Pasear por Dalt Vila en invierno ofrece tranquilidad (raro es cruzarse con alguien) y la posibilidad de encontrar siempre un rincón o un detalle desapercibido en anteriores visitas. En la calle Santa Faç, entre el antiguo Seminario y la iglesia de l'Hospitalet, a principios de 2015 los arqueólogos José Torres y Elise Marliere tuvieron la oportunidad de descubrir unos restos que, a tenor de la última información facilitada por el Ayuntamiento de Ibiza, en 2017, consisten en un foso que protegía uno de los accesos a la antigua ciudad medieval.

Desde hace unos meses, un grupo de operarios trabaja en este solar con el objetivo de «analizar y proteger» este área arqueológica. Por ahora es visible una estructura en madera que parece que cubrirá la zona, que posteriormente será museizada para mostrar al público qué ha escondido durante todos estos siglos el solar.

«En estos momentos se está adecuando la zona, la primera fase de la obra», informa Vila en una nota, y añade: «Posteriormente se redactará el proyecto de museización porque hasta que no termine la obra no se puede comenzar esta parte del proyecto».

«Restauración y consolidación»

En el solar se trabaja para «la restauración y consolidación de los muros y elementos originales de la casa, ventanas y puertas», detalla el Consistorio, que «se encontraban en estado de ruina» y se persigue «recuperar así su valor arquitectónico». Posteriormente, «se hará el cubrimiento parcial del inmueble para que los restos sean visibles desde el exterior». La previsión del Ayuntamiento es que las obras duren aproximadamente un mes.

Cuando se descubrieron los restos, en 2015, se estaban iniciando los trabajos para construir en este solar unos aseos y un mirador.

Hace dos años, en junio de 2017, el Ayuntamiento informó de la adjudicación de unas obras para limpiar, principalmente de hierbas, en los yacimientos de esto solar y la Ronda Calvi. Antes, en 2012, fueron restaurados con una partida de 130.000 euros aportada por el Gobierno central.

El yacimiento de la calle Santa Faç está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y data de la época medieval islámica y cristiana. Se trata, informó en su momento el Consistorio, de un foso de protección de uno de los accesos a la ciudad intramuros, desde la villa inferior a la villa mediana, según se detalla en la cartografía histórica.