Opinión | Para empezar

Terraplanistas de la lengua

A estas alturas, decir que la Tierra es plana es propio de orates, de frikis capaces de cualquier cosa con tal de llamar la atención o de lunáticos que necesitan con urgencia un golpe de menhir para recuperar una mínima cordura. Sin embargo, decir todo tipo de sandeces sobre la lengua propia de Balears, el catalán, se ha puesto de moda entre la ultraderecha, y proclaman con total seriedad unas barbaridades a la altura de los terraplanistas más furibundos.

La tierra es redonda y el catalán es la lengua de estas islas, cuya cultura y sociedad se desarrolló en la órbita de la catalana a partir de la conquista cristiana del siglo XIII que acabó con la etapa musulmana. Son hechos, no opiniones. Pero la lengua, lamentablemente, vuelve a utilizarse como arma política arrojadiza, en lugar de ser protegida y fomentada como el valioso patrimonio sociocultural que es.

Las memeces de Vox no pasarían de exabruptos de barra de bar delante de unos carajillos cargados, si no fuera por el peligro de que su extorsión continua sobre el Govern en minoría de Prohens le escore hacia posiciones que pongan en riesgo el consenso en torno a la lengua sobre el que se construyó la propia autonomía. El PP se desmarca de Vox y ha dejado claro que defiende la unidad del catalán y que es la lengua de las islas, lo que es un alivio. El desprecio de Vox hacia el conocimiento y la Universitat no sorprende a nadie: así, la portavoz y azote de filólogos, Manuela Cañadas, proclama sin sonrojo alguno que «la UIB puede decir lo que quiera pero una lengua ajena no puede imperar en las islas. Aquí siempre ha existido el mallorquín, el menorquín, el ibicenco y el formenterense». ¿Será lo próximo defender el cordobés -ojo, no confundir con el sevillano-, el canario, el chileno o el argentino, y dinamitar la Real Academia de la Lengua, ya que nos ponemos exquisitos?

La decisión de la Casa Real de conceder el título real a la inverosímil «Acadèmi de Sa Llengo Baléà» (con esas tildes puestas al tuntún con un salero) no contribuye en absoluto a que impere la ciencia y el sentido común en este asunto tan delicado. Y no, no es una noticia de El Mundo Today. Es, realmente, otra manifestación del terraplanismo que nos rodea.

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