Llama la atención

Que uno de los hermanos propietarios del solar de Can Rova, que acoge un camping ilegal, haya podido desarrollar esta actividad durante años a pesar de las denuncias de sus hermanos y de los procedimientos abiertos en diferentes administraciones. Una sentencia le desahucia del terreno, aunque no pone fecha al lanzamiento.

Que los asentamientos de infraviviendas en los alrededores de los núcleos urbanos de Vila sigan aumentando debido a la falta de vivienda asequible y que, además, esta situación esté completamente normalizada. No sólo por la sociedad sino también por los propios trabajadores que se ven abocados a esta situación. Vivir en una chabola o entre cuatro palés no es normal.

Que, por fin, parezca que realmente las islas vayan a iniciar el camino para contener la masificación turística. Prácticamente todos los partidos y sectores están de acuerdo en que hay que cambiar el modelo para garantizar la supervivencia de las islas, la cordura de los residentes y el negocio que supone el turismo. La duda que se plantea es hasta dónde llegarán las medidas para la contención.