El nuevo espacio museográfico en Dalt Vila que no se ha dado a conocer

La adecuación del yacimiento de la calle de sa Santa Faç concluyó en el periodo del cambio de gobierno municipal | El recinto abarca más de dos milenios de historia y fue una de las entradas de la ciudadela árabe

Imagen del recinto de la calle Santa Faç, a los pies del edificio del antiguo seminario. | TON ESCOBAR

Imagen del recinto de la calle Santa Faç, a los pies del edificio del antiguo seminario. | TON ESCOBAR / Josep Àngel Costa. eivissa

El nuevo espacio museográfico en Dalt Vila, en la calle Santa Faç, ha tardado siete años en convertirse en una realidad desde que se produjera el hallazgo arqueológico que propició su protección y puesta en valor. Se trata de un espacio que abarca más de dos milenios de historia de la ciudad, con restos que incluyen una cisterna púnica o una parte del foso que protegía la antigua muralla árabe, entre otros vestigios. Además, se encuentra en pleno casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A pesar de todos estos méritos, no ha sido presentado públicamente ni promocionado hasta el momento por el Ayuntamiento de Ibiza, la Administración responsable del monumento.

En el interior del recinto se conserva parte del foso que protegía la muralla medieval. | T.E.

En el interior del recinto se conserva parte del foso que protegía la muralla medieval. | T.E. / Josep Àngel Costa. eivissa

La creación de este pequeño centro de interpretación, frente a la iglesia de l’Hospitalet, ya sufrió vicisitudes desde su inicio. Las obras para cubrir y proteger el yacimiento comenzaron a finales de enero de 2020, por lo que, a las pocas semanas, se encontraron con todo el contratiempo que derivó del covid y las consiguientes restricciones.

El nuevo mirador de es Revellí tampoco se ha presentado. | T.E.

El nuevo mirador de es Revellí tampoco se ha presentado. | T.E. / Josep Àngel Costa. eivissa

Tras esos trabajos iniciales, tocaba sacar adelante el posterior proyecto de museización, que, según una portavoz municipal, no concluyó hasta el pasado mes de mayo. Con todo el retraso acumulado, el yacimiento de sa Santa Faç quedó fuera de las habituales inauguraciones previas a la última campaña electoral. Tras el cambio de gobierno en Can Botino, tampoco se ha percibido interés en promocionar una iniciativa previa.

El descubrimiento de estos vestigios fue casual pero no inesperado. Como sucede en todo el casco histórico, cualquier excavación cuenta con muchas posibilidades de sacar a la luz restos del pasado, por eso es obligatorio llevar a cabo catas arqueológicas previas a cualquier obra.

Viviendas en ruinas

En el caso de la calle de Santa Faç, el Ayuntamiento de Ibiza tenía la intención de aprovechar el solar que ocupaban la estructura de dos viviendas, una en ruinas desde principios del siglo pasado y la otra abandonada en los años 40. Se encuentra a los pies de la escalera que accede a la calle Joan Roman y al edificio del antiguo seminario.

La intención inicial era crear un equipamiento con baños públicos, dada la carencia de estos en Dalt Vila, así como un pequeño bar y una terraza mirador. Pero ese proyecto se descartó a causa de los restos que encontraron los arqueólogos Josep Torres y Elise Marliere, durante las catas previas, en abril de 2015.

Allí se encontró el foso que protegía una de las entradas de la medina, así como una cisterna púnica. Las excavaciones fueron destapando más vestigios, como un lote de vajillas cerámicas de los siglos XVI y XV, procedentes sobre todo de los talleres de Paterna y Manises.

Igualmente, se encontraron restos numismáticos de gran variedad y que abarcan hasta un céntimo de cobre de la primera República. Los más antiguos pertenecen al siglo XIII, tras la conquista cristiana, con monedas acuñadas en Barcelona, Valencia y Mallorca.

También destacan un conjunto de monedas acuñadas en el siglo XVI por la Universitat, nombre que recibía la institución de gobierno local, en los siglos XVI y XVII, durante los reinados de Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II.

Con la museización que ahora se puede visitar, además de detallar todos los elementos que componen el yacimiento, también se han instalado paneles sobre la muralla medieval y los edificios más importantes del entorno, como la iglesia de l’Hospitalet y el antiguo seminario.

Un mirador en es Revellí

El espacio museográfico de sa Santa Faç no es la única intervención en Dalt Vila que no se ha dado a conocer por el Ayuntamiento cuando finalizaron las obras. Es Revellí, que era un espacio cerrado y cubierto de vegetación, se ha convertido en amplio mirador al que se puede subir desde la plaza de España, con vistas al puerto, es Soto y la costa de s’Arany y s’Aranyet. Este paseo en es Revellí continuará, en una segunda fase, a través de la casamata para acceder con una pasarela a la calle Santa María, detrás de Can Botino.

Suscríbete para seguir leyendo