Tribuna

Ibiza ‘laissez faire’

Samaj Moreno

Samaj Moreno

Hay tres conceptos a considerar para discernir esa valoración excesivamente elevada del suelo en las islas Pitiusas. Son tres conceptos que conforman eso que se conoce formalmente como la marca “Ibiza”, que se lleva esculpiendo desde que se gestará en los años 70. Manuel Fraga, el que fuera ministro de Información y Turismo con Franco, fue quien sentó las bases del posteriormente conocido como ‘Sol y playa’ español. ¿Quién no ha oído hablar de su famoso baño en la playa de Palomares en 1966? También es obra suya la normativa de clasificación hotelera o los nuevos títulos profesionales del turismo como consecuencia de su ley de Competencias Turísticas. Este plan turístico dio resultado y atrajo a millones de turistas a España: de los ocho millones de turistas recibidos en 1962, diez años después nuestras costas recibieron 21 millones, según datos de Hosteltur. Estos títulos profesionales de turismo fueron dados a varias familias de empresarios aquí en las islas y han creado esa marca “Ibiza” desde entonces.

Como primer concepto y punto fundamental está el mencionado ‘Sol y playa’ que compite con toda la costa mediterránea que comprende el territorio español. Así en segundo término la marca Ibiza formula otro concepto que le otorga singularidad con respecto a los otros destinos que ofrecen ‘Sol y playa’, que es el aparato metafísico que le confiere la llegada de los hippies y su teorema exótico sobre esa aura de una supuesta energía especial que tiene Ibiza y por supuesto la capacitación de metamorfosis de este concepto que hace el mercado neoliberal adueñándose de el y dando pie a un eslogan, de “free spirit” que abandera la isla y funciona muy bien.

El tercer concepto sería de rebote o por pura casualidad, cuando la llamada ‘Ruta del Bakalao’ cruzó el Mediterráneo desde tierras valencianas y desembarcó en Ibiza, donde fue acogida con los brazos abiertos. Este último punto engendró la idea de la ‘Fiesta’ de la que tanto se nutre la marca ‘Ibiza’.

Una vez estos conceptos han fraguado, a partir de 2007 la marca ‘Ibiza’ se reconduce a un target de alto poder adquisitivo que es sustancialmente más prometedor.

Llegados a este punto entendemos a grandes rasgos lo que es esa marca y lo que hace que a día de hoy eso sea la razón de por qué el precio del suelo en Ibiza es excesivamente más elevado que por ejemplo en sus hermanas de Baleares Mallorca o Menorca. Ahora viene la pregunta, ¿realmente te ves tan identificado con alguno de estos conceptos? A lo que voy es que a día de hoy para un proletariado es imposible acceder a comprar una vivienda en Ibiza. Pero para alguien de clase media ídem. Y hay que decir que los alquileres se sostienen en el abuso por necesidad. Y reitero ¿qué necesidad hay de que me rodeen Clubs con djs mega famosos y fiestas ‘boho’, si a cambio de puerta para dentro la situación es cuando menos dramática?

Quizás cabe plantearlo de esa manera y medir, sumar, restar y ver si realmente el sacrificio es tan necesario.

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