Patrimonio

La historia que cobija la calle Santa Faç de Dalt Vila en Ibiza

El espacio museográfico abierto en el casco histórico de Ibiza en junio de 2023 aporta información sobre la muralla islámica, los inmuebles del entorno y los restos arqueológicos hallados frente a la iglesia de l’Hospitalet

Visitar el Espacio Museográfico Santa Faç es una oportunidad para viajar al pasado y conocer mejor la historia que alberga este rincón de Dalt Vila ubicado frente a la iglesia de l’Hospitalet y a los pies de la escalera que desemboca en el antiguo Seminario y la calle Joan Roman. Hace aproximadamente siete meses que está en funcionamiento, pero todavía es poco conocido entre el gran público. Conscientes de ello, el concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Ibiza, Juan Flores, y la técnica del área, Rosa Gurrea, se ofrecen hoy (por ayer) para ejercer de cicerones con los medios de comunicación.

Como explica Gurrea, son los trabajadores del Centro de Interpretación Madina Yabisa los que se encargan cada día de abrir y cerrar estas instalaciones de entrada libre, que no disponen de personal. Esta carencia se palía con la exhaustiva información que los visitantes pueden encontrar en los paneles que hay distribuidos por el interior. Están en catalán, pero en el panel principal hay un QR que permite acceder a toda la información también en castellano, inglés, alemán, francés e italiano. En ella se relata la historia de esta parte del casco histórico, haciendo hincapié en los hallazgos arqueológicos que se pueden contemplar dentro de estas dependencias, en los inmuebles del entorno y en la muralla islámica, puesto que al lado hay un tramo de fortificación medieval.

En los paneles informativos se explica, entre otras muchas cosas, que, en el terreno en el que ahora se ha habilitado el espacio museográfico, antes había dos viviendas abandonadas, una que ya estaba en ruinas desde principios del siglo XX y otra que dejó de tener uso en los años 40.

La historia que cobija la calle Santa Faç de Dalt Vila  | VICENT MARÍ

El concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Ibiza, Juan Flores, y la técnica de este departamento, Rosa Gurrea. / Vicent Marí

Al entrar en el recinto, Gurrea señala, a la derecha, el espacio que en su día fue una cocina. Se han mantenido y recuperado tres hornacinas y el embaldosado de céramica. Esos son los elementos más modernos que se conservan en el interior de la instalación, donde se pueden apreciar, también a primera vista, dos muros transversales de las viviendas, que se podrían haber levantado «en torno al siglo XV». Llegan hasta el fondo de un foso tallado en la roca, «cuya función fue proteger uno de los accesos a la antigua ciudad medieval».

Fue precisamente el hallazgo en 2015 de este tramo de foso lo que provocó que el Ayuntamiento de Ibiza cambiara los planes que inicialmente tenía para este solar. Recuerda la técnica de Patrimonio que «aquí había un proyecto para hacer unos baños públicos y un bar con terraza, pero, al hacer las catas arqueológicas y hallar el foso que protegía una de las puertas de la medina, el consistorio descartó la idea previa y optó por proteger el yacimiento y museizarlo» para mostrar al público todo lo que había permanecido escondido durante todos estos siglos.

Según se puede leer en uno de los paneles informativos, hay fuentes documentales medievales del siglo XIII y XIV que mencionan «la barbacana y el foso a los pies de la puerta de la villa mediana». En aquel entonces, se detalla, el espacio de Santa Faç «formaba parte del arrabal islámico, convertido en villa inferior en la época cristiana».

Previamente, esta zona estuvo también ocupada, prueba de ello son los vestigios de una cisterna púnica encontrada en este solar. De este hallazgo, el más antiguo, solo se puede apreciar el trazado, de planta rectangular, ya que este depósito concebido para almacenar agua de lluvia fue cortado casi hasta su base al construir el foso medieval.

Por su parte, esta ancha y profunda zanja dejó de tener un uso defensivo en torno al siglo XV y la zona de la Santa Faç pasó a ser un espacio urbano. Son los materiales hallados en su interior, remarca Gurrea, los que permiten determinar aproximadamente cuándo se rellenó el foso para nivelar el terreno y luego empezar a construir las viviendas.

La historia que cobija la calle Santa Faç de Dalt Vila

Paneles informativos sobre las monedas halladas en el solar. / Vicent Marí

Entre el material de desecho que se lanzó al foso, los arqueólogos han podido recuperar restos de cerámicas del los siglos XIV y XV importadas de la zona levantina, «mayoritariamente de talleres de Paterna y Manises». A estas vajillas de mesa, decoradas en verde y manganeso, en azul cobalto y con reflejos metálicos, se dedican varios paneles del espacio museográfico. También se presentan, ordenadas cronológicamente, «un conjunto de monedas que demuestran el uso y pervivencia de las edificaciones hasta el siglo XX». La más antigua, encontrada entre el material de relleno del foso, es un diner de velló de la época de Jaume I (1213-1276). La más moderna es un céntimo de cobre de 1870.

El entorno urbano

Dentro de este pequeño centro de interpretación el visitante también puede encontrar información detallada de los inmuebles de su entorno. Se habla, por ejemplo, de la historia de la iglesia de l’Hospitalet, cuyo nombre «recuerda a la capilla que había en el hospital de pobres que existió en la zona y del que se tienen noticias desde finales del siglo XIV».

También hay información sobre el edificio del Seminario y sus orígenes y sobre la capilla de la Verónica, una construcción de la que no quedan vestigios y de la que se conoce su existencia por dos planos realizados por el ingeniero Joan Ballester en 1738 y 1752. Como se detalla en el panel informativo dedicado a este edificio, en opinión del historiador ibicenco Joan Marí Cardona, «debió ser una capilla de tipo exclusivamente popular no dedicada al culto, dado que los eclesiásticos nunca la mencionan».

El Espacio Museográfico Santa Faç incluye un balconcillo desde donde se puede apreciar muy bien todo el yacimiento y en el que hay paneles informativos sobre la fortificación medieval. El acceso está en el exterior, subiendo por las escalinatas que llevan al Seminario.

El centro, abierto todos los días, excepto lunes y festivos, se puede visitar de martes a viernes de 10 a 16.30 horas y los sábados y domingos, de 10 a 14 horas. A partir del 1 de abril se ampliarán los horarios.

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