de velas para entretener un poco a los niños y que vayan familiarizándose. Nosotros tenemos un técnico veterinario que da apoyo a los apicultores y que coordina un poco todos los tratamientos que se les dan a las abejas y lo suyo es que, a la larga, en toda Ibiza se trate igual», explica Marcos Escandell, uno de los socios. El objetivo es «cohesionar al sector» y ayudar a quienes comienzan en él. Es por ello que la agrupación imparte talleres de formación a los socios.

Para este domingo también se había organizado una mesa redonda sobre tracción animal con la presencia de Bernat Torras, Rafel Dalmau y Roberto Contaldo. «Viernes y sábado hicimos un curso y este fin de semana Joao Rodrigues [presidente de la Federación Europea de Tracción Animal] también dio una charla. Hoy [por ayer] se trata de hacer una mesa redonda con los pros y contras de la tracción animal. Tiene un potencial ecológico y es un recurso que tenemos del que se ha perdido mucha información por la entrada de la motorización y el modelo de producción de alimentos. Nosotros tenemos otra visión y otra manera de fer y es lo que explicamos», apunta Torras, presidente de l’Associació Catalana de Tracció Animal y director de la escuela, en conversación con este diario.

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