Denuncian el robo de joyas y pérdidas de equipaje durante un viaje de estudios del instituto Sa Serra

Cuando la compañía envió las maletas, en una de ellas faltaban unas joyas y otras seis estaban rotas

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Una de las maletas de los alumnos, reventada en el vuelo Eivissa-Bilbao.

Una de las maletas de los alumnos, reventada en el vuelo Eivissa-Bilbao. / DI

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

El viaje de estudios de 69 alumnos de cuarto de Secundaria del instituto Sa Serra, en Sant Antoni, y de los cuatro profesores que les acompañan, se torció el pasado lunes cuando, en la escala que hacían en Bilbao para llegar a Asturias, se encontraron con la «desagradable sorpresa» de que las 73 maletas que habían facturado «no habían llegado a su destino».

La deducción de alumnos y profesores al ver que no había llegado el equipaje con toda su ropa y demás pertenencias, fue que Vueling, compañía encargada del vuelo, «no había tenido tiempo de meterlas en la bodega».

Al reclamar el equipaje en el aeropuerto de Bilbao, la aerolínea, denuncian, no les ofreció ninguna solución: «Intentaron hacernos desistir porque decían que no teníamos derecho a la indemnización, ya que las maletas iban a llegar antes de 24 horas», explica uno de los profesores acompañantes.

Acordaron, entre la parte afectada y el personal del mostrador, que les llevarían las maletas en un vuelo que salía ese mismo día desde Barcelona y llegaba a las cinco de la tarde a Bilbao: «Esa tarde teníamos reservada y pagada una actividad, un circuito de aventura, y la perdimos», explica este docente.

El grupo se quedó en la ciudad vasca hasta la tarde para esperar las maletas, confiando en el compromiso de la aerolínea. Pusieron, eso sí, una reclamación para intentar obtener la indemnización por la negligencia.

Una maleta forzada

Cuando el equipaje llegó, en el vuelo que les habían dicho, los alumnos y profesores comprobaron que seguían faltando seis maletas, que otras tres estaban rotas (una de ellas forzada) y que del interior de una, que había llegado abierta, habían robado algunas joyas. «En total, diez maletas afectadas», señalan, en un comunicado, desde el centro educativo. «En esta última, habían roto el candado con el código de seguridad usando algo punzante y habían destrozado la cremallera, por eso estaba completamente abierta», relata el profesor.

Al comunicar esta incidencia en el mostrador, la información que les proporcionó la compañía fue que solo podían reclamar por las seis maletas que no habían llegado y, después de insistir largo rato, también les dejaron reclamar por la que estaba forzada.

Sin embargo, no les dejaron poner una queja oficial por los equipajes con desperfectos ni por la maleta con las joyas sustraídas. Los profesores, además, se quejan de la lentitud de todo el proceso que sufrieron: «Parecía que la persona que nos atendió, como sabía que teníamos prisa porque teníamos que coger un autobús, estaba haciendo todo lo posible por ir más despacio», afirma uno de los docentes.

El centro educativo tuvo que adelantar dinero a los alumnos para que se compraran algo de ropa de deporte adecuada para las actividades planeadas durante el viaje de estudios: «Estamos en Asturias y aquí hace frío, por lo que, además de ropa interior y cosas básicas, tuvimos que comprar ropa de abrigo», añaden.

La compañía aérea no les ha indicado, continúan, si les abonará la cantidad económica que han tenido que invertir ante la pérdida de las maletas. Vueling tampoco les había informado ayer por la tarde, tras dos días de viaje, de cuándo tenían previsto devolver el equipaje perdido a los alumnos.

La última información que recibieron por parte de la aerolínea, el mismo día de llegada, fue que el grupo recibiría las seis maletas perdidas durante la jornada de ayer. «Y el viaje de estudios termina este jueves», critican desde el instituto con desánimo.

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