Fiestas patronales

Un Sant Joan de estrenos e ilusiones renovadas

Tania Marí vive sus primer día grande como alcaldesa del municipio de Labritja acompañada de decenas de residentes y unos cuantos turistas con ganas de saber cómo es una fiesta de pueblo

Movida por la curiosidad de saber cómo celebran en localidad de Sant Joan el día de su patrón, Maria Bayrhammer no ha dudado en coger esta mañana un autobús desde Sant Antoni, donde pernocta, a la localidad de Labritja. «Soy de Salzburgo y allí también hacemos fiesta el 24 de junio por San Juan», comenta mientras no pierde detalle de todo lo que ocurre a su alrededor y capta con la cámara del móvil imágenes de la payesa gigante que preside la plaza de la iglesia. La austríaca huye de los lugares turísticos y de las macrofiestas, lo que quiere es sentirse como una lugareña y disfrutar de los festejos tradicionales, que, opina, «parecen más íntimos y conservan la autenticidad de la isla». También tiene ganas de escuchar a los coros de la Cala de Sant Vicent, Sant Llorenç y Sant Joan, que cantarán durante la misa, porque ella pertenece a uno en Salzburgo. Antes de entrar al templo, Bayrhammer se fija en los atuendos de los componentes de la Colla de Labritja, que acompañarán la celebración religiosa y ofrecerán una demostración de ball pagès al terminar la procesión. Hoy han acudido a la cita 24 integrantes, incluidos algunos benjamines, Joan, de cinco años, y Laila, de nueve.

Un Sant Joan de estrenos e ilusiones renovadas    |

En la plaza, presidida por una payesa gigante, se repartieron a los presentes ‘bunyols’ y ‘orelletes’. / J.A. Riera

Cuando todavía falta un cuarto de hora para que dé inicio el primer acto festivo del día grande, empiezan a llegar a la plaza de la iglesia representantes de las fuerzas de seguridad del Estado y de las instituciones. Entre ellos, está Tania Marí, «emocionada» de vivir su primer Sant Joan como alcaldesa del municipio. «No hay mejor manera de empezar un mandato que con la fiesta de tu pueblo», afirma. Precisamente, explica, lo primero que hicieron ella y el resto de componentes del ejecutivo local tras tomar posesión de sus cargos el pasado 17 de junio «fue organizar el dispositivo de seguridad para los festejos en coordinación con la Policía Local y Protección Civil y ultimar algunos detalles del programa de actividades, además de arrancar con el servicio de socorrismo en las playas, que se puso en marcha el pasado miércoles».

Muy cerca de Tania Marí, departe el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, con el exalcalde de Sant Joan, Antoni Marí Carraca, que recuerda que, además de ser 24 años primer edil del municipio, fue hace ya tiempo presidente de la comisión de fiestas. Ahora, dice, quiere vivir «intensamente» su nueva etapa como diputado autonómico, pero, asegura, no piensa «meterse en más berenjenales».

La ceremonia religiosa

La misa, presidida por el obispo de Ibiza, Vicent Ribas Prats, comienza puntual. Con su habitual campechanía, en su primera intervención, el máximo representante de la diócesis pitiusa comenta que esta mañana ha empezado a felicitar a Joans y Joanes y todavía no ha acabado y lo remata con el dicho «de Joseps, Joans i ases, n’hi ha per totes les cases», arrancando más de una carcajada entre los congregados. Tras recordar la figura de San Juan Bautista, pone la atención en todas las caras nuevas que se estrenan en este día grande. Se refiere, sobre todo, a los obreros y obreras que se acaban de incorporar a la parroquia y a la alcaldesa Tania Marí y a toda la corporación municipal, aunque cita también a Vicent Marí, que, a pesar de ser ya de «segunda mano», bromea, porque repite como presidente del Consell, está asistiendo a la que es «su primera fiesta patronal en este segundo mandato» recién comenzado. De paso, Ribas le saca los colores a Antoni Marí Carraca, que le había prometido que sería obrero cuando dejara de ser alcalde y «no lo ha cumplido».

El obispo tiene palabras de agradecimiento para todos los presentes, incluidos los tres coros, dirigidos por el párroco de Sant Joan, Vicent Tur, que cantan en el acto religioso. Les acompaña el organista Toni Estarelles y, al violín, Laura Boned Marí, que como buena joanina no se pierde nunca esta cita. «Bueno,el año pasado no pude estar porque acababa de ser madre», comenta la violinista, que lleva de la mano a su pequeña de quince meses, Neus.

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Un momento de la procesión religiosa. / J. A. Riera

La iglesia está abarrotada y ante la calurosa jornada los ventiladores se han puesto en marcha, el único que está estropeado les ha tocado a los nuevos obreros, que aguantan estoicos. En su intervención antes de que suene el ‘Himne a Sant Joan’ y concluya la ceremonia, el párroco de Sant Joan les pide disculpas por ese fallo y de paso les agradece su labor. El sábado se encargaron de adornar el templo para el día grande, como explica Rafael Lorente, que se queda en la puerta de la iglesia mientras el resto de obreros se unen a la procesión religiosa portando imágenes. «A mí me han aconsejado no coger peso porque tengo ciática», explica este madrileño residente en Sant Joan desde hace treinta años.

La gente busca la sombra en la plaza para resguardarse del sol justiciero y algunos aprovechan para visitar la muestra de mantons i espardenyes y la exposición ‘Temps’ de Anthony Gofer en los porxos de la iglesia. De repente, la mirada de algunos presentes se posa sobre la estatua de Mossènyer Vicent Ferrer Guasch Cama. Alguien le debió colocar la Nit de Sant Joan una careta de esqueleto y nadie se la ha quitado, son los restos que quedan de la celebración nocturna y más pagana.

Maria Bayrhammer aparece de nuevo en escena cuando la Colla de Labritja se arranca a bailar. Está «feliz», su decisión de visitar Sant Joan ha sido todo un acierto. «Este día se quedará en mi corazón para siempre», asegura.

Vídeo: Día de Sant Joan

Maite Alvite

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