Opinión

La perpetua sangría al ibicenco

Decir que a los ibicencos nos sangran el bolsillo desde todos los frentes no constituye ninguna novedad. Lo que sí representa una infamia es que, mientras nos esquilman y empobrecen sin mesura, nuestros representantes políticos, a los que hemos elegido para que nos defiendan, no tomen alguna medida eficaz cuando hablamos de servicios básicos o que, como mínimo, eleven quejas rotundas e insistentes a la Administración central, autonómica o donde corresponda.

Lo de la vivienda hace años que clama al cielo y no hay un día en que no se hable de esta cuestión en los medios de comunicación, en los grupos de gente ibicenca de las redes sociales, etcétera. Es un dilema que no se va a solucionar, mientras plataformas como Airbnb se levanten más de 15.000 euros por temporada por comisiones del 17%, con uno solo de sus anuncios. Es la cantidad que obtienen, por ejemplo, del albergue ilegal de Jesús, tal y como publicaba ayer Diario de Ibiza, donde se esquilma a trabajadores de temporada hasta 1.500 euros al mes por dormir hacinados en una habitación de literas. La vergüenza de haber llegado a esta situación, en una sociedad supuestamente del bienestar, con una industria turística que genera beneficios multimillonarios, es indescriptible.

Pero, como decíamos, el saqueo al residente llega en todas direcciones: los precios del supermercado, de la gasolina en comparación con otros lugares o la incapacidad para obtener certificados y documentos imprescindibles para nuestro día a día que, a quien le urgen, le lleva a afrontar gastos extraordinarios para conseguirlos fuera de la isla. Pongamos como ejemplo el colapso en la oficina de Tráfico, aunque hay muchos más.

Todas estas plusvalías obedecen a una dictadura de la oferta y la demanda, que la ciudadanía pagamos con un encarecimiento salvaje de la vida. Hoy, sin embargo, toca hablar del precio de los billetes aéreos, que son un servicio público y, por tanto, no pueden estar sujetos exclusivamente a las leyes del mercado. Como usuario habitual de la línea con Madrid que, por cuestiones profesionales, utilizo un mínimo de dos o tres veces al mes, puedo garantizar que los precios se han doblado y triplicado con respecto al año pasado en los días clave. Lo que, hasta ahora y gracias al descuento de residente, era un gasto soportable ha derivado en un auténtico lastre.

Antes de ponerme a escribir este artículo, hice una prueba del coste que tiene venir a la isla desde Madrid un fin de semana cualquiera del verano. Escogí el jueves, 6 de junio, como ida, y el domingo, 9 de junio, como vuelta, que es un trayecto y unas fechas que suelen utilizar, por ejemplo, los parlamentarios ibicencos que nos representan en Congreso y en el Senado. La prueba está hecha con Iberia Express, aunque sus tarifas son muy similares a las de otras compañías que operan vuelos regulares.

Cabe recordar que Iberia Express es, supuestamente, una aerolínea de las denominadas “de bajo coste”, un concepto que, como ahora veremos, constituye una auténtica falacia. La opción más barata de ida y vuelta, teniendo en cuenta que hay cuatro enlaces directos al día, sale por 465 euros y la más cara por 778, siempre viajando en clase turista. Desde Madrid, hay vuelos a Nueva York más baratos que lo que cuesta viajar a Ibiza. Estos precios, para un residente, se traducen en 137 la opción más económica y 216 la más elevada. El año pasado conseguir viajes por 40 ó 50 euros era relativamente fácil en las mismas fechas.

La tomadura de pelo se dispara cuando se compara este mismo periodo y e idéntica aerolínea, con un viaje desde Madrid a Mallorca o Menorca. Si nos fijamos en la opción más económica, la ida y vuelta a Palma sale por 57 euros los residentes y 141 los no residentes. Es decir, la tercera parte que el coste de venir a Ibiza. Iberia Express tiene siete enlaces diarios entre Madrid y Mallorca.

En Menorca, la diferencia no es tan elevada, entre otras razones, porque sólo hay dos conexiones diarias. El residente pagaría un mínimo 98 euros y el no residente de 309 euros. Sigue siendo un importe muy elevado, pero el vuelo a Ibiza sigue resultando un 40% más caro para el residente y un 50% para el no residente.

Los senadores y diputados no pagan el importe de sus billetes para desplazarse a Madrid porque la cobertura de los gastos de viaje forma parte de los privilegios asociados al cargo. El resto de los ibicencos, por el contrario, sí debemos afrontarlos y nos están estafando con el más absoluto de los descaros. A nosotros, y a la propia Administración, que es la que corre con el gasto del descuento de residente. La movilidad entre la isla y la península no es un capricho, sino una necesidad. Ya es hora de ponerle remedio a esta estafa.

@xescuprats

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